Luego de observar y leer los consabidos mensajes de "paz y amor" que proliferan en estos días con motivo de la Navidad, donde la publicidad gastada y cansina de siempre con esa llamada desmesurada al consumo masivo sumado a los ecos de esos buenos deseos que ya decimos por inercia. 

El año que está a punto de finalizar fue un año difícil para todos. En un país como éste, donde el escándalo de hoy, cubre con el manto del olvido al ocurrido antes de ayer, y así sucesivamente, nos abocamos a vivir 365 días arrastrando manchas indelebles de este 2017 y años anteriores en todos los órdenes. Más aún, siendo ciudadanos de un país (en otros países también es lo mismo) donde la corrupción es el plato bandera y el deporte nacional es eludir la cárcel, siempre y cuando el gobierno de turno controle los poderes del Estado, como es el caso desde hace 20 años.

Los casos de corrupción que conocemos desde hace tiempo, serán siempre la eterna interrogante en las cabezas de la ciudadanía pensante en este país. Aquella ciudadanía que no se conforma con un pica pollo y RD$500 pesos.  Aquella ciudadanía en que tengo la "esperanza", cambiemos algún día este sistema nauseabundo del que tantos nos quejamos pero donde las acciones brillan por su ausencia.

Ese cambio no será ahora. Falta mucho trabajo por hacer en la sociedad y no solo me refiero a los típicos procesos electorales sino a profundizar en los cimientos de educación en el país. Educación a todos los niveles en un país donde la pobreza mental de miles de ciudadanos cubre la pobreza material de esos mismos y otros más. Nos falta tanto como sociedad, nos falta erradicar tantas situaciones que no nos aportan en nada y fomentar aquellas acciones que sí aportan al real desarrollo de una sociedad, como los derechos de la mujer, la educación sexual, defensa de los niños y mujeres abusados y sanear el sistema judicial y las autoridades. Nos falta educación en las calles, en las instituciones, con recoger la basura, en el derecho a la sanidad pública en un país que enfermarse para muchos significa la muerte, etc…

Como sociedad no estamos bien.  Solo están bien los ricos de siempre y esos nuevos "ricos" que la política local y el narcotráfico han parido en todos estos años.  Los poderes del Estado están bajo el brazo del Presidente Medina. Los casos pendientes de justicia y apresamiento, como la de los asesinos Quirinito y Argénis, son un fracaso para un Ministerio Público y Procuraduría de dudosa efectividad. Instituciones que deberían velar por el cumplimiento de una justicia divorciada del poder palaciego, pero aquí es todo lo contrario.  Continuamos en el mareo constante con el estruendo, Odebrecht, caso de mafia y crimen organizado que explotó a finales del 2016 y nos ha convertido en la verguenza del continente. 

Así mismo, los desgarradores feminicidios que con el tiempo crecen a velocidad de vértigo reflejan lo enfermizo que están muchos "hombres" cobardes y familias sin educación ni herramientas que conscientes o no, aprueban relaciones disfuncionales que se cuecen en los campos y municipios más atrasados de la isla. Nada nuevo bajo el sol. Y en la ciudad también vemos casos. 

Un cambio de año en el que desgraciadamente los temas pendientes continuarán y el gobierno en su eterno mareo solo se empeñará en lo que ellos consideran importante.

Gran año para todos ustedes…..