“Tenga la determinación de que el asunto puede y debe hacerse, y luego encontraremos la manera”. (Abraham Lincoln).
Hay varios indicadores que retratan automáticamente el grado de desarrollo de una sociedad y la dimensión de su economía, tales como: el tamaño de su PIB, la esperanza de vida al nacer, el ingreso per cápita, la tasa de natalidad, la tasa de escolaridad, la tasa de alfabetización, la tasa de estudiantes universitarios y profesionales, la tasa de mortalidad materna, de mortalidad infantil, el promedio de energía eléctrica, el promedio de agua por día, por semana y por horas y, no menos importante, cómo opera el mercado de trabajo y con ello, el promedio salarial, en una formación social determinada.
El mercado de trabajo o mercado laboral es el grado de relaciones o interactuaciones que se suscita en el potencial de oferta y demanda de la fuerza de trabajo. Acusa una relación entre empleadores y empleados en un contexto económico y social. El mercado de trabajo significa: “oferta y demanda laboral que se da en un determinado lugar, ciudad, país o a nivel internacional”. Mercado laboral “conjunto de relaciones entre las personas que buscan un empleo, los que tienen y desean cambiarlo y los que buscan trabajadores”.
El grado de relaciones en sociedades como la nuestra, con fuerte debilidades institucionales y donde no operan el rigor del imperio de la ley, se da una relación muy subalterna, muy asimétrica, una sobredimensión entre el oferente y el demandante, y el Estado no logra regular y articular las relaciones. El mercado de trabajo cobra pertinencia allí donde se dan las oportunidades de empleo. Aquí tenemos un desempleo estructural muy alto y en el campo de la segmentación de la juventud es desgarrador: entre 29 a 31% desempleado.
El mercado de trabajo y el mercado de recursos humanos operan de una manera dinámica, de acuerdo al curso del desarrollo de las fuerzas productivas. A lo largo de la historia ha acusado un proceso de evolución que es consustancial a la destrucción creativa, a la disrupción que se expresa en los avances del conocimiento, de la tecnología. Los perfiles del empleo han sido caracterizados por cambios nodales, sustantivos, que van desde la Primera Revolución Industrial (máquina de vapor), pasando por la Segunda Revolución Industrial (maquina eléctrica), trayendo consigo nuevas formas de organización social en todas las escalas de la dimensión humana. Del campo (haciendas) a las fábricas, de las concepciones taylorianas, faylorianas, fordianas, atravesando por Peter Drucker, donde en su libro La Sociedad Postcapaitalista argumentaba que ya lo principal no era tierra, trabajo y capital, sino los trabajadores del conocimiento. Se trata de que, en esta Era, la revolución del conocimiento discurre con mayor rapidez, cuasi como una furia iconoclasta.
El empleo, su perfil, los cambios son una respuesta a una realidad determinada que ha de insertarse en las organizaciones, empresas y sociedad. Más de 250 años en la discusión de creación y destrucción de empleos. Ahora, lo importante visto en una dimensión holística y humana, es como hacer que la vida humana tenga sentido en función de responder a las necesidades de los ciudadanos y el empleo que constituye el mayor fenómeno social, dado que a través de él se satisfacen gran parte de su ciclo de existencia.
Nuestro país, con tristeza, justo es decirlo, no tenemos centros de Think Tank, de tanques de pensamientos, que piensen para la sociedad. ¿Qué tipo de sociedad auguramos para el 2040-2050, cuáles son los perfiles de la fuerza de trabajo, cuáles son las competencias, cuál es la visión que tenemos como país, más allá de la señalada en la Estrategia Nacional de Desarrollo? Hoy, ¿cómo nos encontramos con el mercado de trabajo y los niveles educativos? Para el Programa de las Naciones Unidas (PNUD) el nivel educativo alcanzado por la población ocupada es el siguiente:
- Primario: 24.8%.
- Bachiller: 33.9%.
- Universitario: 12.1%.
- Técnico: 0.4%.
- Post grado y Maestrías: 1.5%
- Ninguno: 27.3%.
Esto quiere decir que cerca del 52.1% de la población ocupada no podrá hacerle frente a la Revolución Industrial 4.0. Si lo vemos en lo concreto, con los datos en las manos, ¿por qué no visualizamos el futuro más halagüeño para que no nos suceda como el pasado y el presente actual? Hay que diseñar el futuro porque el contexto mundial, a través de los grandes cambios, no se acordarán de que existimos. La inteligencia artificial, la nanotecnología, la robótica, la biotecnología implicarán disrupciones estratosféricas.
Vamos a ver el mercado de recursos humanos según el Banco Central: ocupados, por sexo, por sectores económicos, formalidad e informalidad del empleo, nivel educativo.:
- Población en Edad de Trabajar: 7,813,508.
- Por sectores:
Sector Formal: 2, 071,957.
Sector Informal: 2, 261,674
- Por sexo:
Población Masculina en edad de trabajar: 3, 749,806.
Población femenina en edad de trabajar: 4, 063,702.
- Por nivel educativo:
Primario: 1, 487,891.
Secundario: 1, 823,753.
Universitario: 1, 100,888.
Ninguno: 185,876.
- Masculino por nivel educativo:
Primario: 1,056,746
Secundario: 1, 110,159.
Universitario : 447,379
Ninguno: 125,017.
- Femenino por nivel educativo:
Primario: 431,145.
