La teatrología es un dominio interdisciplinario y transdisciplinario de investigación que analiza, reconoce el teatro y la teatralidad en base a relaciones sociales, estéticas y culturales. Dichas relaciones se producen en tiempo y espacio. Lo que implica un nivel de transmisión y un alto grado de productividad que hace visible y legible el lenguaje teatral.

La teatrología abarca la condición espectacular, institucional y literaria del teatro, siendo así que desde el punto de vista sociocultural el teatro se constituye como tejido vivo y ligado al espacio público y privado, sobre todo allí donde sus fuerzas productivas desarrollan niveles de comunicación y significación artística.

El marco-universo teatral produce un espacio abarcante donde las fuerzas culturales se convierten en espectáculo real e imaginario, involucrando el juego actoral, la puesta en escena,  el lugar, la expresión corporal y vocal que materializan la productividad del teatro; lo que necesariamente crea las líneas de trabajo, comunicación, significación y producción espectacular.

Escena, escenario, escenificación y escenicidad concurren en lo que desde hace unos años se define como Escenología o ciencia del espectáculo como ciencia de la puesta en escena y de la construcción ideológica del espectáculo. Podemos decir que teatrología y escenología dialogan a través de un mismo fundamento de trabajo y contexto de solución, siendo así que las diferentes semiosferas del espectáculo concurren en el imaginario daimónico y fantasmático del espectáculo.

Todo este proceso que hace legible y visible el juego teatral nace de la propuesta misma en relación de acciones y textos que se materializan como cuerpo y voz en diferentes conjuntos espectaculares. De ahí la importancia de disciplinas y co-disciplinas que caracterizan y desarrollan la teatrología como suma de imágenes, funciones y sentidos de la representación.

¿Cuáles son esas disciplinas?

Actuación, dirección, escenotecnia, escenografía, antropología, sociografía, etnogénesis, culturología, estética, arqueología, historia, literatura, religión, arte, economía, música, danza y otros.

¿Cuál es el lugar de estas disciplinas y co-dominios en el contexto de la significación espectacular?

Según Marco De Marinis, todo lineamiento de teatrología involucra grados y niveles de realización y de invención de fórmulas, esquemas, funciones dramatúrgicas y espectaculares, así como procesos de puesta en lugar y acción de toda idea que posibilite lo “teatral, la teatralidad, y la concepción del teatro” como institución.

En el teatro, la utilería, la regiduría, el taller como modo de saber y comprender el espectáculo; la indumentaria, la iluminación, la musicalización, el maquillaje, la escenografía, el estudio de los diversos dispositivos de acción teatral, conducen a organizar el espectáculo en su fundamento práctico y dramatúrgico.

La condición escenológica del teatro tiene su fundamento en la historia teórica y práctica del espectáculo, de tal manera que, en una propuesta teatral se suman las diversas disciplinas técnicas y conocimientos para la realización o puesta en marcha de un espectáculo.(Véase Eugenio Barba: La canoa de papel. Tratado de Antropología teatral, Ed. Catálogo, Buenos Aires, 1999).

Conjuntamente con lo anterior tenemos un elemento vital para la interpretación y la comprensión del teatro. Se trata de la dramaturgia del actor que implica los diferentes movimientos de la actuación entendida como arte y técnica del actor. Numerosos archivos teatrales y talleres de producción han dado cuenta del punto de relieve y las posibilidades prácticas del arte teatral. Mediante la llamada dramaturgia del director y el actor cuya confluencia encontramos en la dramaturgia escénica.

La visión de este fenómeno la encontramos en dramaturgos o escritores de obras teatrales; escenógrafos o creadores de espacio escénico, iluminadores o creadores de ambientes teatrales; figurinistas o vestuaristas creadoras de la ropa teatral; musicalizadores o sonidistas que dan sentido a lo musical y sonoro a un espectáculo; utileros, que proporcionan objetos de utilidad en la escena, mecanismos constructivos, elementos materiales para el desenvolvimiento del espectáculo teatral; regidores de escena o quienes organizan técnicamente el espectáculo que va a ser presentado a un público, y otros.

Estos aspectos o dispositivos ejemplares del espectáculo teatral, constituyen la base de la escenografía y la teatrología.

Si la ciencia del espectáculo, ligada a otras disciplinas humanísticas y post-humanísticas en la contemporaneidad, tiene su punto de apoyo en la teatralidad, su desenvolvimiento se hace visiblemente práctico desde una perspectiva multidisciplinaria, pues el diálogo intraproductivo e inter-productivo del teatro construye un proceso identitario que se explica desde lo dramatúrgico a lo escenográfico, y desde  lo poéticamente espacial y temporal, según las expresiones, condiciones y trabajos del oficio o los oficios que surgen del sistema teatro y el modelo teatro.(Ver Eugenio Barba: Arar el cielo. Diálogos latinoamericanos, Eds. Fondo Editorial Casa de las Américas, La Habana, 2002).

En efecto, las tradiciones espectaculares de América Latina y el Caribe se han constituido histórica y culturalmente desde el organismo colonial, registrado a través del choque cultural entre los originarios y los colonizadores. El surgimiento de las instituciones coloniales crea históricamente diversas concepciones o prácticas teatrales y representacionales, donde el sujeto de la historia colonial reproduce su consciencia y resistencia  hasta llegar a la respuesta político-simbólica desde el cuerpo y el sujeto espectacular.

Este sujeto es el que explica y se explica cómo yo, él, el otro, lo otro, la otredad y la mismidad se generan a partir del “yo colonial”, dependiente o disidente, tal y como lo explica Bernardino de Sahagún en los diversos rescates antropológicos y crónicas coloniales que dan cuenta de un presente histórico de la cultura.

Todo lo acontecido como escena de cultura y barbarie, registra a su vez una dramaturgia de orientación histórica, identitaria y representacional cuyo escenario está poblado de íconos, entidades atmosféricas, figuras de piedra y barro, de hueso y piel, de cera y roca, de piel y barro, y otros materiales que culminan en un espectáculo de máscaras y cuerpos danzantes.

Esas mismas actitudes de creación, producen hechos teatrales ritualizados en base a códigos vocales, corporales, gestuales y textuales que se han conservado en base a distintos niveles de relaciones intraespectaculares y extraespectaculares, interproductivas e intraproductivas, corpo-culturales y ora-culturales.

Estas oposiciones cardinalmente esceno-corporales y corpo-culturales registran en la actualidad una tradición del cuerpo, la voz, el movimiento de los signos culturales y los diversos lenguajes asimilados al fundamento expresivo y estético del producto o productividad teatral en su conjunto.