La experiencia humana y sus diversas implicaciones deben ser una preocupación de toda la sociedad. Eso quedó demostrado en la Marcha por el Fin de la Corrupción y la Impunidad del 22 de Enero del 2017.

En mis investigaciones sobre nuestros antepasados Taínos en Las Crónicas de Bartolomé de Las Casas examiné que cuando ellas y ellos se ventoseaban se reían a carcajadas. Los españoles, ignorantes del significado verdadero de los símbolos indígenas se quedaban atónitos ante este gesto cultural que consideraban barbárico. Estudios antropológicos denotan que esta acción de los aborígenes indicaba  que algo grande iba a ocurrir o ya estaba sucediendo.

En remembranza del dolor sufrido por sus ancestros en manos de los opresores, mujeres y hombres jóvenes vestidos de color verde mostraban pancartas pintadas de color púrpura en las que aparecía un indígena famélico y el mensaje "Así nos ve el PLD", seguido de una franja verde en la que se leía "Basta Ya de Impunidad".

Al tiempo que decenas de miles de integrantes de la sociedad dominicana marchaban en Santo Domingo vociferando la consigna "El pueblo unido jamás será vencido", dominicanas, dominicanos y sus descendientes nacidos en la diáspora gritaban en la marcha en Nueva York "No a la impunidad", "No a la corrupción", "El pueblo trabajando y el PLD robando".

Y mientras los dominicanos se movilizaban masivamente contra la corrupción y la impunidad en el lar nativo y en tierras extranjeras, se hizo viral en las redes sociales la Marcha de las Mujeres del 21 de enero en la que en gran parte del globo éstas, acompañadas de sus familias homosexuales y heterosexuales, exigían a las nuevas autoridades norteamericanas un trato humano, justo y equitativo para el pueblo.

Los análisis políticos y sociológicos  sobre los movimientos sociales dan cuenta de que las movilizaciones anuncian cambios y que la salida del pueblo a las calles constituye un catalizador de dichos cambios. De modo que, de nada sirve la resistencia al cambio de las élites políticas y económicas cuando el pueblo se levanta exigiendo que el reloj de arena que divide perversamente a los de arriba de los de abajo transforme el antiguo modelo de la pirámide social en un diamante en donde se ensanchen los espacios y las oportunidades de los sectores pobres y se reduzcan los privilegios de los grupos dominantes.

Ya lo decía Stuart Mills, para poder entender las dificultades y adversidades que sufre el otro o la otra y actuar en consonancia para resolverlas hay que colocarse en el lugar de ese otro o de esa otra. Y como he reiterado en mis charlas y escritos, en los que hago acopio de las teorías de Hanna Pitkin sobre la representación, los líderes y las lideresas deben constituir un reflejo de la sociedad que representan y un espejo de sus condiciones de raza, clase, género, identidad/orientación sexual, condición física, edad y ubicación territorial (Jiménez Polanco, 2006, 2009, 2016, 2017).

A diferencia de lo aquí planteado, el liderazgo dominicano vive en una estela de boato que los coloca a espaldas del pueblo, hierguen su poder como una espada empuñada para destruir el pueblo, sus derechos, sus costumbres milenarias, su hábitat. Cuántas tierras  productivas se hubieran sembrado con los millones que el otrora flamante Ministro de Educación Amarante Baret se robó del 4% del presupuesto nacional que el pueblo conquistó para la educación? Cuántas escuelas, maestros y maestras hubieran sido subvencionados con el robo del también flamante Ministro de Obras Públicas Félix Bautista de la OISOE?  Cuántas casas, carreteras y caminos vecinales se hubiesen construido con  los dineros del fraude millonario de Leonel Fernández, Félix Bautista y Víctor Rúa también en Obras Públicas?  Y ni qué decir de los beneficios salariales que hubiesen obtenido los jóvenes y del cuidado que hubiesen recibido los ancianos, los minusválidos, los niños y las niñas autistas y con síndrome de down de los fondos malversados en las contratas fraudulentas con Odebrecht!

Si nuestros antepasados Taínos pudiesen explicar el significado de la Marcha Contra la Corrupción y el Fin de la Impunidad lo harían con un fuerte ventoseo que estremecería los espacios más recónditos de nuestra tierra. "