Volvieron atracar a Socorro Castellanos. La tumbaron y arrancaron cartera a la salida de la Iglesia San Judas Tadeo, en Naco, hace un año. Ahora un asalto a punta de pistola con mayor pérdida material y riesgo de perder la vida. Ambos en el Polígono Central, una zona donde campea la delincuencia y en la que ya he propuesto en otras ocasiones un simple mecanismo para contratar seguridad privada residencial. Este esquema apoyaría a una policía pública que se ha confesado desbordada por la ola delincuencial, a pesar del aumento considerable de recursos que han aportado las presentes autoridades.
La propuesta es que cada Junta de Vecinos de esa zona llame a concursar a empresas privadas de seguridad para presentar un plan de vigilancia 24/7, en base a unos términos de referencia que incluyan patrullaje de guardianes, cámaras fijas en puntos estratégicos y horas-drones. El alto desempleo en el país y los precios cada vez menores en equipos de vigilancia hacen posible ofertas de costo razonable y la competencia obligaría a las empresas afinar bien sus aspiraciones de beneficios, porque no será una asignación grado a grado.
En los términos de referencia, obviamente, tendrá alta ponderación el mecanismo de retroalimentación y la frecuencia con que se van a presentar a las Juntas de Vecinos los resultados de la vigilancia. Por ejemplo, preservar la identidad de vecinos que se quejen cuando encuentren guardián durmiendo o chateando, copia de los reportes generados por GPS de vehículos que patrullan y estadísticas diarias de eventos.
¿Cómo se pagará el servicio? ¿Quién garantiza que, al igual que en las cuotas de los condominios, terminarán pagando el servicio sólo unos cuántos? Este problema del “free raider” o el parásito que consume bien común donde no es sencillo excluirlo, se resuelve de esta manera. Para los primeros tres años, el gobierno aseguraría el pago del 100% del costo de la seguridad privada, traspasando a las empresas la cuota por apartamento de lo que los dueños tienen que pagar por el Impuesto a la Vivienda Suntuaria (IVSS). Esta es una merma insignificante en las recaudaciones y, a diferencia de otros esquemas abominables de subsidio como el del cine, tiene el potencial inmediato de incrementarlas. Aquí explico.
Un estimado razonable de un experto de seguridad, que me pidió reserva de su nombre, es que Naco se puede proteger adecuadamente con un pago de 500 pesos mensuales por apartamento, en un plan de las características señaladas. Menos de lo que dan por mes a delivery de los colmados. Si en vez de tres, el gobierno le paga a Robertico sólo dos de los plagios y malas comedias que produce al año, se cubre el costo de la seguridad privada de unas 8,300 viviendas de ese sector. Estos RD$50 millones saldrían del estimado conservador de unos RD$220 millones que debe recaudar por el IVSS en ese sector, un impuesto que se cobra dos veces al año y cuyo incumplimiento provoca serias penalidades y obstáculos para trámites relacionados con el inmueble.
¿Cuál sería el impacto en el valor en la propiedad de los apartamentos de Naco, luego de un año exitoso de un programa de esta naturaleza? Obviamente un aumento importante de la plusvalía, que es la base que se utiliza para el cálculo del IVSS. Al cabo de tres años, estoy seguro que el aumento de las recaudaciones por esta expansión de la base imponible que provoca la erradicación de la delincuencia en el sector, el sacrificio del gobierno sería más que compensado. De ahí en adelante, el programa es seguro que sería sostenible y conservado por los residentes, en modalidad cobro directo. Mejor aún, imitado o modificado por muchos otros sectores de acuerdo a sus niveles de ingresos. El gobierno ha botado casi cinco mil millones de pesos en la espantosa aventura de subsidiar una industria que produce cine, un ocio con una oferta gratis legal inagotable. Entonces no hay pero posible en esta idea devolver parte del impuesto a vivienda suntuaria, por el cual no da las contraprestaciones a que lo compromete la naturaleza del tributo. Y para resolver el problema grave de inseguridad para la familia, no para dizque ponerla a reir con Tubérculo y otras peliculadas por el estilo.
Haciendo posible que juntas de vecinos tengan control sobre proveedores privados seguridad se da un socorro definitivo, en estos tiempos de tan grave acoso de los delincuentes a todos y a damas como Socorro Castellanos.