La reanudación de embarques bananeros ha renovado el interés en Manzanillo. Además, en agosto el Presidente Medina publicitó la recepción de un informe y “declaró de alta prioridad la reparación del espigón actual”. También “anunció que el Gobierno deberá iniciar la reconstrucción lo antes posible, a fin de mantener las operaciones actuales sin riesgo”. Los detalles del informe se manejaron como secreto de Estado. Mientras se divulga su alcance, debemos opinar acerca del proyecto , absurdamente aplazado..
La “Grenada Company”, acosada por el “Mal de Panamá” que diezmó las plantaciones bananeras y, careciendo de un esquema conceptual para interrelacionarse con osados sindicalistas, abandonó Manzanillo en los sesenta. Después de medio siglo resultaría improcedente sólo rehabilitar el muelle. Interpretando fielmente los signos de los tiempos corresponde a nuestra generación implementar un enfoque actualizado que incluya y desborde, la operatividad de un valioso puerto bananero, convirtiendo a Manzanillo en un “Polo de Desarrollo” incluyente, implementando proyectos con uso eficiente del vapor, característicos de la primera revolución industrial, que además ,y sobre todo, integren armónicamente todas las fases de la evolución productiva moderna, sin exceptuar ninguna de ellas, culminando,en forma prevaleciente, con proyectos emblemáticos de la cuarta revolución industrial.
Históricamente el comercio, de por sí, propició asentamientos humanos, que se convirtieron vegetativamente, a veces en forma acelerada, en grandes urbes portuarias con simple intercambio y manejo de mercancías .La dinámica actual nos obliga a concebir a Manzanillo como eslabón inicial, y final, de un encadenamiento de todos los sectores productivos para estimular el desarrollo del propio Manzanillo, de Montecristi, la Línea Noroeste, la Región Norte y todo el país. La primera fase implicará un muelle modelo con perspectiva global, para manejar contenedores. La rentabilidad comercial, en un ambiente de competitividad global, se cimentará en la economía de escala obtenida con operaciones de trasbordo, por lo cual habría que mantener el apropiado calado natural de Manzanillo para buques Post Panamax. Contenedores, silos y otras modalidades de manejo de materiales requieren, imprescindiblemente, de un Centro Logístico y de Almacenaje con tecnología de punta.
La Ley de Desarrollo Fronterizo, de anémicos resultados, debe ser revaluada para que todo el entorno del “Polo” pueda captar inversión extranjera para manufactura exportable, estableciendo incentivos que compitan con las llamadas SEZ “Special Economic Zones”, creadas mundialmente. Similar reingeniería jurídica podría explorarse para la Ley de Zonas Francas. Podría incluirse industria pesada y reparación de barcos, excluyendo el retrógrado desguace.
En adición a electricidad renovable, eólica y fotovoltaica, el “Polo” debe tener como eje energético fundamental un depósito o terminal regasificadora de gas natural para suplir a todos los usuarios del Norte y una planta generadora de electricidad “gestionable”, disponible en todo momento, no menor de 600 MW. La electricidad eólica y fotovoltaica será totalmente “gestionable”, siempre disponible, no dependiente de “los elementos” radiación solar y viento, con el progresivo perfeccionamiento tecnológico de acumuladores o baterías para aumentar el almacenaje, a bajo costo, de la energía renovable generada. Para evacuar la electricidad generada, e interconectarla al SENI, Sistema Eléctrico Nacional Integrado, las líneas de transmisión de alto voltaje a 345 Kv de la Autopista Eléctrica deben ser extendidas desde Santiago a Manzanillo. Para aumentar la seguridad del frágil sistema productivo nacional, debe crearse un centro energético en Manzanillo constituido por la citada generación eléctrica y depósitos de otros combustibles para consumo interno y reexportación. Nótese que la casi totalidad de la generación eléctrica y las facilidades para recibir, almacenar, y distribuir al por mayor todos los combustibles, se encuentran ubicadas en el Sur del país, la zona atacada más violentamente por los huracanes.
APEDI, el “Plan Estratégico Santiago 2020”, CZFS, AIREN y ACIS, conciben a Manzanillo como proyecto de alcance nacional, a ejecutarse con el espíritu unitario, constructivo y solidario de Jose Martí: “Con todos y para el bien de todos”, quien partió de Montecristi hacia la inmortalidad, sacrificado en Dos Ríos. No caben obstrucciones impertinentes, ni retrasos inaceptables. Raudo y veloz, a sólo 28 días de juramentarse, supuestamente acogiendo planteamientos del gobierno anterior, Medina sumió a Manzanillo en un limbo, hace más de 6 años, mediante el draconiano Decreto 570-12. Llegó la hora de reconvertir Manzanillo como “Polo de Desarrollo”, con presteza similar a la que lo defenestró.