Acabo de ver a John McEnroe en el show de David Letterman en una maniobra problablemente chistosa: derribar a bolazos -golpeados con una raqueta de tenis-, una estrella de un árbol de Navidad (la estrella era un pastel, no sé si un apple pie). Lo cierto es que en la década de los 80’s, todos estábamos conminados a seguir a McEnroe que hacía de las suyas en el US Open y en Wimbledon.

Uno se propone entender su mal humor en la cancha (a veces indigerible y a veces chistoso), porque uno entiende que la gran cancha de tenis que es la vida es así mismo: a veces protestas, a veces "te quillas" y a veces preguntas: are you kidding?

Esta frase quiere decir lo mismo que la frase que desenfundaba McEnroe cuando protestaba a los árbitros ante una jugada mal cantada. McEnroe era un protestador en su asunto. Se puede decir que nadie como el en hacer valer sus puntos de vista ante las injusticias de un árbitro incorrecto.

Lo cierto es que la frase era realmente la misma que dio título a su autobiografía: "You cannot be serious", libro que será aumentado con un nuevo escrito de la estrella del tenis que saldrá pronto en este 2014. Todo el mundo recuerda el partido en Wimbledon en 1981 -en que McEnroe se enfrentó a Tom Gullikson-, cuando el árbitro Edward James llamó fuera a una de las bolas de McEnroe. El tenista no estuvo de acuerdo y desenfundó su clásico "You cannot be serious, man" y luego con acento de Queens, New York, gritó: "You cannot be serious!" De ese evento histórico hace 32 años.

McEnroe nos ha enseñado a diversificarnos toda vez que después de ser un grande del tenis (7 Grand-slams) aumentó su carrera con una meteórica función en ESPN como comentarista deportivo. Como suele ocurrir algunas veces, McEnroe no se quedó en el tenis e incluso tocó la guitarra (Eric Clapton y Van Halen le eseñaron a tocarla) en el remake del clásico de Led Zeppelin "Rock and Roll" en el evento Rock Aid Armenia. En esa ocasión tocó en compañía de Roger Daltrey de The Who, Steve Harris y Nicko McBrain de Iron Maiden -en el bajo-, y Pat Cash y Andy Barnett en la guitarra. Recientemente lo vimos en la comedia de HBO "Curb Your Enthusiasm" así como antes ha aparecido en películas y en Saturday Night Live. Ha sido comentarista en NBC y CBS aunque su show -que no fue exitoso según el rating Nielsen, titulado "McEnroe" por NBC- despareció a pocos meses de trasmitirse.

Según Reg Lord, un ex-árbitro de la cancha de Wimbledon, Stefan Edberg era un caballero y Pete Sampras era impecable en su trato. Con algunos jugadores, como Andre Agassi, el lenguaje era un asunto del momento. En el caso de McEnroe se específica que este podía ser claramente duro. Esto me ha llevado a pensar en los detalles que hacen que una estrella como el sea un personaje que todos podemos considerar muy diferente a los demás en su perfil público. Aún conflictivos o no conflictivos y a diferencia de John, otros deportistas de élite dentro del terreno de juego tenían sus límites como es el caso de Ivan Lendl, hoy coach de Andy Murray.

Sin embargo, en un conveniente paralelismo o analogía, la defensa de los derechos del consumidor -o del elector o del ciudadano- deberían utilizar más la postura de McEnroe, toda vez que sabemos que este sabía defender sus derechos. Si bien es cierto que era difícil que el árbitro devolviera una jugada protestada por el, no menos cierto es que al conocer el árbitro a McEnroe, las próximas jugadas debían ser "cantadas" con sumo cuidado para evitar su furia.

Asimismo, en el plano político recuérdese que protestas actuales interesantes pueden conocerse en el caso de las luchas armadas en las calles de Egipto. Estas luchas llevaron a Morsi a la bancarrota política y al desvarío personal, así como lo que sucedió a Hosni Mubarak, condenado a cadena perpetua por reprimir manifestantes en la primavera árabe.

Aunque estas versiones son radicales, no menos cierto es que el temor no es una pastilla recomendable en la existencia política de los individuos que -decimos- no pueden dejar de ser políticos por aquello que decía alguien: cuando estás en el mundo tienes que vértelas con algo. La actitud de no compromiso o de hacerse de la vista gorda ante los problemas sociales solo conduce a una especie de limbo existencial: tarde o temprano tienes la obligación de fijar posición. En todo caso, el consumidor (y el ciudadano político), tienen el derecho a la protesta y a la expresión libre ya bien sea en un asunto de calidad de un servicio o un tema puramente político. Sin embargo, en nuestro caso podemos decir que, inoculados en el cerebro con el trujillismo sojuzgador de la protesta cívica y ciudadana, los dominicanos han sido harto permisivos con sus políticos. Según algunos -no muy alejados del Ace o del Match Point- puede decirse que hay poca voluntad de cambio en el estilo de hacer política sobre todo cuando los líderes se hunden en la connivencia y la indiferencia.

En el caso del tenista McEnroe -protestador por excelencia- una demostración de que el prestigio de su imagen ha permanecido incólume fue un anuncio de Navidad en Inglaterra en el cual la leyenda del tenis fue el rostro de una campaña de publicidad del asegurador Protect Your Bubble.