El pintor español Juan Fernanez Corredor llego a Santo Domingo poco antes del cambio de siglo. En el 1883 llego como dicen nuestros historiadores de arte, ¨procedente de la Escuela de Madrid¨. Al poco tiempo de su llegada Corredor colaboraba con la –revista científica y de conocimientos útiles-.
Ya para el 1886 Corredor se ausentaba del país dejando su clase de dibujo en manos de su alumno de nombre Felipe de los Santos.
Felipe de los Santos es un pintor dominicano con la capacidad para heredar la escuela de Fernandez Corredor y de quien asombrosamente no conocemos ni su obra ni sus discípulos.
El precursor del arte dominicano que pudo dar continuidad y logro pasar el ejercicio de su oficio de su generación a la siguiente fue Abelardo Rodríguez Urdaneta. De los egresados de su taller solo citaremos a tres, por su relación con el tema tratado aquí. Woos y Gil Juan Bautista Gómez y Tuto Báez. El taller de Urdaneta desapareció con su muerte al final del primer tercio del siglo XX.
Celeste Woos formo parte junto al grupo de artistas inmigrantes europeos que fueron los primeros profesores de la Escuela Nacional que fue inaugurada en 1942. Después, se ha dicho que de su taller salió el cimiento de artistas que posteriormente formarían la Escuela a Nacional de Bellas Artes
De Juan Bautista Gómez lo que conocemos porque es lo que se propaga, es que fue quien inicio en el conocimiento del dibujo y la pintura al Maestro Yoryi Morel.
De Morel también se viene diciendo desde siempre que fue autodidacta. Aunque sí se sabe de la Academia de Dibujo y Pintura que fundara Gómez en 1920.
Hasta donde sabemos, los artistas establecidos en el país que fueron egresados del taller de Rodríguez Urdaneta son Woos en Santo Domingo, García en la Vega y el de Juan Bautista Gómez en Santiago.
No sabemos si Tuto Báez estableció su Taller en Santiago aunque si le oí decir al pintor Federico Izquierdo que asistió a sus clases y que fue su discípulo junto al Maestro Morel.
Maestros del inicio de un arte netamente dominicano, lo fueron Morel, de Santiago, Suro de la Vega y Colson de Puerto Plata. De este último no conocemos sus inicios ni sus primeras influencias.
Para los fines del presente escrito el autor ha encontrado algunos datos sobre la formación posterior de Colson. Se habla de sus estudios en la Academia de San Fernando de Madrid.
El autor de este escrito recuerda las anécdotas de Federico Izquierdo, cuando contaba la manera en que tenía que moler el pigmento y aglutinado convertirlo en pintura porque no había para artistas en el comercio de la ciudad. Su memoria le llevaba al taller de Juan Bautista Gómez, taller al que también asistía en su infancia el maestro Morel.
Como nota curiosa debemos consignar, que nadie estudia en la Academia de San Fernando. Acostumbramos a confundir en nuestro país la Academia de San Fernando con la Escuela Superior de San Fernando que es una dependencia de aquella.