Yo no soy fan del FC Barcelona nunca lo he sido. Disfruto ver los partidos contra equipos de su categoría como cualquiera que le gusta ver buen fútbol y a varios de los mejores jugadores del mundo.

La eliminación del equipo de la Liga de Campeones ha revuelto tanto a fanáticos del Real Madrid, Atlético Madrid y otros, como a los del propio Barza. No es para menos, ya que hace una semana estaban afuera el Real Madrid y el Atlético, y los culés celebraban y disfrutaban eso. Sin embargo, les ha tocado ahora sufrir todas las burlas y críticas luego de la eliminación. Pero las más duras vienen de sus propios fanáticos.

Es entendible que uno critique al equipo que sigue, sobre todo cuando hay dolor por una eliminación. Y, cuando hay otros equipos, -acérrimos rivales- que todavía tienen oportunidad de ganar la competencia más importante. Pero hay que hacer un alto y analizar un poco más allá del dolor, de la rabia, las críticas y burlas. Hay que hacerlo porque ha quedado eliminado el mejor equipo del mundo. Si. Aunque pocos lo quieran admitir, el FC Barcelona sigue siendo el equipo a vencer, con la mejor delantera del momento.

Hay que dejar a un lado las cuestiones morales de Luis Suárez, las incertidumbres fiscales de Lionel Messi, y la altanería de Neymar. Los tres juntos son imparables, pero hasta cierto punto. Son seres humanos igual a cualquier otro y también se agotan física y emocionalmente.

Desde el empate con el Villareal por La Liga, el Barcelona comenzó a mostrar signos de cansancio. Los culés le llaman desgana, desánimo, como si no quisieran ganar. Pero; ¿a quién le gusta perder? El mismo equipo que ha ganado dos tripletes en cinco años hoy ya no puede más. Jugaron más de 70 partidos la temporada pasada y en esta llevan cerca de 60, faltando unos cuantos por jugar. Los jugadores importantes acumulan casi el total de todos esos juegos. Lionel Messi jugó casi todos la temporada pasada, sólo en uno entró como suplente. A todos esos juegos, súmenle los encuentros por eliminatorias con la selección, los viajes en avión, autobús, los entrenamientos, etc.

El FC Barcelona tiene cinco ligas de las últimas seis, y ese mismo número de trofeos tienen en el gabinete para la temporada 2014-2015 también de seis posibles. Encima, ya están en la final de la Copa del Rey y son líderes de la liga doméstica. El tridente “MSN” tiene 69 goles en lo que va de temporada y la pasada acumuló 79 en total sólo en la liga. A los jugadores no se les puede recriminar nada, lo han dado todo y todavía dan la cara y salen a jugar e intentar ganar contra equipos difíciles que tienen todas las ganas de vencerles y hambre de títulos.

Luis Enrique tal vez ha cometido errores y no ha descansado a sus piezas más importantes en partidos que podía haber ganado sin ellos. Pero también hay que pensar y ponerse en sus pies. Considerando lo crítica que es la prensa española y sus fanáticos, también fuese un riesgo que, de salirle mal, entonces lo crucificaran por no alinear a los titulares. Además de que no podemos saber con certeza lo que ocurre dentro del vestuario, los deseos de los jugadores -y más relevante aún- los de la directiva.

Creo que al Barcelona no puede exigírsele más, a los que si hay que pedirles más es a sus fanáticos. Por lo menos a esos fanáticos codiciosos e insaciables, siempre hambrientos de títulos. Esos si pueden ser un poco más comprensivos y menos duros con su equipo. Ya que, como he dicho muchas veces, en el fútbol hay ciclos, buenos y malos: en los buenos se ganan muchos partidos, campeonatos y se rompen récords; en los malos se reestructura el equipo, se sufren derrotas dolorosas y surgen nuevos jugadores. Y eso, eso será siempre así.