No sé nada de marketing político, a no ser lo que puedo adivinar a partir del nombre de la disciplina y que pretende ser un híbrido entre comunicación y estrategias que favorezcan la intención del voto a favor de un candidato a puesto electivo. Imagino que la nueva disciplina tiene su método propio y sus enfoques de análisis de la comunicación en política, entre otros puntos. Ahora bien, “yo de propasao” pienso que tiene más de marketing que de político porque se trata de persuadir al votante a tomar una decisión favorable a un candidato.

Con razón o no sobre el marketing político hago conciencia de un fenómeno cada vez más en boga en la única universidad que elige a sus autoridades por el voto popular: la UASD. Este fenómeno lo voy a describir, sin ser irrespetuoso con los candidatos a quienes considero idóneos y representativos del espíritu de servicio y compromiso social que ha retomado la primada de América. Como nos hemos adaptado a las tecnologías y a los grupos de WhatsApp no conviene hablar de “afiches políticos” ni de “cartel” político (en singular, porque en plural sería otra cosa); sino de propaganda política a través de las redes sociales.

Ejemplo uno, día de Duarte. (Imagine la composición de la propaganda política). Una imagen en primer plano del patricio en el borde superior derecho; delante, el candidato en un plano medio, como señalando la continuidad entre uno y otro; a su derecha y en letras legibles, alguna expresión del candidato en torno a la figura que se recuerda y enaltece.

Ejemplo dos, día de la independencia. Una imagen en primer plano de los padres de la patria (los tres). Debajo, a la derecha, el candidato. A la izquierda unas palabras cargadas de emocionalidad en torno al hecho fundamental de constituirnos en nación y llamada al patriotismo.

Ejemplo tres, día de la mujer. El candidato sonriente. Un mensaje a la mujer e imágenes alusivas al momento (flor, mariposas, pétalos de rosas, una silueta de mujer y la fecha, etc.). El color rosa destaca.

Si antes me preguntaba por qué en el país tenemos tantos días y nos agradan tantos las conmemoraciones y actos recordando cualquier fecha pasada, he aquí una respuesta sucinta: sirve de pretexto para montar ideas o vender candidaturas.

Las democracias siempre son imperfectas. Se trata de un proyecto mejorable a través de la crítica y la actuación pensada. Ciertamente los candidatos a cargos electivos necesitan darse a conocer al electorado en quien descansa, en último término, la facultad de elección. Pero una cosa es darse a conocer y otra es la saturación visual de clichés y estereotipos.

Como lo que me anima es la descripción del fenómeno, digo lo que veo: una repetición mimética de la pésima cultura política que nos embarga desde 1966 hasta la fecha. A riesgo de que me señalen como “disparatoso” marco lo evidente: el esfuerzo de legitimación y construcción de simpatías de los candidatos recurriendo a la apropiación de un “capital cultural” ajeno y al oportunismo simbólico a partir de una fecha patria o de una conmemoración simbólica y afectivamente importante.

Lo que preocupa es el espíritu de la vieja política en la manera de hacer marketing político en académicos que, con certeza, han escuchado de los nuevos aires de la buena política. Parece que se prefiere la certeza de lo que ha tenido “éxito”, pero que nos empequeñece como nación.

No creo que lo descrito hasta el momento suceda solo con los candidatos de la UASD por ser de la “uasd”; sino que, con certeza, si hubiese elecciones en universidades privadas se haría lo mismo. No es que la universidad forma la sociedad, sino que se imita el modelo de marketing político imperante en la sociedad y se adapta a los recursos constreñidos que tiene un docente que aspira a un cargo administrativo por elección.

Tampoco creo que es ausencia de propuestas. Son académicos de probada solvencia intelectual y moral que saben deben llevar propuestas concretas. De lo contrario pasarán con mucha pena y sin nada de gloria. Así que esperamos con ansias la discusión de sus propuestas, aún hagan llamados virtuales cuando se acerque la hora cero.