Al escuchar hablar de Mercado de Valores, a muchas personas les puede sonar un poco aburrido e intimidante y es porque no han tenido aún la oportunidad de vincularse en este mundo de las inversiones y del esquema de negociación de capitales que ha estado rigiendo el dinero del mundo durante los últimos tiempos.
El mercado de valores se refiere a una parte integral del sector financiero de un país, por lo que es una parte esencial de la actividad económica al estar vinculado con el ahorro y la inversión, que son los factores que definen el crecimiento de un país.
El mercado de valores en la Republica Dominicana tiene su origen formalmente en el año 2000 a través de la ley 19-00 y que también creó la Super Intendencia de Valores como institución autónoma y reguladora.
Esto nace debido a que el Estado Dominicano tiene como deber fomentar el ahorro interno como fuente idónea de financiamiento a la inversión, con el firme propósito de impulsar el desarrollo económico de nuestro país y para lograr los objetivos indicados se hace necesario promover el desarrollo del mercado de valores, propiciando el incremento de la oferta y demanda de títulos negociables, y la existencia de instrumentos financieros que respondan a las necesidades del mercado.
Para propiciar el incremento de la demanda de valores, es preciso establecer los mecanismos necesarios que garanticen a los inversionistas la información suficiente, veraz y oportuna para sus decisiones de inversión a pesar que la ley 19-00 contempla estos mecanismos, pero, aun así, considero que el mercado de valores en nuestro país es lento y los inversionistas tanto locales como extranjeros aún no tienen confianza en nuestro sistema.
En la actualidad en el mercado de valores de la República Dominicana sólo se negocian papeles comerciales e instrumentos de deudas estatales, aún no se transan acciones como en las bolsas de valores de otros países, porque para cotizar sus valores en la Bolsa, las empresas primero deben hacer público sus estados financieros y es que en nuestro país son muy pocas, por no decir ninguna, que sus informaciones son públicas, que cualquier persona interesada en conocer los detalles de la entidad tenga acceso a ellos.
Parte de culpa de que el mercado de valores aún no se ha desarrollado con más rapidez y eficacia, la tiene nuestro sistema tributario, que a pesar de que hemos avanzado, nuestros empresarios no se sienten seguros de dar a conocer públicamente la situación financiera de sus empresas, porque consideran que nuestro sistema se basa en persecución.