Recientemente se cumplió el bicentenario del nacimiento de Matías Ramón Mella, trinitario destacado por su participación en el proceso de construcción del Estado Dominicano. De su trabucazo salió el grito por la dominicanidad y por sus dotes militares y políticos, compartió la dirección de importantes batallas independentistas.
Por sus méritos, fue reconocido como Padre de la Patria junto a Juan Pablo Duarte y Francisco del Rosario Sánchez y en función de esto, su bicentenario fue celebrado con diversos actos en el Distrito Nacional y varias provincias del país. El presidente de la República encabezó las actividades, la Cámara de Diputados destacó el evento, los Ministerio de Educación y de las Fuerzas Armadas jugaron su rol y la Comisión de Efemérides Patrias develizó una estatua de Mella en la Puerta de la Misericordia.
En todas estas actividades las grandes ausentes fueron las autoridades municipales de Villa Mella. La Sala Capitular no se dio por enterada. Para el Alcalde, la fecha patria parece que pasó desapercibida. Propuestas del Síndico no llegaron a los consejeros edilicios y gran parte de la población no pudo apreciar ni participar de actividad alguna organizada por el Ayuntamiento, con el fin de rendir honor al patrón de la principal ciudad del municipio Santo Domingo Norte.
La razón de este “olvido” pudo ser la indiferencia, el desconocimiento de la historia, la falta de valores patrióticos, la campaña política electoral o sencillamente el desprecio de los principios y pensamientos políticos del Patricio. Probablemente, el Alcalde fue asesorado por uno de los genios consultores del gobierno local quien le convenció de que reconocer a Mella no deja ni votos. Ni dinero.
No es la primera vez que ocurre, Mella ha sido excluido de Villa Mella casi desde su fundación. Pareciera que el patricio no ha existido en la mentalidad de los dirigentes políticos, sociales, económicos y culturales que ha tenido ese municipio. La celebración en grande del nacimiento y pensamiento de Mella siempre ha quedado en un plano no prioritario.
En 1888 el Presidente Ulises Heureaux reconoció, mediante resolución, las comunidades allí asentadas en su época, denominándole <común de Mella> en honor al Patricio Matías Ramón Mella. Desde entonces, esa comunidad creció en la agricultura y la crianza. Su economía se sustentó durante mucho tiempo en la venta de la carne y el chicharrón de cerdo, producto que le hizo famosa, llegando a convertirse en una marca. Todavía hoy el chicharrón es sinónimo de Villa Mella y viceversa.
El chicharrón ocultó la figura de Mella y ninguna autoridad municipal se ocupó de proyectar la imagen del patricio por encima de ese producto. Tanto es así, que el ex Síndico de Santo Domingo Rafael Antonio Suberví Bonilla, en uno de sus dos períodos como jefe del Ayuntamiento (1994-1998 y 1986-1990), construyó la Plaza del Chicharrón dejando a Mella de nuevo en el olvido.
Más adelante y durante el gobierno perredeísta de Don Antonio Guzmán (1978-1982), la fiebre porcina terminó con el reinado del chicharrón. Lo rural se fue convirtiendo poco a poco y chin a chin en urbano. La agricultura y el campesino prácticamente desaparecieron. La población crecía y pasaba a vivir asalariada o del chiripeo en la ciudad capital. Con todo esto llegó, supuestamente la descentralización municipal y el 16 de octubre del 2001 la ley 163 hizo de Villa Mella el centro del municipio Santo Domingo Norte.
El llegar a ser municipio, despertó muchas expectativas, la gente vio la posibilidad de mayor desarrollo, los políticos vieron terrenos, poder y presupuesto y Mella en la misma posición de olvido.
Siendo ya municipio y llegado el desarrollo en metro a Villa Mella no faltaron voces en el Ayuntamiento que propugnaran por el cambio de nombre del municipio; aspiraban a colocarle el nombre de “Villa Metro” eliminando el de Mella. También debemos destacar que ninguna de las paradas del metro lleva el nombre del Patricio y en los murales patrocinados por el gobierno local en la avenida Hermanas Mirabal tampoco figura la imagen del Padre de la Patria. Mella continúa excluido de Villa Mella.
En honor a la verdad la responsabilidad es también de los dirigentes sociales, educadores, la sociedad civil y ciudadanos(as) que habitamos en el lugar, nuestro accionar ha sido poco o posiblemente ninguno por lo que es tiempo de reparar este mal.