Cuando mi esposo y yo nos mudamos a Miami Shores, al principio, un amigo de Miami Beach me hizo una recomendación, “entrevístate con Mary Benton en Miami Shores, pues ella comparte tu interés por las plantas nativas”. Él añadió que ella, además, introducía en esto el ingrediente de su interés en los polinizadores, esto es, mariposas, abejas, aves, insectos.
Mi primera reacción fue, ¿mariposas?, para mí las mariposas no eran más que bellos insectos que flotaban alrededor de las flores. Al poco tiempo Mary me hizo cambiar de opinión. Ella me explicó que las mariposas eran no solo importantes polinizadores, sino que ejercían efectos positivos sobre las personas, vecindarios y comunidades.
Con comentarios de esta índole, Mary tocó mi punto sensible de antropóloga. Hacía poco tiempo que Mary había comenzado una organización que se conoce con el nombre de Bound by Beauty, http//boundbybeauty.org/. El principal propósito de esta organización es cambiar como los humanos nos relacionamos con la naturaleza y con nuestros vecinos, con el objetivo de crear una comunidad más segura, fuerte, saludable, con mayor belleza, y, hacer de la comunidad un conglomerado resiliente, sirviéndose de las mariposas como catalíticos para el cambio. ¿Les parece una misión ambiciosa, o no?
No transcurrió largo tiempo para que yo sembrara variedades de plantas que atraen a muchas mariposas de atractivo colorido; junto con ellas vienen las abejas y las aves. En la actualidad, cuando me siento en mi butaca favorita en el salón de estar y miro hacia fuera, al jardín trasero, veo continuamente el revuelo de las alas. Por el ángulo del ojo a veces percibo el movimiento de alguna criatura voladora. Al principio, cuando esto sucedía, pensaba que era un pájaro, pero luego me daba cuenta de que se trataba de una mariposa de gran tamaño. Entre las mariposas más conocidas en Miami, una de gran tamaño es la monarca, Danaus plexippus. Esta mariposa es fácilmente reconocible por su llamativo colorido, sus alas son color naranja con líneas negras.
Esta mariposa, la monarca, pasa por la zona de Miami en otoño cuando se dirige hacia el sur, hacia México, en un viaje de más de tres mil millas (3,000) que dura hasta dos meses. En esa travesía la mariposa vuela de cincuenta (50) a cien (100) millas por día. Por fortuna esta mariposa tiene un promedio de vida que le permite hacer el recorrido en dos meses.
La mayor cantidad de las mariposas monarca se encuentra en el este de América del Norte. Cada otoño emprenden la mencionada travesía hacia el sur para pasar el invierno en las montañas de México, esa zona se conoce con el nombre de Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca. Luego en primavera regresan hacia el norte pasando de nuevo por la zona de Miami. Produce gran placer poder disfrutar de la presencia de estas mariposas que despliegan sus brillantes colores flotando entre las flores del jardín.
La parte triste de esta historia es que la población de las mariposas monarca ha disminuido por lo menos en un 90%. No obstante, los jardineros pueden colaborar con el incremento de la población de las mariposas. Como se sabe, las mariposas se alimentan del néctar de las flores. Si se siembran plantas nativas con flores silvestres, tales como algodoncillo, áster y algunas especies de solidago se puede ayudar a la sobrevivencia de las mariposas, pues estas flores silvestres florecen desde el verano hasta el otoño.
Otra forma en que pueden ayudar los jardineros al crecimiento de la población de mariposas es evitando el uso de los insecticidas en sus propiedades. A menudo los fabricantes de insecticidas en sus etiquetas mencionan que sus productos solo matan mosquitos y, que no afectan a los polinizadores como las mariposas. Frecuentemente esto no es cierto. Además, algunos viveros han creado plantas que han sido pretratadas o cultivadas con insecticidas en sus sistemas.
Para no perjudicar a las mariposas se debe evitar la compra de plantas del tipo recién mencionado que matan insectos. Otra práctica que perjudica a las mariposas es que en algunas regiones agrícolas los propietarios de estas siembras usan herbicidas o productos para eliminar las malas hierbas en sus cosechas; estos productos pueden causar daños a las mariposas. En los Estados Unidos algunas ciudades y comunidades en la actualidad prohíben el uso de pesticidas y herbicidas para proteger a las mariposas y las abejas.
Ojalá llegue el día en que las mariposas monarca puedan viajar libremente sin ser atacadas por los desaprensivos agricultores y jardineros. A veces las agresiones proceden hasta de los gobiernos de las ciudades y de los agricultores en gran escala o intensivos. Pensemos en la utilidad de las mariposas con su labor polinizadora y el placer estético que proporciona verlas. Lo expuesto más arriba con respecto de las mariposas puede aplicarse en otras zonas para otras familias de mariposas.