El 17 de mayo se celebra el Día Mundial del Reciclaje, una fecha decretada por la UNESCO, que busca concienciar a las personas sobre la importancia del manejo adecuado de residuos y desechos, práctica que contribuye a hacer freno al cambio climático y nos ayuda a proteger nuestros recursos naturales.
Aún así, en esta fecha es importante destacar que los ciudadanos del mundo debemos aprender no sólo a reciclar, sino también a reusar y principalmente reducir esto que definimos como desechos, haciendo énfasis en lo que son los desechos sólidos, principalmente el plástico de un sólo uso.
A pesar de que hace varios años se ha convertido en tendencia el tema de consumo de productos orgánicos y el “Go green”, de una forma u otra, podríamos decir que en múltiples momentos, muchos ignoramos la verdadera realidad que afecta nuestro planeta y el medio ambiente, asumiendo que el plástico, automáticamente lo echamos a la basura, deja de ser nuestro problema.
Hace menos de un año, la tormenta Beryll, en su paso por el Caribe, despertó la conciencia de muchos, atrayendo los ojos de la comunidad internacional a la mira de las playas de la ciudad de Santo Domingo, tras haber sido barridas por una marea de toneladas de desechos sólidos.
En una jornada que duró 3 días, alrededor de 500 personas recolectaron unas 30 toneladas de basura. Siendo una actividad altruista, esta no es sólo una práctica que nos ha puesto en la necesidad de limpieza de playas en un momento puntual.
Meses más tarde, celebrando como todos los años el Día Internacional de Limpieza de Playas, a la par con múltiples organismos distribuidos en todo el territorio nacional, la Unión Europea en conjunto con la Embajada de los Países Bajos, el Ministerio de Medio Ambiente, la Fundación de Saneamiento Ambiental Comunitario y Ciudad Alternativa, se trasladaron a los alrededores del Río Ozama, reuniendo 200 voluntarios del servicio diplomático, habitantes de la zona y colabores de las fundaciones, recolectando en esta ocasión, unas 5 toneladas de desechos, dentro de los que se comprobó que la mayoría de los mismos, consistía en plásticos de un solo uso, que si nos ponemos a analizar, no necesariamente vienen en su 100% de la isla misma.
Yéndonos de lo particular a lo general, y corroborando con las palabras expresadas en esta ocasión por Gianluca Grippa, embajador de la Unión Europea en la República Dominicana, "La problemática de los residuos es global por naturaleza. Los desechos pueden desplazarse por los medios y afectar a otros países.”
De acuerdo a un artículo publicado en National Geographic España, más del 80% de la basura marina son plásticos, y una vez que llega a la naturaleza, su descomposición es extremadamente lenta, lo que produce su acumulación en mares, océanos y playas. Con esto, miles de especies lo ingieren y acaban muriendo o añadiéndolo a la cadena trófica que termina finalmente destinada al consumo humano, siendo su compuesto tóxico causante de enfermedades.
Una buena noticia
Recientemente, el pasado 26 de marzo, la Cámara de Diputados de la República Dominicana, aprobó el Proyecto de Ley de Residuos Sólidos a fin de crear un régimen jurídico que gestione y fomente la reducción, reutilización, reciclaje y aprovechamiento del medioambiente, incluyendo políticas que castiguen el daño a los recursos naturales, adoptando medidas que garanticen la preservación de un ecosistema sano y ecológicamente equilibrado.
La comunidad internacional
Justo un día después, el 27 de marzo, el Parlamento y el Consejo de la Unión Europea aprobó la prohibición de 10 artículos de plástico de un solo uso a partir del 2021.
Los productos incluidos en esta legislación representan, de acuerdo a la Comisión Europea, más del 70% de la basura marina que se desplaza alrededor de todo el planeta.
La lista incluye cubiertos de plástico (tenedores, cuchillos, cucharas y palillos), platos de plástico, sorbetes de plástico, hisopos de algodón hechos de plástico, palos de plástico para globos, artículos de plástico oxodegradables (que de forma alarmante se pretenden hacer llamar biodegradables) y vasos de poliestireno expandido, conocidos como vasos foam.
Además de esto, el acuerdo prevé reforzar el principio de "quién contamina paga", que decreta que la responsabilidad de la recolección de estos desechos recaiga sobre los fabricantes de los mismos, el etiquetado obligatorio del impacto ambiental de residuos que contienen plásticos, particularmente la industria del tabaco, que tendrá que cubrir los costes de recogida y reciclado de los filtros de cigarrillos a partir de 2023. "Una colilla lanzada al mar contamina entre 500 y 1.000 litros de agua", subrayó Frédérique Ries, eurodiputado belga, ponente del acuerdo.
Vivimos en un paraíso en el medio del Caribe. República Dominicana lo tiene todo, descrita por el poeta Pedro Mir “y entre tanto cuatro cordilleras cardinales y una inmensa bahía y otra inmensa bahía; tres penínsulas con islas adyacentes y un asombro de ríos verticales; y tierra bajo los árboles y tierra bajo los ríos”, de igual forma entendemos que cada rincón que el mundo ocupa, es un rincón de todos, y la preservación de los mismos, forma parte de una forma u otra, del granito de arena que cada uno puede aportar como ciudadanos del mundo.
La próxima vez que tengas que tomar una decisión de consumo de plástico de un sólo uso, recuerda que no tenemos que esperar a estar regidos por un sistema legal para hacer lo correcto. Cada granito cuenta.