La decisión sobre  el diseño e implementación  del  Plan Decenal de Salud 2018-2028 procede enmarcarla en la inaplazable transformación que demanda  el sistema de salud de la República Dominicana; pero hay que insistir que el diagnóstico se enfoque no sólo desde la perspectiva nacional, sino además desde la comparación ante otros países del mundo y particularmente de la región de América Latina y el Caribe, para poner en verdadero contexto el estado crítico  del actual sistema dominicano de salud.

Veamos algunos datos   comparativos, hoy actualizados, del  Informe de Salud de Las Américas del 2017 de la Organización Panamericana de Salud (OPS).

La Esperanza de Vida al Nacer para la República Dominicana al 2016 es de 73.8 años, mientras que para Jamaica con datos del 2013 es de 74.2,  Cuba con 78.4, Puerto Rico 79.5 y Costa Rica 79.2.

En cuanto a la Mortalidad Materna  para Jamaica,  con datos del 2013,  es de 108.9, para República Dominicana, con datos del 2015, es de 92, Cuba 41.6, Costa Rica 29, Puerto Rico 8.7

En lo que respecta a Mortalidad por Tuberculosis por cada 100 mil habitantes, para la República Dominicana  es de 5.2, Cuba 0.3, Costa Rica 0.7, Puerto Rico 0.3, Jamaica 0.6

Entendemos  por otra parte, que si bien en el anuncio inicial del Plan se ha hablado de un Plan Decenal 2018-2028 procede un cambio a Plan Maestro de Salud  2018-2030  pues  la Estrategia Nacional de Desarrollo  está concebida hasta el 2030; pero además,  el país es signatario ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de la Agenda 2030 que comprende de manera destacada al sector Salud con objetivos al respecto  a ser tomados en cuenta.

A partir de los objetivos de Salud en la Agenda 2030, los propios en la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030 y con un riguroso diagnóstico, es posible estructurar un plan del sector muy pertinente. Proponiéndose profundas transformaciones gerenciales en los modelos de gestión y de atención; así como en la política de financiamiento  respecto a la cual la meta internacional es del 6% del PIB, mientras que aún en el país como inversión pública es del 2.7% del PIB .   Además de los serios problemas de fragmentación que generan mucha inequidad (Contributivo vs Subsidiado),  así como en relación a  la inaplazable separación de las  funciones del Ministerio en cuanto  a  financiamiento, provisión de servicios, supervisión  y rectoría del sistema.

Es momento ya del gran salto en el sector Salud de la República Dominicana mediante un riguroso  plan con una impecable  ejecución. El país lo necesita… y lo  merece.