Universalidad e identidad aparecen en la obra de Max Henríquez Ureña como líneas de pensamiento y creación que dialogan en el proceso y la evolución de las letras, las artes, las visiones epocales justificadas o simplemente defendidas por el juicio en libertad, el juicio de necesidad y el propio juicio de creación.

Las formas de la lectura que practicó MHU como conferencista, profesor, divulgador de saberes y periodista adquieren valor como creación e información ligadas al ejercicio del pensar sobre marcos histórico-literarios y comparativos útiles a la hora y fecha de asumir compromisos teóricos, críticos y docentes. Sus lecciones y páginas sobre literatura alemana, italiana, francesa, y neogriega demuestran un contacto con las culturas que respetó junto a criterios históricos y criterios forjados a todo lo largo del siglo XIX y a comienzos del siglo XX.

La concepción de los usos literarios y la criteriología que adopta nuestro autor, refiere a los datos que revelan estados, procesos, lecturas, búsquedas y demostraciones tal y como se hace observable en ensayos como: El intercambio de influencias literarias entre España y América, Las influencias francesas sobre la poesía hispanoamericana, Poetas cubanos de expresión francesa, Schiller: su obra. Su influencia en la literatura alemana, Dos muertos ilustres: Benda y Papini; Balzac y su Comedia humana, De Rimbaud a Paternak y Quasimodo y otros.

El alcance de su práctica histórico-crítica, divulgadora y marcada por el comparatismo y la filosofía de la obra literaria, adquiere vigor cuando nuestro polígrafo transita por los caminos de la lectura crítica en progreso, reconstruyendo en algunos casos trayectorias que han tenido un pronunciamiento en el contexto internacional, pero además, y sobre todo, en el contexto de la América continental donde MHU reconoce y analiza las obras, huellas de obras, influencias, predominantes estilísticas, expresión formal y otros aspectos o trazos de la motivación histórico-critica.

En efecto, MHU utiliza algunos cauces apreciables de la obra literaria como espacio de lengua, tradición y cultura, tal y como se puede leer en Obra y Apuntes (Ver Literatura no hispanoamericana 1, en Tomo X), donde el temario organizado por los editores de dicha obra ofrece informaciones sobre el trazado intelectual de MHU y su ensayismo histórico-literario. (Ver “El teatro medieval. Rosvita”, pp. 83-86; “Dante Alighieri”, pp. 87-92; “Ronsard y “La Pléyade” en Francia”, pp. 101-104; “Goethe”, pp. 133-134, “Rubén Darío y el Modernismo”, pp. 137-138; “La poesía y el teatro antes de Shakespeare”, pp. 151-170; “La literatura inglesa en época de Shakespeare”, y otros que conforman el volumen).

¿En qué consiste la ideología escrituraria e interpretativa de MHU? La pregunta requiere y reclama de una explicación si atendemos la problemática misma que resume cada texto delimitado en su tema, tratamiento y horizonte de búsqueda. Sin embargo, la potencialización axiológica y estética propia de un texto narrativo poético, ensayístico o teatral que se orienta al escenario o los escenarios de la lectura y la escritura, remueve, explica o particulariza la materialidad misma de la obra en texto, lenguaje, contexto y libertad interpretativa.

Por lo mismo que la lectura de MHU es, sobre todo, enjundiosa y en muchos casos llevada a cabo sobre la base de líneas de conjunción del espacio formativo y de divulgación, entramos en la malla interpretativa de un texto que apoya su intención, toda vez que los puntos de comunicación del mismo, refuerzan el contacto y el sentido de la literatura y la cultura como fuerzas de la razón histórico-crítica.

Es así como lo universal y lo nacional, lo mundial y lo regional reclaman la verdad y la acción de un lenguaje y una tradición de imágenes incidentes y formadoras del sentido, sus direcciones ideológicas y confluyentes en el espacio propio de la lectura. Lo que a su vez proyecta un contenido de mundo y relato asegura una visión del lugar, la vida misma del sujeto y sus determinaciones literarias, estéticas y sociales, tal como se lee en los mapas de realidad e imaginación de la novela, el cuento, la poesía, el testimonio y la historia novelada.

Las advertencias de una obra tan diversa debido a sus líneas de creación, requiere de una atención muy particular en lo tocante a la variedad de temas, trayectos, rutarios, visiones y abordajes que presentan sus líneas de trabajo. Las líneas de interpretación observables en ensayos e historias literarias que asumió el historiador, crítico y maestro MHU en algunos momentos de su obra histórico-crítica se orientan hacia un objetivo estético-literario y axiológio.

MHU analiza la obra como un universo expresivo y disposicional mediante el cual se dejan leer los elementos, núcleos estilísticos, materias verbales y formas expresivas caracterizadas en la base misma del registro crítico, poético y temático fundamentado como orden y hábito científico de una práctica instruccional dotada de valores, fuerzas expresivas y facilitadoras, dirigidas hacia el entendimiento de una orientación a partir del modernismo y las visiones vanguardistas de comienzos de siglo XX.

Las lecciones sobre novela, teatro moderno italiano, teatro contemporáneo, romanticismo francés, y Balzac propenden al tratado, al trazado monográfico y crítico marcado por la doxa crítica (Ver, “Lecciones…” en Literatura no hispánica, en Obra y Apuntes, pp. 107-110; 111-112; 113-114 y passim.)

La erudición histórica, literaria y cultural se explica mediante la capacidad de leer, escribir, disertar y reflexionar los problemas contemporáneos de la literatura, sus productos y contextos específicos. MHU fue un estudioso de la producción intelectual y literaria nacional caribeña, latinoamericana y universal, pero todo análisis y pensamientos sobre obras, períodos, ritmos históricos, literarios y culturales de apoya en base a las ideas que nuestro crítico y humanista ha construido en proceso y cardinal histórico-literario.

Según se lee en la introducción al volumen firmada por Elina Miranda Cancela y Mayerín Bello Valdés”:

“Los ensayos que componen este libro no solo reafirman los criterios antes expuestos sobre la erudición, sensibilidad y fundamentos del ejercicio de la crítica y la enseñanza literarias manifiestos en sus apuntes, disertaciones y escritos compilados en los tomos I y II, sino que Henríquez Ureña ha sabido recoger artículos, si bien publicados con anterioridad, de tal manera que a través de sus páginas el lector obtenga una cabal idea del desarrollo y la significación de movimientos y autores de las literaturas europeas y de la primera mitad del siglo XX, sustentada en sólidos criterios sobre el sentido y el valor de la creación literaria y una amplia base referencial, al tiempo que disfruta del propio texto, escrito con gusto, elegancia y amenidad, como para que su reconocida ejecutoria de promotor cultural, tan celebrada por todos cuando vivía, continúe incidiendo en cada uno de los que se acerquen a sus páginas”. (Ver, Literatura no hispánica 3 (Vol. XII), op. cit. pp. XVI-XVII)

Como intelectual de alta voz y consistencia, MHU fue testigo de una época y praticó una crítica rigurosa equilibrada y algunas veces vertical, utilizando matices, tonos y diferencias legibles y puntuales asumiendo sus propios ritmos ideológicos y poniendo en claro sus ideas frontales y hasta responsivas.

Según Elina Miranda Cancela y Mayerín Bello Valdés:

“… Max Henríquez Ureña demuestra, una vez más, con estos ensayos, sus dotes críticas y su buen tino para valorar una serie que el tiempo ratificará como perdurables”. (Ver, p. XVIII, Vol. cit.).