“Medir las palabras no es necesariamente endulzar su expresión sino haber previsto y aceptado las consecuencias de ellas”.  –Abraham Lincoln

Finalmente, el 3 de enero 2020 el Presidente de la Junta Central Electoral desarmó la agitación desatada en reacción a las declaraciones del expresidente Leonel Fernández sobre su intención de utilizar unos 5,000 veteranos de las fuerzas armadas y la policía como delegados en las mesas electorales en los próximos comicios. Con la salomónica sentencia de que “Un delegado acreditado, desarmado y en paz será bienvenido”, Castaños Guzmán ha desinflado la conmoción en torno al anuncio del candidato de la Fuerza del Pueblo, hecho el pasado 23 de diciembre, sobre la participación de los exmilitares en la defensa del voto. Según Martín Adames del Listín Diario, el Presidente de la JCE “también consideró que una persona que haya pasado por una institución castrense es un ciudadano en su pleno derecho. Respecto al anuncio del grupo de exmilitares, indicó entender que lo que realmente estos quieren es participar como delegados en las mesas electorales por las diferentes organizaciones políticas que simpatizan.”

Sobre todo, en temporada de elecciones las comunicaciones deben ser particularmente precisas y prudentes para evitar malentendidos, o peor aún, dar oportunidad a los contrarios para sacar provecho político, provocando confusión sobre el real significado de las palabras. El titular del Listín Diario dice textualmente: “Leonel habla de formar comité para vigilar colegios electorales con exmilitares y policías”. En el texto agrega que se estará conformando un “comité de defensa al voto por cada mesa electoral. Vamos a incorporar a los compañeros ex militares y ex policías que tienen experiencia en todo esto y van a estar ahí cerca de las mesas”. No se especifica que se trata de delegados debidamente acreditados ante la JCE participando oficialmente en las mesas (que es muy diferente a estar merodeando cerca de los recintos electorales sin funciones reglamentadas), y se habla de que los veteranos “tienen experiencia en todo esto”. Es cuesta arriba creer que muchos exmilitares tienen experiencia en la veeduría electoral, pues la misión de los uniformados durante los comicios es mantener el orden sin involucrarse en el proceso en sí. El expresidente también hace alusión de manera críptica a la expresión de la posible inconformidad del pueblo “por otras vías”. Resumiendo, en la declaración destacan varios cabos sueltos que se prestan a ser utilizados en contra del declarante por sus competidores políticos.

La imprecisión en el anuncio del 23 de diciembre (habla de un “comité de defensa” y de exmilitares “cerca de las mesas”, en lugar de especificar sus funciones como delegados debidamente acreditados en las mesas) dejó abierta la puerta para la agitación por dirigentes políticos y comunicadores hablando incluso de tirar exmilitares a la calle en un ambiente de guerra y otras exageraciones o distorsiones de lo expresado por el expresidente Fernández. Incluso algunos llegaron a sugerir una posible confrontación armada, como el caso de un diputado oficialista en un tuit reportado el 27 de diciembre por Z101 Digital:

“Si la llamada Fuerza del Pueblo manda, como lo advirtió Leonel Fernández, a viejos ex militares a defender los votos del ex mandatario, la @juntacentral tendrá a su disposición, a contingentes de militares y policías activos, fuertemente armados, para proteger la democracia.”

Aprovecharon sus contrincantes para decir que el expresidente Fernández exhibe un cuadro de desesperación y que las suyas “Son declaraciones típicas de un hombre que ya no tiene nada que perder”. Por su parte, “el vocero del PLD en la Cámara de Diputados, Gustavo Sánchez, lamentó que Fernández, un hombre que siempre se caracterizó por ser moderado, hoy tenga un lenguaje extremista que provoca que la gente sienta que las elecciones serán una guerra”, según reporta Victor Martínez en El Día. Pero también voces moderadas han cuestionado la forma de anunciar el plan para incorporar a 5,000 veteranos en el legítimo ejercicio de participación electoral activa como delegados, como es el caso del AM del 27/12/2019 por Inés Aizpún, titulado “La guardia pretoriana de Leonel Fernández” o el llamado de Francisco Álvarez a sustituir el uso de exmilitares y expolicías para “vigilar la transparencia de las elecciones” por abogados constitucionalistas.

En vista de la fuerte reacción al anuncio del expresidente,  a partir del 27 de diciembre el exjefe de la Policía, Rafael Guillermo Guzmán Fermín, Radhames Jimenez, Bautista Rojas Gomez y otros lugartenientes del expresidente Fernández vieron la necesidad de precisar a la opinión pública que no se trata de hacer patrullaje paramilitar en las calles cerca de los recintos de votación sino de servir en las mesas electorales como delegados de la coalición de partidos encabezada por La Fuerza del Pueblo. De hecho, el exgeneral Guzmán Fermín aclaró en su alocución a los veteranos voluntarios que ellos deberán ser formados y entrenados para ejercer sus funciones como delegados en las mesas electorales.

Aun después de las múltiples aclaraciones de sus principales colaboradores políticos sobre el significado de las palabras originales del candidato de la Fuerza del Pueblo, sus enemigos políticos siguieron proyectando  la imagen de un dirigente desequilibrado, planeando asaltar  y robarse las urnas con fuerzas paramilitares en los lugares donde su coalición de partidos pierda las votaciones. Las imprecisas palabras del candidato de la Fuerza del Pueblo, con frecuencia exageradas y distorsionadas, han sido utilizadas para crear un ambiente de confusión y desconfianza sobre las próximas elecciones, y por esa razón era necesario la intervención de la máxima autoridad electoral para poner fin a la agitación que no contribuye a consolidar la confianza que la ciudadanía necesita sentir en todo el proceso electoral.

A medida que nos acercamos a la recta final, los candidatos y sus colaboradores, los militantes partidarios, las autoridades electorales, los hacedores de opinión, en fin, todos los ciudadanos debemos cuidar el uso de las palabras, pues cada día pesan más y tienen mayor impacto en el éxito o fracaso de las elecciones. El Presidente de la Junta Central Electoral acaba de dar un elocuente ejemplo de cómo utilizar pocas palabras para calmar los ánimos y fomentar el clima de confianza y respeto que el proceso electoral requiere para su éxito y la consolidación de la democracia dominicana. Todos debemos medir cada día más nuestras palabras para aportar a unas elecciones exitosas.