Secundario: 713,594.
Universitario: 653,491.
Ninguno: 60,860.
- Por rubro:
Agricultura y ganadería: Total: 364,532. Masculino: 336,255. Femenino: 28,278.
Industrias: Total 458,429. Masculino: 314,586. Femenino: 143, 843.
Electricidad y Agua. Total: 77,846. Masculino: 50,018. Femenino: 27,829.
Construcción. Total 421, 873. Masculino: 413,767.
Comercio: Total: 937,676. Masculino: 555,429. Femenino: 382,246.
Hoteles, Bares y Restaurantes. Total: 307,961. Masculino: 305,569. Femenino: 21, 801.
Transporte y Comunicaciones. Total: 327, 369. Masculino: 305,569. Femenino: 21,801.
Intermediación Financiera: Total: 107,825. Masculino: 58,839. Femenino: 48,986.
Administración Pública y Defensa. Total: 246,278. Masculino: 162,475. Femenino: 83,802.
Enseñanza. Total 271,216. Masculino: 79,052. Femenino: 192,163.
Salud y Asistencia social. Total 180,078. Masculino: 40,606. Femenino: 139,472.
Otros Servicios: Total: 897,327. Masculino: 306338. Femenino: 590,989.
Hemos visto la radiografía exacta de cómo andamos. Se produce con ello ipso facto un verdadero diagnóstico. ¿Estamos conforme? Creemos que nadie que piense un poco diría que sí. ¿Podemos mejorar? Un sí rotundo. ¿Qué hacer? Invertir con calidad en el capital humano, desarrollar más y mejor el capital intelectual. Diseñar más lo que queremos y donde podemos ser más competitivos. Como evaluar nuestras ventajas comparativas y como transformarlas a ventajas competitivas. Verbigracia: nuestro territorio geoestratégico porque no nos convertimos en un hub logístico, líder de Centro América y el Caribe. ¿Qué necesitamos para ello?
Si vamos a seguir desarrollando el Turismo y es parte medular de nuestra ventaja competitiva, por qué no tomamos en serio los idiomas: inglés, francés, alemán, ruso, mandarín, japonés; donde todo el que termine el bachillerato debería saber tres idiomas, claro, incluyendo el suyo. Solo el 71% de las mujeres terminan el bachillerato y apenas un 50% los hombres. La deserción escolar es muy alta en este segmento del nivel educativo, pues terminan la primaria cerca del 85%. En el camino se pierden más de un 35%. Implica también una nueva mirada: la discriminación por género es muy agresiva y grosera en contra de la mujer:
- Ganan menos que los hombres haciendo el mismo trabajo. Alrededor de un 21% menos.
- Hay más mujeres que hombres, más preparadas y como nos dice el Banco Central: PET: 7, 813,508. Población masculina en edad de trabajar: 3, 747,806. Población Femenina en edad de trabajar: 4, 063,702. Sin embargo, de 4, 333,641 tanto formal como informal, solo hay: 1, 859,090, esto es: 40% de los empleos Con una marcada tendencia al empleo informal y con mayor precarización. Si a eso le sumamos que la mujer, en un 36% de las familias conduce a los hijos sola por la ausencia del padre y padres irresponsables.
Tenemos que desarrollar talentos, que es la combinación de capacidades, compromiso y acción. La sociedad de hoy, solo encontraremos un espacio significativo en el futuro si se asume, desde ahora, en una perspectiva proactiva, un nuevo acomodo con el mundo y para ello, ha de empujarse desbrozando la prehistoria en que nos encontramos. ¿Qué competencia buscamos y que podamos medir? Buscamos talentos que combinen armónicamente:
- La adaptabilidad.
- Pensamiento crítico.
- El optimismo.
- La empatía.
- Creatividad,
- Curiosidad
- El desarrollo de la cultura del principiante haciendo la tarea de manera permanente.
Esas características, sin importar la profesión u oficio, han de ser desarrolladas ¿Cuáles carreras deberíamos asumir con mayor grado de pertinencia frente a este mundo?
- Robótica.
- Derecho cibernético o abogado para la cibernética.
- Ingeniería cuántica.
- Ingeniería genética agrícola.
- Medicina especializada.
- Todas las áreas especializadas del Turismo, por ejemplo, gestión de destinos turístico.
Es crear, como nos diría Joseph Stiglitz y Bruce Greenwald en su libro La creación de una sociedad del aprendizaje: “… La velocidad del progreso ha sido notablemente distinta tanto a lo largo del tiempo como entre los países, y aunque quizá no seamos capaces de explicar toda esta variación, queda claro que las políticas gubernamentales han tenido su papel. El aprendizaje se ve afectado por el medio ambiente económico y social y por la estructura de la economía, así como por las inversiones públicas y privadas dirigidas a la investigación y la educación. El desarrollo conlleva aprender a aprender”.
Debemos de comprender, finalmente, que hay que orientar una visión que se concretice en la praxis, para un futuro más promisorio y ello es posible articulando la competencia con la innovación. Como nos señalaba Philippe Aghion “la competencia estimula la innovación y el crecimiento” y, junto con la creatividad, nos permite diseñar nuevos nichos acordes a las ventajas comparativas que tenemos. Es solo asirnos a esa gran frase de ese eminente genio Albert Einstein “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor y la electricidad y la energía atómica: la voluntad”.