Marruecos es uno de los países más singulares del planeta, verdaderamente único, sin parangón. Aunque está ubicado en África del norte, es a decir del Rey Hassan II “como un árbol cuyas raíces horadan la tierra africana, mientras que sus hojas respiran aire europeo”.

Yo diría que fue afortunada la expresión, porque la distancia entre Punta Malabata cerca de la ciudad de Tánger, el punto más noroccidental de Marruecos en África y Punta Paloma en el municipio de Tarifa, el punto más meridional de España en Europa, es de sólo 14 kilómetros.

Estos puntos que separan a Europa de África, es por donde se unen el océano Atlántico y el mar Mediterráneo, en el famoso estrecho de Gibraltar. Pero además, Marruecos es el país árabe más occidental, el último de estos países donde se pone el sol, por eso se dice que está en el Poniente o Magreb.

La influencia cultural marroquí es diversa, rica, desde la berebere nativa minoritaria, la árabe mayoritaria, hasta la francesa y la española. El idioma oficial es el árabe, pero también se habla francés y español.

Aunque el pueblo marroquí tiene una historia milenaria, su independencia definitiva de España y Francia se produce entre marzo y abril de 1956 y desde ese momento, como su forma de gobierno es una Monarquía Constitucional, ha tenido tres reyes: Mohammed V, Hassan II y Mohammed VI, miembros de la dinastía Alauí

La singularidad de Marruecos se expresa también en su gastronomía, la manera particular de practicar la religión musulmana, donde la mujer tiene más libertades permitidas; la importancia de Casablanca, su ciudad más poblada y una de las más famosas, por su papel en la Segunda Guerra Mundial y de paso por la película ganadora del Oscar en el 1943, donde se da a conocer esa historia; la ciudad de Marrakech, la antigua capital imperial, la más turística del país, fue donde se firmó en abril de 1994 el Acuerdo por el que se establece la Organización Mundial de Comercio (OMC).

Aunque el pueblo marroquí tiene una historia milenaria, su independencia definitiva de España y Francia se produce entre marzo y abril de 1956 y desde ese momento, como su forma de gobierno es una Monarquía Constitucional, ha tenido tres reyes: Mohammed V, Hassan II y Mohammed VI, miembros de la dinastía Alauí.

La entronización de Mohammed VI, actual monarca, se produjo el 23 de julio de 1999, acaba de cumplir 12 años de reinado. En esta fecha se celebra la Fiesta del Trono, la más importante del calendario político de Marruecos. Como parte de los actos conmemorativos el Rey Mohammed VI pronunció un discurso donde reiteró al pueblo su compromiso con las reformas políticas,  comenzando con la celebración cuanto antes de elecciones legislativas.

En la República Dominicana, su excelencia Brahim Houssein Moussa, embajador del Reino de Marruecos, compartió con los dominicanos la alegría de su país, invitó a una recepción en su residencia donde reiteró el interés del Rey de permitir más democracia a su pueblo y destacó la importancia de las relaciones diplomáticas con la República Dominicana que existen formalmente desde 2009.

Mohammed VI ha sido un Rey inteligente y plural, el que más ha respondido ante las reivindicaciones de su pueblo, los frutos de estos 12 años lo dicen todo. Apostamos por un Marruecos estable, que seguirá creciendo económicamente, que seguirá siendo la puerta occidental del mundo árabe y con el cual la República Dominicana seguirá fortaleciendo lazos de amistad. Felicidades Rey Mohammed VI, adelante embajador Brahim Houssein Moussa.