El debate sobre la despenalización parcial del aborto en la República Dominicana parece no tener fin. La decisión de la Cámara de Diputados de mantener el aborto criminalizado en el nuevo Código Penal activó la defensa de las dos posiciones que se han mantenido enfrentadas desde hace casi dos décadas. Sin embargo, en la entrega de hoy nos queremos referir a un solo aspecto del debate: la relación entre aborto y mortalidad materna.
Los proponentes de la despenalización parcial argumentan que la vigencia de las penas al crimen del aborto dispararán los índices de mortalidad materna. Deteniéndonos a escuchar la posición de los “defensores de los derechos de las mujeres”, escuchamos lo siguiente: si no se le permite abortar a las mujeres que han sido violadas, o que han sido víctimas de incesto o cuyos fetos presentan malformaciones incompatibles con la vida, entonces se seguirá condenando a muerte a miles de mujeres pobres, forzándolas a continuar realizándose abortos clandestinos.
¿Realmente hay un vínculo entre la penalización del aborto y los altos índices de mortalidad materna? Los estudios científicos que se han realizado en el país dicen que no.
Para el año 1999, entidades promotoras del aborto como la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el Fondo de la Niñez de las Naciones Unidas (UNICEF) y el Banco Mundial comisionaron un estudio que claramente reveló que los abortos clandestinos no son la causa primaria de mortalidad materna en la República Dominicana.
En dicho trabajo, los investigadores expusieron cuáles son las razones de la mortalidad materna en nuestro país. Veamos:
- Deficiencia en la calidad de los servicios. Sólo un 53% de las mujeres dominicanas recibe asistencia durante el parto por parte de un personal médico entrenado; 2) La mala nutrición, que contribuye por un lado a que muchas mujeres no alcancen la estatura adecuada durante su desarrollo. Esa baja estatura la predispone al riesgo de una labor obstructiva al momento del embarazo; 3) Anemia, la cual es muy común en nuestro país; 4) Deficiencia severa de Vitamina A, yodo y calcio, lo que aumenta el riesgo de desarrollar eclampsia y pre-eclampsia.
Las recomendaciones de este estudio hablan de que para reducir la mortalidad materna, se hace necesario: a) Aumentar el nivel de educación de las comunidades; b) Mejorar el sistema de referimiento de salud; c) Mejorar los recursos humanos disponibles para la atención de estas mujeres embarazadas; d) Mejorar la educación del personal médico asignado a los hospitales públicos; e) Desarrollar protocolos para manejar las emergencias obstétricas y f) Analizar los casos de muertes de embarazadas para su futura revisión y corrección.
Nueve años después, el destacado médico dominicano Eddy Pérez Then, actualmente decano de la facultad de medicina de una universidad, fue comisionado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que analizara las causas de la mortalidad materna en el país y en sus conclusiones no hallamos nada que vincule la mortalidad materna con la vigencia de las penas al crimen del aborto.
El informe presentado por el Dr. Pérez Then concluye de la siguiente manera: “existe en la actualidad una situación crítica en lo que respecta a la calidad de la atención de las embarazadas y de los niños menores de un año en centros de atención primaria de la República Dominicana. El hecho de que sólo un 8% de los proveedores de salud cumplió con lo estipulado en las guías nacionales del primer nivel de atención sobre los procedimientos a seguir en la atención a la embarazada que acude a centros de atención primaria y que ninguno de los médicos reunió los criterios para considerar una adecuada calidad de atención en los niños menores de un año resulta preocupante, sobre todo porque la atención primaria se considera como uno de los pilares en la reducción de la mortalidad materno-infantil” (Dr. Eddy Pérez Then, Director del Centro Nacional de Investigaciones en Salud Materno Infantil (CENISMI), la Dra. Ana Gómez, investigadora asociada al CENISMI; Calidad de atención a la embarazada y al niño sano en centros de primer nivel de atención de las regiones de salud de III, IV, V y VI de la República Dominicana, abril 2008).
El estudio del Dr. Pérez Then sugiere una serie de soluciones, entre las cuales no se encuentra el aborto. Otros países tuvieron éxito en disminuir la mortalidad materna y no tuvieron que despenalizar el aborto para lograrlo.
Cuando revisamos la historia de lo que ocurrió en el Reino Unido nos damos cuenta que la mortalidad materna para el año 1840 era de 400 muertes por cada 100 mil embarazos. Para 1920, poco menos de 100 años después, se introdujo el cuidado pre-natal, lo cual redujo la mortalidad materna significativamente. Y para los años 1950 y 1960, antes de la legalización del aborto, con la introducción de antibióticos, transfusiones de sangre y de procedimientos quirúrgicos se pudo reducir la mortalidad por debajo de 50 muertes por cada 100 mil embarazos, cifra tres veces menor que la mortalidad materna de muchos de nuestros países, sin ni siquiera mencionarse la palabra aborto.
En Chile, donde actualmente se debate la despenalización del aborto, la mortalidad materna solo fue de un 14 % en el 2003 (Camila Maturana Kesten, Maternal Mortality in Chile. Women’s Health Journal. FindArticles.com. 21 May, 2009), tasa similar a la de la mortalidad materma en los Estados Unidos durante el 2004 (Mike Stobbe, Experts: U.S. Childbirth Deaths on Rise; The Associated Press Friday, August 24, 2007), a pesar de que en aquel país se efectúan 1.5 millones de abortos por año.
A pesar de las evidencias abrumadoras, entidades científicas como la Sociedad Dominicana de Ginecología y Obstetricia defienden la despenalización del aborto. Incluso, su presidente llegó a declarar que “si se aprueba el Código Penal, no podremos ejercer la medicina”. Esperamos la publicación de estudios por parte de la Sociedad, así como por parte de la Asociación Nacional de Clínicas Privadas y del Colegio Médico Dominicano que prueben lo contrario.
De no hacerlo, se demuestra que estas asociaciones no están actuando guiadas por la racionalidad, sino por los intereses. Y es que el aborto es una industria multimillonaria que pretende instalarse en el país, como demostraremos en esta serie de publicaciones.