Octavio Paz sacralizó a Mao  diciendo que era, al mismo tiempo, Alejandro y Aristóteles, guerrero y filósofo. Luego lo calificó como “mediocre poeta académico”. Mao tuvo sus mayores éxitos como  guerrero. Desde el poder canonizó la retirada de su “Larga Marcha” de 12,000 kilómetros a través de 11 provincias en 370 días. Pocos soldados llegaron a su destino  pero Mao salvó una fracción de su “Ejército Rojo” y lo amplió. Al final venció  a Chiang Kai-shek y en octubre 11, 1949 proclamó la República Popular  China en la Plaza Tiannamen, “Puerta de la paz celestial”. En Corea Mao, con millones de “voluntarios”,  hizo retroceder a MacArthur. Todo culminó con un empate y una tregua que dura 67 años, hasta hoy. Con Stalin, Mao fue dócil pero se enemistó con Khruschev y hasta se negó a vender arroz a Cuba por sus nexos soviéticos. Ante el discurso de Nikita denunciando los crímenes de Stalin, Mao lanzó su propia  apertura: “Que se abran cien flores y compitan cien escuelas de pensamiento” dizque para estimular las críticas de intelectuales no partidarios. Recibió múltiples ataques inesperados y temiendo perder el control  echó para atrás su reforma política. En 1958 inició “El Gran Salto Adelante” , basado en pequeñas industrias rurales. Las mini plantas productoras de cemento y acero fracasaron y el abandono de la agricultura provocó una hambruna calificada como un genocidio con millones de muertos. Para recuperar la iniciativa  proclamó la “Revolución Cultural” de 1966 a 1976, con su “Librito Rojo”. Escuelas y universidades fueron cerradas de 1966 a 1972.Dentro del caos gobernó  “La Banda de los Cuatro”, encabezada por Jiang Qing esposa de Mao. Al final “La Banda” fue derrocada y sus miembros condenados. Tiempo después Mao falleció. En “Gobierno y Agitación” Bosch escribió: “Un arquetipo de revolucionario que supo gobernar fue Lenin” y, polemizando con Láutico García dijo: “Lenin supo gobernar porque consiguió el poder y lo mantuvo hasta su muerte”. Según ese criterio de  Bosch, aunque fracasaran todos sus proyectos económicos, Mao supo gobernar porque gobernó hasta su muerte.

Por etimología, Japón es “País del sol naciente”. Mao era el sol mismo: iluminaba a quienes estaban distantes y su calor incineraba a sus amigos y colaboradores cercanos. Mao continuó como Jefe del Partido y en 1959 nombró Presidente de la República a Lin Quishao y lo señaló como  su sucesor. Luego, en medio de purgas, le aplicó una muerte metabólica. Lo apresó y no le suministró medicinas para su diabetes. Murió aislado y en silencio. El Vice Primer Ministro Lin Biao, también posible heredero, murió en 1971 con toda su familia, cuando el avión en que huían  a Rusia se estrelló en Mongolia, sin que se conociera la causa de esa tragedia.  El preclaro Zhou Enlai fue leal y eficaz comisario político de Mao desde “La Larga Marcha”. Su inteligencia visionaria propició el deshielo con Estados Unidos. Kissinger indicó que como estadista  se asemejaba a de Gaulle. Zhou aplicó su astucia para no caer en desgracia. No confrontó y sí exaltó la poesía de “El Gran Timonel” ante Kissinger. No fue mandado a “reeducar” como pasó hasta con el propio Presidente Xi Jinping en su juventud y con Deng Xiaoping, a quien Zhou Enlai protegió enviándolo a una granja remota, lejos de los  “Guardias Rojos” y donde laboró  en una fábrica de repuestos de tractores. Zhou Enlai enfermó de cáncer de próstata en 1974 y murió en 1976, siendo Primer Ministro, con Den Xiaoping como vice Primer Ministro. Mao no asistió a su funeral pero millones le rindieron tributo. Deng pronunció el panegírico de Zhou y  por  luchas de facciones fue destituido de nuevo por “La Banda” en extinción.

Rehabilitado  en 1978 y con Mao fuera del escenario, Deng Xiaoping se propuso implementar reformas y evaluó diversos modelos. Pensó en Suecia, país con fuerte democracia parlamentaria. Japón se regía  por la Constitución democrática  que el mismo MacArthur preparó e impulsó en tiempo récord. Además no se había olvidado la ocupación de Manchuria y la imposición por Japón de un emperador  títere.  Hong Kong seguía el esquema político-jurídico de Gran Bretaña y retornaría a China en 1997. Corea no tenía afinidad cultural con China. En cambio, Singapur tenía un 70% de población con etnia  china y un esquema modernizante autoritario que cautivaba a Deng Xiaoping : abierto en economía,  cerrado en política.

El historiador Niall Ferguson calificó a China como  “Singapur Gigante” y otros “Singapur con esteroides”. Buscando apoyo político frente a Rusia y Vietnam, Deng Xiaoping visitó en noviembre 1978 a Tailandia, Malasia y Singapur. Se reunió con Lee Kuan Yew y observó el progreso  logrado con  libre mercado e inversión extranjera. En diciembre proclamó la apertura de su economía. Miles de funcionarios chinos viajaron a Singapur y en 1985 Goh Keng Swee, que dirigió la economía de Singapur desde 1959, fue nombrado por China Asesor para ampliar el modelo de Zonas  Económicas Especiales. En 1994 China y Singapur acordaron el desarrollo  conjunto de la ciudad industrial Suzhou y siguieron otras más. China no ha hecho ese tipo de acuerdos con ningún otro país. Deng Xiaoping y el propio Xi Jinping han reconocido el aporte conceptual de Singapur en la exitosa reforma económica  de China. Eso no  ha  sido dicho sobre otros países.