De entrada presentemos  un caso de inseguridad ciudadana, de los tantos que acontecen en el país, que ha removido las fibras más sensibles de la sociedad dominicana.  El viernes 23 de noviembre de 2012   a la 1:15 p.m., y después de salir de su oficina, la ingeniera Francina Hungría de 28 años de edad, se desplaza en su vehículo por la calle Gustavo Mejía Ricart; dos delincuentes huían de una multitud que los perseguía luego de realizar  un atraco.  Los delincuentes Interceptan a la ingeniera Hungría  y al despojarla  de su vehículo le disparan en el rostro provocándole la pérdida de la visión.

A partir de una exhaustiva investigación de la Policía y la Fiscalía del Distrito Nacional  se concluye que son cuatro los responsables además con un amplio historial delictivo, pero libres y sin vigilancia de ningún tipo. Entre las pruebas presentadas se destaca un video que registra el hecho y que facilitó la identificación de los autores materiales, junto a testimonios y confesiones de los acusados. El 5 de febrero del 2014, ante gran sorpresa e indignación,   sólo es condenado realmente por el tribunal  uno de  los  acusados y  descargados los demás.  El 1ro de agosto de 2014, en apelación, se anuló la sentencia y se ordenó un nuevo juicio. Después de 2 años y 9 meses del hecho aún no hay sentencia definitiva.

Se demuestra que en la seguridad ciudadana tiene profundo impacto las fallas del sistema de justicia; que  los recursos de la tecnología pueden ser una importante contribución; pero que más importante aún es orientar esfuerzos hacia la prevención considerando el  uso  técnico, ético y legal de la inteligencia policial y militar, sin excluir a sus propias instituciones.

Más allá de los patrullajes cuenta la investigación, el acopio sistemático de información, las acciones personalizadas de disuasión y la coordinación con las instancias judiciales.

Un problema mayor corresponde a la gerencia del área a los más altos niveles del Estado y esto es así cuando se recuerda que el 20 de marzo del 2013 se anunció al país el Plan Nacional de Seguridad Ciudadana que se proponía ser una efectiva superación de las anteriores iniciativas.

La ingeniera Francina  Hungría  ha demostrado que aún en tan difíciles circunstancias es  un ser humano excepcional, en la actualidad  aportando  a la sociedad  en distintas áreas; pero su caso como el de tantos demuestra que el esfuerzo principal ha de estar orientado hacia la prevención.

Más  allá de los patrullajes, las ciudadanas y ciudadanos  necesitan respuestas gerenciales caracterizadas por su integralidad y elevada eficiencia.