La semana pasada tocamos el tema de la pobreza energética y nos comprometíamos a continuar con él, en cuanto y tanto pudiéramos elucidar los textos científicos que sobre el mismo estamos investigando, en nuestro ejercicio particular de la profesión.
Pero lo cierto es que cuando tomamos un tema para nuestro estudio individual, y dedicamos compartirlo es porque nos rondan en la cabeza ideas que colindan con la materia que nos ocupa. Tal es el caso con lo que nos pasa con el término pobreza. Sin intentar entrar en consideraciones sociológicas profundas al pensar en la palabra pobreza nos llega a la mente la imagen de la esclavitud. Y sentimos que la pobreza es una especie de nueva esclavitud para los tiempos en los que vivimos, es decir tiempos de libertades (¿?).
“La esclavitud de la pobreza”; incluso al decir la frase notamos que toma sentido y las palabras se entrelazan para formar una cadena conceptual fatal que, desde luego, estaremos todos de acuerdo en que hay que romper.
Retomando lo de la pobreza energética podemos pensar, y es hasta natural, que la misma suponga una especie de nueva esclavitud, de entre otras tantas con las que contamos en nuestra contemporaneidad. El hecho de desterrar las formas de esclavitud actuales es el deber de una sociedad justa y de los entes protagónicos que participen en cada misión de liberación.
Que la ciencia, las ingenierías, las administraciones, se pongan al servicio de un fin como éste, sería un objetivo (y lo es en algunos contextos ya lo es), más que noble, inteligente.
A 500 años de unos de los acontecimientos más importantes para la humanidad en materia de libertades y ruptura de yugos de esclavitud: la publicación de las 95 tesis del Dr. Lutero en la Iglesia de Wittenberg, nos atrevemos a lanzar el desafío de ejercer la justicia social, de acabar con los nuevos nombres de la esclavitud contemporánea ( ) y en nuestro caso vencer la pobreza energética por medio sostenibles…Una vez más suena utópico, pero insistimos en las utopías dado que como diría el Doctor Lutero: “…ir contra la conciencia no es bueno ni es justo…No puedo, ni quiero retractarme…”
Hasta la próxima.