Mi marcha es legítima, la tuya no. Yo marcho para no ser discriminado. Marcho para tener los derechos y las libertades que históricamente se me han negado, y que tú siempre has tenido. Marcho para que no haya élites privilegiadas. Marcho para reivindicar mi derecho a amar. Marcho por mi dignidad como ser humano. Marcho contra el odio y la homofobia. Marcho por mi libertad, marcho por mi derecho a elegir a quien agarrarle la mano, marcho por el amor, marcho por la libertad que poseo por ser humano. Marcho por mi igualdad frente a ti, no por mi superioridad inexistente. No marcho para que te priven o quiten derechos. Cuando marcho no pido más derechos de los que me reconoce la Constitución y los instrumentos internacionales de derechos humanos. No pido más derechos de los que tú tienes. Pido los mismos derechos que tú estás gozando. No pido más libertad de expresión, más libertad de asociación, más igualdad. No pido una figura de “Ultra Súper Matrimonio” que consagre más derechos de los que tu matrimonio tiene, sólo pido “Matrimonio igualitario”, tan igual y legitimo como el tuyo. Pido lo que tú siempre has tenido y lo que a mí siempre se me ha negado. Pido no ser un ciudadano de segunda, tercera y cuarta. Pido simplemente ser un ciudadano que se me respete mi dignidad y mi derecho de decidir.
Cuando marcho no digo quíntele a la Iglesia su derecho a libertad de asociación, su derecho a la libertad de culto. No marcho diciendo que la Iglesia no puede casar a nadie porque el matrimonio es una figura civil y competencia única y exclusivamente del Estado, y más en un Estado como el mexicano que es laico. No pido que las parejas heterosexuales no se deberían casar porque está demostrado que sus matrimonios no están funcionando, porque las tasas de divorcios cada día son más altas. Sería incongruente pedir esto. Sólo pido un derecho que ya tengo, pido casarme con la persona que elija, con libertad y sin discriminación.
Cuando nosotros los gays y la comunidad LGBTIIIQ marchamos, marchamos para que no nos asesinen por tener una orientación sexual o expresión de género diferente. Marchamos para que nos dejen vivir en paz.
La iglesia católica, los grupos evangélicos y las élites conservadoras cooptadoras rapaces de voluntades y violadoras de derechos; no son nadie y no tienen el poder, ni el más mínimo derecho de decirme que hacer con mi vida, con mi cuerpo, con mi sexualidad y con mi derecho a elegir con quien me quiero casar o simplemente con quien me debo acostar. Es mi cuerpo, es mi decisión, es mi sexualidad, es mi salud, es mi voluntad, es mi humanidad y por eso es mi derecho.
En cumplimiento del primero constitucional y de los tratados internacionales en materia de derechos humanos asumidos por México, Enrique Peña Nieto sometió un paquete de medidas al Congreso de la Nación que tiene como fin garantizar los derechos humanos, la libertad y no discriminación de la población LGBTIIIQ en México. Dentro de este paquete está la propuesta de garantizar el acceso eficaz y ágil al matrimonio igualitario para las parejas del mismo sexo. A consecuencia de esto, un grupo de personas evidentemente homofóbicas, intolerantes, segregacionistas, fascistas y discriminadoras; impulsados y motivados por la iglesia católica, han convocado para este 10 de septiembre a una marcha nacional denomina “Frente Nacional por la Familia”, tomando como ideales de defensa que sólo existe familia si está compuesta por un hombre y una mujer, que el matrimonio sólo puede ser heterosexual ya que el fin del matrimonio es la reproducción de la especie humana, a motivar a la gente a que se una a su marcha ya que la iniciativa de Peña Nieto va en contra de los valores humanos y cristianos que caracterizan a las familias mexicanas. Convocan a marchar en contra de la supuesta ideología de género (inventada por ellos) que quieren imponer organismos internacionales para que los niños sean niñas y las niñas se conviertan en niños (así de absurdo), marcharán en contra de la visibilización y el reconcomiendo de las libertades y los derechos humanos de las poblaciones LGBTIIIQ en México, asumiendo a esta población como desviada de la moral, de los valores humanos de la sociedad mexicana, de la fe cristiana y del sentido común.
