Es un avance significativo que República Dominicana conduzca su desarrollo con la estrategia de Marca País. Con su formulación se superan más de 15 años de retrasos, confusiones de ministros de turismo, malas gestiones de otros funcionarios y empresarios que entendían esta estrategia como una línea publicitaria y televisiva para atraer turistas.
Por el contrario la marca país es una estrategia de posicionamiento territorial que beneficia empresas, genera empleos y crea riqueza. Fue levantada por primera vez por Santiago en 2006 por los presidentes del Plan Estratégico, Miky Lama y Hendrik Kelner cuando contrataron vía Unión Europea, al genio de las marcas territorios del mundo, Tony Puig.
La buena marca país denominada “República del Mundo” está afectada por la crisis de originalidad de su logo. Respaldamos la decisión de la comisión de cambiar el logo vía un concurso abierto. Entiendo que este trance lo genera el oportunismo, beneficio precipitado y conveniencias de los nuevos intelectuales de Santo Domingo. Tienen acceso a ministerios, congreso, agencias y bancos multilaterales, siendo incorregibles en su estilo de escasa referencia científica.
La crisis del logo Marca País permitirá detener los excesos de técnicos, publicistas y coristas de medios luego de 25 años de beber riquezas mal habidas, participar en orgías de dispendio y gestiones impúdicas. Muchos nuevos intelectuales de la “nueva Roma caribeña, denominada Santo Domingo”, olvidaron la vida sencilla y el sobrio consumo, virtudes que caracterizan la innovación y la creatividad genuinas.
Hay varias excepciones y una de ellas es Biviana Riveiro, directora general de Pro-dominicana. La directora ha conseguido por fin culminar la Marca País. Una visión de identidad, imagen y sentido de pertenencia que va más allá de la proyección turística, pues aporta una estrategia que persigue que los sectores productivos tengan una visión y sueño común. “República del Mundo” como estrategia marca país no es un logo, tampoco una imagen. Es una visión común en cinco pilares que son i) cultura, ii) ciudadanía, iii) exportación, iv) inversión y iv) turismo.
Como dominicanos, tenemos identidades culturales, formas de Ser, Estar y Hacer que se expresan en una ciudadanía sonriente, creativa y laboriosa. Nos distingue la exportación de diversos productos agropecuarios y agroindustriales con sabor, denominación e identidad de origen. Nos ocupa impulsar inversiones para el desarrollo local potenciadas por un turismo comunitario y sostenible que exprese nuestras autenticidades históricas, geográficas y culturales.
Los Congresos de Marcas Territoriales de Elche, España identifican uno de los errores que cometen las naciones, ciudades o regiones al creer que proyectar un territorio es únicamente promoverlo. Reducen el marketing territorial al ejercicio de elaboración de una imagen, y lo confunden con la publicidad. Las marcas territorio imponen también implantar una masiva educación ciudadana para que sea la ciudadanía que provea la fuerza de la marca.
Debe priorizarse la cultura como sabia del desarrollo para acercar la ciudadanía al territorio. Proyectar identidades y realidades que alcancen una posición competitiva en el mundo en un contexto de pandemia. Marca país es ejercicio de innovación que satisface las necesidades de habitantes, ciudadanos, inversionistas, visitantes y turistas.
Las marcas nacionales, como la República del Mundo son importantes porque los países tienen el potencial de convertirse en marcas fuertes, rivalizando con Apple, Hewlett, Netflix, Packard, Google y Amazón, entre otros. Las naciones con una buena marca promueven mejor el valor económico y la exportación de productos; atraen inversión extranjera, turistas y talentos.
También los buenos programas de marcas territoriales ajustan los clichés en este caso de los dominicanos que se evidencian en el mal pronunciar, acentuar y hablar. Igualmente en la falta ética para copiarse un examen de grado, investigación o tarea académica. Si queremos Marca País se impone pronunciar y acentuar con más sentido internacional, incluso darle coherencia a la historia local con la historia mundial, para que la Dominicana sea la República del Mundo.
La República del Mundo tiene mucho que aportar por las nuevas formas donde países se están promocionando a sí mismos, utilizando músicos, ritmos, bailes, poemas y líderes locales con proyección global que permiten proyectar una nación. Eligiendo ciudadanos innovadores y potentes que inspiren la buena voluntad mundial y creen íconos en la cultura y las artes.
En las notas que reservo, Tony Puig subrayó en Santiago “que para entender las marcas territorios deben comprenderse las 4 C”: i) Ciudadanía de habitantes defensores de su ciudad, ii) Ciudad territorio que favorece la producción de insumos, bienes y servicios; iii) Comunicación atmósfera al crear un ambiente sostenible de ciudadanos activos y despiertos y iv) Confianza pública generada entre gobierno y ciudadanía. Certeza que hace posible el logro de un territorio único, posicionado y competitivo.