Como si los hechos del pasado quedasen en algún rincón de la gaveta de un  armario llamado olvido. Siento por todos mis poros los mismos aires de aquel triunfalismo preelectoral del 2012. Ya viví esa historia, y no me complacen esas jetas ilusorias de mis amigos PRMeistas: ¡Ahora sí Ganamos! . 

No puedo eludir mi formación marxista y su método científico para comprender  los problemas y los acontecimientos de manera estructural. La descontruccion por partes de las piezas que conforman la totalidad de los elementos. Soy escéptico de las supuestas divisiones internas del PLD. Hace tiempo que esta organización dejo de ser un partido político, cual se pueda derrotar en comisios electorales. El PLD es más que un gobierno con su gabinete, el PLD es más que un Estado. Es pues, una corporación  convertida en un todo. Es el Estado mismo y está por encima del Estado. El PLD es todas las instituciones, es la matrix absoluta del poder en República Dominicana. El PLD es un monstruo convertido en un cloud que maneja en su totalidad la sociedad dominicana y no se derrota en las urnas por la vía electoral.

Medusas en el acuario

El PLD es el todo incluyendo la vía electoral, las urnas, la JCE, la voluntad y la no voluntad de los electores. Aquellos que se atreven a retarles detrás de una inexistente oposición, carentes de líder y de liderazgo y sin capacidad de conducir a las masas a un compromiso de lucha contra el endriago de tres siglas (PLD), al final terminan siendo partes de su totalidad. Sòlo la carestía de algunos séquitos efímeros y ocasionales, que actúan bajo los eslóganes de las emociones, sin estructuras, sin conceptualidades y mucho menos sin Norte, creen que la brecha coyuntural se  abrirá esta vez para derrumbar a Gulliver. Así van envejeciendo entre períodos electorales sin aprender por lo menos la lección del empirismo.

Las  organizaciones consolidadas y amuralladas en el parapeto del poder, no se desploman a gritos. Ya es tarde para eso. El PLD tiene el control. Las elecciones en República Dominicana no se celebran, se arreglan. El voto no es más que una formalidad para evidenciar ante los ojos de la  ingenuidad de que en este país hay democracia.  El PLD es como algunas especies de medusas, que cuando se les parte no se dividen, no más que temporalmente hasta que el veneno tóxico de su biología atraiga la parte separada y de nuevo la integre en su totalidad. 

Pronto vendrán las frustraciones y los desencantos que  alimentarán el poder de la medusa morada. Con su letal toxina integrará a los cabecillas que gestaron en su contra aullidos y marchas. No se avecinan los cambios y menos las transformaciones esenciales que pregonan desde una virtual oposición, sólo la espera de saciar el hambre y la sed de ser y estar en el lugar de la medusa. Empero, la medusa satánica a sabiendas de esa realidad, al final los absorbe y los clona.