Las causas que motivan la marcha del 10 de septiembre, todas son ilegitimas, homofóbicas y fascistas. Y el Frente Nacional por la Familia es un grupo que está sostenido en el odio y la intolerancia. Primero no tienen el derecho de marchar porque no están reclamando derechos que se le están negando, están marchando porque piden que a toda la población LGBTIIIQ y especialmente a las personas homosexuales, se les niegue el derecho de expresarse, de visibilizarse, de ser recocidas y casarse. Marchan por el mantenimiento de su estatus privilegiado y la discriminación de otros grupos vulnerables. Marchan en contra del reconocimiento de la diversidad de la sociedad mexicana. Marchan contra el matrimonio igualitario. Marchan contra el reconocimiento de los diferentes tipos de familias. Hay miles de madres y padres solteros que son familia. Hay muchos abuelos que viven con sus nietos que son familia, hay parejas gays con hijos que son familia, tíos con sobrinos que son familia, lesbianas con hijos que también son familia. ¿Quién son para descalificar a mi familia? Porque cuando existe una familia lo único que se requiere es amor. Y este mal llamado Frente Nacional por la Familia, no reconoce incluso como familia a las madres solteras, ya que creen y así lo han expresado que para que haya una verdadera familia debe de haber un hombre. Porque para ellos es como una mesa con tres patas, no puede ser familia si falta una. Asumir este discurso es dejar de reconocer como familias a los muchos tipos de familias que existen en nuestra sociedad.
Cuando nosotros los gays y la comunidad LGBTIIIQ marchamos, marchamos para que no nos asesinen por tener una orientación sexual o expresión de género diferente. Marchamos para que nos dejen vivir en paz. Marchamos para que no nos discriminen en el trabajo por ser LGBTIIIQ cuando vayamos a pedir uno. Marchamos para que nos paguen igual, marchamos para que nos respeten el acceso a la educación. Marchamos contra el acoso y las violaciones sexuales correctivas generalizadas que sufren muchas mujeres lesbianas. Marchamos para casarnos con nuestras parejas, que son adultas y lo cual hacemos con libre consentimiento. Marchamos por la igualdad y nuestra libertad, marchamos por nuestros derechos humanos.
El Frente Nacional por la Familia no marcha por su derecho a la libertad de culto, ya que es la iglesia católica quien convocó en sus misas y eucaristías a sus feligreses para que se unan a este frente. No marchan por el derecho de las personas de diferentes sexos se puedan casar, no marchan para no ser discriminados porque vivimos en una sociedad heteronormativizada que no te discrimina si eres heterosexual. No marchan para que no sean asesinados por ser diferentes y no marchan por sus derechos humanos. Este frente marcha por el odio y en pro de la discriminación. No marchan reclamando sus derechos, marchan reclamando la derogación de mis derechos. Marchan contra la diversidad sexual y de género. Marchan contra los derechos y las libertades más fundamentales de la población LGBTIIIQ. No salen a marchar por ellos, salen a marchar contra nosotros.
Y su marcha no es legítima, porque marchan contra los derechos humanos de otras personas y familias que son parte también de México. El discurso de odio, intolerancia y miedo no cabe en el derecho a la libertad de expresión.
El Frente Nacional por la Familia de manera mezquina y falsa dicen que marchan por los derechos humanos y por su derecho a expresarse. Pero en un Estado de Derecho y bajo el imperio de la ley los menajes de animadversión, rabia y que incitan al rechazo y al odio no tienen cabida. Por dejar que mensajes como estos lleguen a la sociedad hemos vivido la crueldad de la esclavitud, el horror del Holocausto, la atrocidad del Genocidio de Ruanda y Armenia y la inhumanidad de Donal Trump. La libertad de expresión tiene límites, y es exactamente la fobia exacerbada generada por grupos totalitarios como el Frente Nacional por la Familia.
Si tanto quieren a la familia, ¿por qué no marchan por las más de 28 mil personas desaparecidas en México?, ¿por qué no marchan en contra de la generalización de los feminicidios y por las 6 de cada 10 mujeres que sufren alguna clase de violencia en el país?, ¿por qué no marchan por los 43 estudiantes normalistas de Ayotizinapa?, ¿por qué no marchan en contra de la impunidad y la corrupción?, ¿por qué no marchan por Apatzingán, Tlatlaya, San Quintín y Tanhuato?, ¿por qué no marchan en contra de los curas y padres pederastas?
Frente Nacional por la Familia basta de odio y fobia contra la población homosexual. Déjennos vivir y ser libres. Respeten nuestra voluntad y nuestros derechos humanos. Por más que se quieran esconder detrás del derecho a la libertad de expresión, ustedes perdieron este derecho desde que tomaron la equivocada decisión de odiar al prójimo. Tu marcha no es legítima ni valida, la mía sí. Porque sales a defender el odio y la discriminación, nosotros marchamos porque defendemos el amor y la igualdad de toda la humanidad (donde también estás incluido).