Yo…que en este país del absurdo…no soy "El Supremo", ni el menos bronco, ni el más avispado…me autoproclamo…Ministro Educación…aunque me sienta ser un boschista aborrecido por la masa plebeya que ha dejado su cabeza colgada detrás de la puerta de la sinrazón, en este instante del olvido y las penumbras.

Yo…el autoproclamado…mediante resolución de mi conciencia levantina y transformadora, declaro suspendida la "Tanda Extendida", hasta que me lleguen pintores, poetas, músicos, payasos, peloteros, folkloristas, magos y equilibristas, para que me llenen de magia, ritmo y alegría cada espacio que hoy luce vacío y en soledad, provocando que niños, después del almuerzo cotidiano, se "amemen" y se duerman sobre sus cuadernos.

De igual forma, declaro suspendida las conversaciones con la Asociación de Profesores (ADP), hasta que no tengamos un pliego de principios que nos comprometan más con el desarrollo de este país y no suspender la docencia por cada "nublason" del cielo, en este "trópico picapedrero".

Yo, un "homo digitalis", hecho para crear nuevos mundos…me autoproclamo Ministro de Educación y, amparado en autoproclamación, declaro nula la mal llamada revolución educativa, hasta que no cambie el rediseño curricular y adiestren a los maestros a "enseñar deleitando y a deleitar enseñando". En mi gestión de autoproclamado Ministro, declaro suspensión de docencia, hasta que cada maestro y cada maestra aprenda a poner a pensar bien a mis hijos y a tus hijos, dentro y fuera de la escuela.

Yo…el autoproclamado, que no soy de apellido "Guaidó", ni me dejo "mangonear" de trogloditas y aventureros… declaro suspendida la docencia, hasta que no me digan quién fue el que autorizó el contrato de 250 millones de pesos para el programa de "Fomento a la Lectura", porque eso no es disposición de un "directorsito" de cultura, por la suma astronómica de dinero y por los compromisos internos y externos que allí están en juego.

Yo…el autoproclamado Ministro de Educación, suspendo la docencia hasta que en cada escuela no haya una mini-biblioteca con libros de consultas…

Declaro suspendida la docencia hasta que la "Comisión de Licitación" no me aclare a mí y al país, el por qué declaró esa "licitación" de emergencia y por qué suspendió al Director de Cultura, sabiendo que ya él había retirado su libro del listado sometido, lo cual fue hecho mediante una carta dirigida al Comité de Licitación (?).

Declaro suspendida la docencia, hasta que no me aclaren ese embrollo de tantos millones de pesos…porque con esos chelitos yo podia obsequiarles varias computadoras a los estudiantes de las apartadas escuelas de Neiba y Galván en la Provincia Bahoruco, en este país del fanatismo politiquero. Hablemos claro!!!

Me autoproclamo Ministro de Educación y…teniendo en cuenta el poder que me inviste como funcionario público, declaro suspendida la docencia, hasta que no se aclaren los concursos que se han hecho, donde muchos de los supuestos perdidos, disque salieron nombrados…

Yo…el autoproclamado Ministro de Educación, suspendo la docencia hasta que en cada escuela no haya una mini-biblioteca con libros de consultas… Queda suspendido el Departamento de Rediseño Curricular completo, hasta que no me presenten un programa de docencia, donde se asuma la lengua, como el único saber que se aprende, para aprender y desarrollar, otros saberes.

En mi condición de "compañerito de la base", me autoproclamo Ministro de Educación y…como libre pensador, asumo la responsabilidad de suspender la docencia, hasta que cada maestro haga suyo el hábito de lectura y aprenda a traspasar ese hábito de lectura a cada uno de sus estudiantes, antes de solicitarles que lean, porque nadie puede dar lo que no tiene.

Me autoproclamo Ministro de Educación y no dejo este "puestesito", hasta que el excelentísimo señor presidente de la República despierte y se recuerde que cerca…muy cerca de él, hay varios compañeritos…que me pueden sustituir de manera patriótica, sin traicionar a don Juan Bosch, como son los maestros Ramón Valerio y Luis de León. Mientras tanto, sigo autoproclamado como Ministro de Educación, por el bien de este país, hasta convertir este heróico territorio, en la magna "República", de Platón.