No solamente los tres tomos de Max Henríquez Ureña publicados bajo el título Letras de América (op. cit.) representan el ensayismo literario de nuestro autor.  La gran cantidad de ensayos y conferencias dados a la estampa en Cuba, España, México, Argentina, Estados Unidos, República Dominicana y otros países constituyen el ensayismo crítico-literario intensivo de MHU.  Su prosa ensayística se destaca mediante intervenciones políticas, cartas diplomáticas e informes internacionales  que le tocó socializar y orientar como Superintendente de Educación, Canciller de la República, Conferencista y Embajador en la Era de Trujillo, de quien fuera un destacado funcionario y diplomático.

Al leer sus informes oficiales y oficiosos que escribía sobre diversos tópicos políticos y diplomáticos se hacen visibles y legibles sus dotes de gran ensayista, abogado, historiador y literato, algo que también resalta en sus escritos y panoramas literarios.

Max Henríquez Ureña, quien fuera discípulo de su hermano Pedro Henríquez Ureña, prosiguió la línea de investigación que la familia Henríquez y Carvajal había asumido como parte de una defensa educativa, histórica y política de corte nacionalista.  De ahí su perspectiva integradora y axiológica de saberes humanísticos, advertida en toda la extensión de su periodismo cultural.

El elemento informativo y biográfico-histórico, notorio en la estructura composicional de sus ensayos, remite a una conjunción de estilos que podemos advertir en centenares de ensayos bibliográficos, literarios, culturales, memoriales, institucionales, filosóficos, históricos y políticos que cultivó con esmero,  pasión y saber.

De ahí su importancia como informador público y como ensayista de altos registros escriturarios.  El ensayismo de MHU es una vertiente orientacional y cultural de este autor dominicano, conocido como continentalista por sus aportes a la diplomacia dominicana y su historia.  (Ver, Historia y Política, Tomo V1 y Política Internacional, Tomo 2; op. cit.)

La elocuencia observada en sus discursos académicos, literarios, históricos, jurídicos y bibliográficos, constituye un punto cardinal para el estudio de su obra y producción intelectual.  Aunque los escritos sobre el ensayismo literario y cultural de MHU no han sido abundantes, su extensa obra que abarca más de treinta volúmenes, de variados temas, asuntos y cardinales, presenta interés no sólo desde el punto de vista literario, sino también desde el punto de vista sociocultural, histórico y diplomático.

Tal y como destaca la investigadora cubana Diony Duran en su presentación-prólogo a Letras de América:

“… los trabajos que durante su larga y exitosa vida dedicó a estos países, son de alguna manera como la columna vertebral de su pensamiento crítico y temático.  Conocedor de la actualidad literaria hispanoamericana, activo participante en coloquios, hombre con un sentido moderno de las relaciones públicas, del intercambio intelectual, de la proyección de la obra y de su publicación, Max Henríquez Ureña pensó, habló y escribió sobre temas muy variados y contemporáneos a él. Son ellos estudios novedosos por presentar o descubrir talentos, por mantenerse actualizado y conocedor del movimiento de las letras hispanoamericanas”. (Ver Diony Durán, Prólogo, Letras de América 1 en Obra y Apuntes, op. cit., Tomo XVI, p. XII)

A seguidas, la investigadora y ensayista cubana destaca y ofrece un juicio en torno a los artículos breves y las características de su ensayismo y trabajo escritural:

“Los artículos breves fueron condicionando una base, cuyo grosor identifica la información acumulada por el crítico literario que a la larga articularía ese conocimiento en textos de historia de la literatura, obras de madurez, testigos de la erudición, el pensamiento crítico y la capacidad ordenadora de un hombre con el talento privilegiado de su familia y la nombradía de sus apellidos.  Donde estuvieron los hermanos Camila, Pedro, Max Henríquez Ureña, fecundaron esas tierras literarias con su labor incesante”.  (Op. cit. Ibídem, loc. cit.)

La extensión de su obra necesita hoy de ciertas pesquisas, tratamientos y lecturas direccionales, pues todo el acumulado y acabado de sus obras está hoy por conocer, identificar y sobre todo de estudiar en productividad, contexto y recepción.  Se trata de asumir una búsqueda en torno a estructuras, variables, coyunturas y aspectos cardinales de su obra.(Ver Panoramas, Misceláneos, Letras de América )

La lectura polidireccional de los tres tomos que denominamos Letras de América, abarcan autores, obras y tendencias intelectuales de la literatura hispanoamericana.  Nuestro autor constituyó un archivo literario y cultural de amplias consecuencias estéticas, literarias e históricas visibles y sensibles en los tres volúmenes citados y en otros que iremos abordando en el proceso de estudio de su vida-obra-recepción.  De ahí que su ensayismo debe ser considerado, estudiado y proyectado como intencionalidad abarcante de saberes en diálogo y donde sus núcleos de escritura y doxa crítica producen un estado de la cuestión lectura de su continentalismo en el orden hispanoamericano y euroamericano. La continuidad de su hispanoamericanismo se advierte en los tomos X, XI y XII de su Obra y Apuntes, titulados Literatura no hispánica, donde su práctica compendiosa aspira a constituir estudios continentales (América y Europa), asumiendo vertientes de lectura e interpretación que deben hoy ser visitadas a los fines de constituir direcciones propias de la historia literaria y cultural hispanoamericana y universal.

Resulta pertinente darle la palabra nuevamente a la estudiosa Diony Durán en cuanto a una observación que reviste interés crítico puntual sobre las páginas desconocidas y que han quedado “rezagadas” en cuanto a publicación:

“Las páginas que quedaron rezagadas o necesitadas de nuevas publicaciones,  ponen de manifiesto esas cualidades de Max Henríquez Ureña, y no precisamente como la característica final de su acumulado intelectual, sino como una condición de su talento a lo largo de las diferentes fechas y, por supuesto, edades en la que escribe.  Los textos que el estudioso dominicano quería reunir, compendiando –como se ha dicho-, temas de los tres países: Santo Domingo, Cuba y México desbordan el espacio de un libro, por lo que ahora estarán compendiados en tres tomos”.  (Op. cit. p. XIII)

Es importante señalar, en este sentido, el valor del primer ensayo que aparece situado en el Tomo 1 de Letras de América, titulado: Unidad de las letras antillanas.  Dicho ensayo fue un trabajo presentado como contribución presentada al Congreso de profesores de literatura iberoamericana que en esa ocasión se llevó a cabo en Puerto Rico en 1950.  Según la nota de la compiladora, dicho trabajo “…aparece fechado en La Habana, en julio de 1957) (vid. p.3)

En efecto, el ensayo “Unidad de las letras antillanas” se presentó y escribió como una pequeña historia literaria y cultural de la producción antillana o propiamente dicho caribeña.  La misma estructura informativa y temática del ensayo se apoya en una perspectiva-escritura de precisión histórico-documental, biográfica,  geocultural, tal y como se puede advertir en su desarrollo.

Las veintinueve partes de este ensayo histórico-literario y  cultural (ver, Vol. XVI, op. cit. pp. 45-64), forman parte de un panorama preciso apoyado en una información bibliográfica e historiográfica de conocido valor en el ámbito de las Antillas de habla hispana en la década del 50 del siglo XX, era desconocida en sus puntos fuertes (geografía, letras, economía, artes y otros); y por lo mismo el Caribe insular, las misiones políticas y culturales propuestas no contaban con acciones de difusión sociocultural real en el sentido en que hoy se conciben algunos programas especiales, específicos y las investigaciones, recursos que hoy forman parte de un haber y tener en contextos de producción, saber y hacer como marco histórico de desarrollo.