Los reportes del Ministerio de Salud Pública sobre la multiplicación de los infectados y de los fallecidos a causa del COVID19, preocupan a más y más sectores de la sociedad. La pandemia nos ha dado un batazo entre left y center, vaciando las bases, empatando el juego y obligándonos a entradas extras.
La población infectada se reproduce a un ritmo que, de no lograr un cambio radical en los próximos 10 días, la actual administración entregaría el país al presidente Luis Abinader, con más de 65,000 infectados, casi 1,900 fallecidos, con el sector salud colapsado, y con su personal totalmente agotado y frustrado.
Un factor coadyuvante ha sido el manejo politizado de la pandemia para beneficiar a personeros oficiales insaciables. Como resultado de la lenta adquisición de los insumos necesarios, cuatro meses después las pruebas PCR apenas representan el 40% de las necesarias, según el Dr. Rafael Sánchez Cárdenas, ministro de salud.
Hace unos días, el ministro reconoció que “el Gran Santo Domingo presenta una saturación de un 79% en el número de camas hospitalarias para COVID19, teniendo 487 personas en internamiento y 104 en cuidados intensivos”. Desde entonces, la situación se ha tornado mucho más crítica, incluyendo a las provincias de Santiago y Duarte.
El Dr. Waldo Suero, presidente del CMD, señaló que “en las últimas dos semanas se dificultó conseguir una cama en cuidados intensivos. Esta situación fue confirmada por Rafaela Figuereo, de Conasalud, y Julio César Cruceta de (Sinatrae) quienes declararon que, al no existir disponibilidad de camas en los hospitales, habrá que acostar a los pacientes en los pasillos.
Por su parte, Alma Morales Salinas, representante de la Organización Mundial de la Salud OMS/OPS, recomendó “un cerco epidemiológico en el Gran Santo Domingo y Santiago, a fin de detener la expansión del coronavirus”, coincidiendo con los líderes del sector salud. Estas dos ciudades concentran el 60% de los casos y el 80% de la ocupación de las UCI.
La necesidad de restablecer un estado de emergencia focalizado
La presión por restricciones a la movilidad y a las actividades económicas subió de nivel, cuando el gobierno norteamericano alertó sobre el descontrol existente y recomendó a sus ciudadanos abstenerse de viajar al país, asestándole un serio revés a los esfuerzos gubernamentales y del sector turístico por reactivar el flujo de visitantes.
Todo luce indicar que no nos queda otra alternativa para contener el avance progresivo del COVID 19. El gobierno, originalmente renuente, en consenso con las autoridades electas, se encamina a restablecer el toque de queda y otras restricciones en la capital y en Santiago, una medida dolorosa y políticamente costosa, pero absolutamente necesaria, en las actuales circunstancias.
Ante este lamentable retroceso, mucha gente se lamenta que grupos políticos irresponsables y sectores sociales inconscientes, hayan echado a perder todo el esfuerzo y el sacrificio del país durante más de cuatro meses de cuarentena, desempleo y restricciones, para al final tener que volver a someternos a los mismos sacrificios.
Pero, además del restablecimiento del toque de queda focalizado, es necesario garantizar, sin ningún tipo de contemplación, la estricta observancia de las medidas restrictivas y de distanciamiento social. La falta de vigilancia y la blandenguería oficial, han quedado de manifiesto ante la tardía intervención luego de múltiples aglomeraciones y celebraciones públicas, sin la debida protección sanitaria.
Insistimos en que todavía el presidente Danilo Medina, tiene tiempo para contener este virus tan pequeño, pero temible y peligroso. Señor presidente termine su mandato combinando una emergencia focalizada con el cumplimiento estricto de la ley y de las recomendaciones sanitarias.