Al iniciar esta empresa sobre temas urbanos, y todavía conociendo de sus complejidades, no nos podíamos imaginar que nos daría para tanto. Ha sido una grata sorpresa que por lo menos nos llevará una entrega más de la serie a parte de la de hoy. Continuamos, recordando que el desarrollo de cada tema lo hemos ido tomando de la entrega número dos de la serie cuyo título  ha sido: Y más propuestas aún…Y más conceptos sobre urbanismo y medio ambiente II.

Morfología urbana de manzanas que generen fachadas bien orientadas y una adecuada proporción de patios de manzana según el clima

Tomar las recomendaciones del libro Urbanismo Bioclimático, al que ya nos hemos referido antes con su debida cita bibliográfica, nos supone una gran ayuda para afrontar el enfoque de la cosa urbana tal y como la entendemos.

La morfología urbana de manzanas, como cuestión de diseño, es uno de los asuntos al que más consideración habría que darle en la mesa de trabajo del proyectista. Evidentemente todo lo que hemos ido analizando es importante y cada uno de los aspectos anteriormente vistos forma parte de un conjunto, nunca mejor dicho; pero el caso de la configuración de la manzana, es lo que a su vez configura las ciudades, sus viales, e incluso los edificios contenidos en una manzana quedan condicionados por la forma de la misma.

Cada tipología de emplazamiento de manzana tiene sus puntos a favor y sus puntos en contra. De acuerdo a nuestro manual de cabecera, o lo que es lo mismo decir, de acuerdo a los establecidos por la Dra. Higueras, y adaptándolos a nuestro medio, tenemos que un casco urbano tradicional, como nuestra ciudad intramuros, sería una zona con una radiación solar reducida,  toda vez que los edificios tengan una altura que arroje sombra sobre los otros edificios vecinos en la acera frontal. Esto lo podemos comprobar todavía más que en nuestra ciudad colonial de Santo Domingo, en el conocido como Madrid de Los Austrias, en la capital española. Es en esta misma ciudad donde el Ayuntamiento ha establecido la no circulación de vehículos ajenos a la zona centro, para evitar, en algún grado, la contaminación ambiental y los atascos del tráfico rodado. Estas dos últimas situaciones se ven potenciadas por el tipo de entramado urbano de esta tipología de ciudad tradicional.

En los emplazamientos de manzanas cerradas, la evapotranspiración, también puede verse reducida y aumentar la contaminación atmosférica, aunque curiosamente puede fomentarse la formación de canales de viento indeseados. Esta tipología de manzana cerrada es propia de zonas como el barrio de Salamanca en Madrid o el Ensanche de Barcelona. En el primero más que en el segundo la combinación de manzana cerrada, es decir edificios contiguos con lindero cero, y la altura de los edificios, impide la entrada del sol a las plantas bajas. Esto en invierno conlleva un consumo importante de calefacción aunque en verano pudiera ser beneficioso.

En la tipología de manzana abierta, el régimen de viento se puede manejar y/o modificar con mejores criterios y también es más fácil manejar las zonas de sol y sombra en favor del diseño urbano, no dejando todo lo favorable para una sola época del año como en el párrafo anterior. Con la manzana abierta también se puede hacer un mejor balance entre espacio edificado y zona verde.

Estos tres ejemplos, obviamente, se quedan en el estándar de fórmulas preconcebidas, lo recomendable es hacer que cada planteamiento urbano sea una respuesta a la necesidad del lugar. El planteamiento tradicional, la manzana abierta o la manzana cerrada no son buenas o malas soluciones; en todo caso, cada propuesta de solución urbana debe obedecer al lugar.