Para poder expresar algunas observaciones mías sobre la estética y modas que he visto en las calles dominicanas, primero les voy a contar una historieta sobre una amiga de Polonia. La historia de su corte de pelo. Entonces…

Matylda es una chica dulce, pero con un lado más oscuro, lo cual es siempre una combinación deseable, bueno, por lo menos en la literatura francesa. Y eso es lo que ella está estudiando (entre otras cosas obviamente, personas interesantes muy a menudo se dedican a demasiado cosas al mismo tiempo). A pesar de su carrera universitaria tan amplia y humanística, recuerdo que muchas veces iba a visitarle a su casa y hablábamos mucho sobre nada particularmente intelectual, sino más bien en lo que nuestras vidas se convirtieron hace mucho, mucho tiempo. Hablábamos de errores y de este sentimiento extraño de estar perdido en algún lugar en medio del camino, que siempre me hace pensar en los momentos cuando todavía escribía diarios y hacia listas de cosas a comprar. Con Matylda escuchábamos canciones raras (una en concreto se metió con mi cabeza, un rap sobre necrofilia y al mismo tiempo una trágica historia de amor – en serio, se puede llegar a ser más trágico que esto?)

Recuerdo que una vez Matylda me escribió por la noche Hola! Me afeité la cabeza! Ni siquiera lo había planeado antes, afortunadamente personas no convencionales están siempre equipadas con cuchillas de afeitar. Para añadir un poco más de sabor a todo esto Matylda no se afeitó la cabeza en completo. Se afeitó exactamente la mitad de su cabello y en la otra mitad de la cabeza lo tiene largo de color rojo oscuro. Cabe mencionar, afeitarse la cabeza es una de las sensaciones que más empoderan en el universo (junto con un codazo a alguien que precisamente te lo había dado anteriormente a ti y ni siquiera pidió perdón, si no lo han hecho todavía – pruebenlo!).

Yo también he experimentado la extravagancia de afeitarme la cabeza, siendo toda rock and rolly decadente, pero no por completo. No lo hice hasta el centro de mi cabeza, sólo una pequeña parte del lado izquierdo. Soy una malona moderada. Dentro de las fronteras de la civilización y previsibilidad. La mitad completa de la cabeza debe ser algo audaz. Realmente debe ayudar a las personas con trastorno de personalidad múltiple a obtener la perspectiva correcta. Uno de estos días. Uno de estos días…

Ahora eso nunca pasaría en la República Dominicana. En una tierra de trajes planchados y corbatas finas esas cosas NI LOCO. En el reino de la poca funcionalidad y paradójicamente en contra del clima, el cabello en la cabeza permanece intacto y con un estilo arreglado. En un país donde una señora mayor pensó que yo tenía cáncer, al ver mi pobre cabeza afeitada. Curiosamente lo de ser conservador con la ropa no se expresa tanto en la longitud de la falda, pero eso es otra historia…

Veo todo eso y trato de adaptarme. Sin embargo, todavía me sorprende que algunas personas aquí se atrevan a decir que un tipo fue apuñalado hasta la muerte por que lo merecía o al menos se lo buscó él mismo, ya saben, por tener piercings, pelo largo y por lo tanto probablemente por ser un consumidor de drogas satánico y abusador de mujeres. Nota curiosa, de donde vengo yo, vemos a la gente con estilo metal generalmente como grupo nerd, muy leído, que estudia alguna carrera humanista poco práctica o, a veces ingeniería y que han leído más libros que lo que una librería vende en promedio anual. Eso puede ser alguna otra forma de etiquetar personas, pero honestamente, me parece un poco más investigada que esta referencia satánica…

Así que, como dije, en una tierra de trajes planchados y corbatas finas, un estilo controvertido no es una opción comúnmente elegida. En este tipo de reino, es decir el reino de la poca funcionalidad y paradójicamente en contra del clima como la República Dominicana, aún más con todos sus dilemas económicos y políticos, parece claro que hay problemas más urgentes que divagaciones sobre la libertad de expresión estilística.

Y eso es una pena, porque para mí, personalmente, sería muy divertido encontrar una Matylda local, dominicana, para pasar el tiempo libre filosofando con ella y al mismo tiempo preguntándome continuamente, cómo diablos la pobre muchacha va a encontrar un trabajo fijo en este lugar con ese cabello loco que lleva.

PS. A todos los interesados, Matylda está bien, pero ya aburrida de su medio cabello se afeitó la cabeza completa. Dice que es muy cómodo. Le creo solamente para no tener que investigarlo empíricamente.