Introducción

1.- Porque la sociedad dominicana está dañada en lo ético, moral, social e institucional, algunos grupos de desaprensivos han llegado a imaginarse que en el país ningún ser humano sirve, y en cada persona física, sin distinción alguna, hay que ver a un podrido, a un corrupto.

2.- Si es cierto que la dominicana, como colectividad humana está averiada, no es menos cierto que hay mujeres y hombres íntegros, que no se han contaminado con la degradación y se mantienen al margen de la cochinada nacional.

3.- En nuestro medio, los sospechosos de ser honrados, por su oscura y rara honradez, se forman la falsa idea de que aquí hay que mantenerse esquivo, muy arisco hasta con los más honestos y auténticos.

I.- El feo caso de algunas ARS y sus sospechas contra médicos y pacientes

4.- Un ejemplo de los que se imaginan sinvergüenzas y ladrones en cada dominicana y dominicano, están en muchas de las Aseguradoras de Riesgos de Salud (ARS), que funcionan en nuestro país.

5.- Puedo dar testimonio de que determinadas ARS, se han llegado a formar la sucia idea de que pacientes y médicos forman una pareja que se ponen de acuerdo para estafarlas en forma miserable.

6.- A médicos y pacientes, necesariamente les debe causar irritación, profundo y fundado enojo, el hecho de ser víctimas de sospecha de estafa por parte de empresas ARS. En mujeres y hombres honrados y decentes la suspicacia con respecto a su honestidad, es una lesión, una afrenta, una ofensa a su conducta y correcto proceder.

7.- Ser honrado y digno, son calidades que todo ser humano debe exigir que se les respeten, cuando ha llevado una vida pública y privada ajustada a la decencia. La buena honra no tiene precio en dinero.

8.- Es una injuria a la acrisolada conducta del galeno, y al enfermo honesto, que una ARS, coloque en estado de secuestro a un afectado ya dado de alta, por ella intuir complicidad para timarla, mediante alianza impúdica de médico y paciente.

9.- Las ARS deben tomar en cuenta el respeto a la persona e investidura del galeno, así como a la dignidad y convalecencia del asegurado. Las conjeturas odiosas y despreciables, carentes de fundamento alguno, no proceden.

10.- Aquellos munícipes que han llevado una vida con buena conducta, sea como médicos o común ciudadano, ni por simple insinuación deben aceptar poner en duda su honradez.

Ideas finales

a.- Tener habilidad para ganar dinero no le da derecho a ningún dueño, gerente, funcionario o simple empleado de una ARS a aventurarse a poner en incertidumbre el quebranto de un afiliado ni la decisión de internamiento del profesional de la medicina.

b.- Sea en el campo del honor o en los tribunales, la persona honrada debe ponerle coto a la insolencia de algunas ARS que hacen suponer conciertos ilícitos entre médicos y pacientes para engañar a las aseguradoras. Las sospechas infamantes han de tener una respuesta, porque el honor no debe andar por el suelo expuesto a la voluntad de un abusador.

c.- Para el médico es una ofensa que pongan en entredicho su sano proceder, conducta ejemplar y capacidad. El hecho de que una ARS accione con incertidumbre, porque se imagina un concierto de estafa entre el enfermo y quien procura sanarlo, daña tanto al galeno como al enfermo.

d.- Crea un feo ambiente la ARS que siembra la duda de si ciertamente el enfermo necesitaba internamiento y la sana voluntad del médico que ante la realidad de la lesión decide internarlo.

e.- En el medio social dominicano, una de las tantas formas de los médicos de comenzar a darse a respetar como persona y profesional de la medicina ante algunas ARS es que ellos sean creídos por la decisión que toman, sin necesidad de ser supervisados por personas extrañas a las ciencias médicas.