El libro de ensayos que en esta ocasión ha dado a la estampa el escritor Manuel García Cartagena, bajo el título Verse, pensarse y saberse dominicanos. Ensayos sobre historia, sociedad, cultura y literatura de la República Dominicana (Eds. Bangó/Trébol Rojo, Santo Domingo, 2017, 390 págs.), es un libro-síntoma que a su vez nace bajo un diagnóstico crítico-cultural abierto al debate de las ideas y el campo arqueológico-genealógico de la identidad o las identidades dominicanas.

Sin embargo, el obstáculo que presenta el título mismo del libro es también argumento y contra-argumento de las alteridades culturales dominicanas que propician la gramática crítica del-ser-yo como eje de producción referido a ideologemas y culturemas apreciables en un texto racional y volcánicamente crítico asumido como actitud, condición y práctica de pensamiento.

En efecto, el temario cruzado de dicho libro compuesto por una presentación, tres secciones o partes, tres advertencias y un cierre inconcluso, nos invita a leer un libro incisivo y perfilado como crítica abierta de las representaciones históricas, culturales, sociales, literarias e históricas dominicanas. A su vez el autor de este libro síntoma-diagnóstico no se queda en esta pareja conceptual, pues el planteamiento va más allá de lo que promete la relación, siendo este el movimiento de la crítica su real y verdadero aporte intelectual.

No podemos decir  que este libro se ciñe a objetivos o metas de un programa cultural o literario, pues la crítica del ser y el parecer que gobierna tal oposición desborda, felizmente, su temario a favor de una genuina reflexión en torno a los obstáculos de la producción textual dominicana, principalmente del siglo XX y lo que va de siglo XXI. El alcance del mismo asegura los necesarios replanteos teóricos y epistémicos de un campo literario, histórico y cultural evidenciado por sus terribles crisis, máscaras, inconsistencias y deslizamientos de prácticas desconcertantes, parasitarias y subjetivadoras que, en contexto, contradicen lo real en proceso, forma de manifestación y alienación.

Así las cosas, cada texto que produce o generan las diversas interpretaciones de Manuel García Cartagena en este libro da cuenta de los diferentes estados “críticos” de la literatura y el contexto de producción verbal en la República Dominicana. El hecho mismo de partir de la tensión planteada en esta obra, nos conduce a una convicción de que la literatura, la historia y el sujeto de la cultura dominicanos han sido desmantelados, “desbarrancados” por una crítica que cada día se convierte en opinión y comentario autodefensivos y que, en la mayoría de los casos presenta los síntomas de una imposibilidad de ser, de “verse, pensarse y saberse dominicanos”.

Los tres verbos con sus partículas enclíticas aluden a un movimiento circular y pendular del yo dentro del espacio identitario; hecho este que no solo identifica a un sujeto, sino a su propio universo en contexto de origen. La lectura de cardinales que generan aquellas visiones impuestas por el contrato explícito e implícito del llamado Estado-nación basado en la ley, el orden, el individuo social y los tres poderes fundamentales que constituyen el ordenamiento social, orientan el marco de una concepción marcada por focos culturales, ideológicos, económicos y lingüísticos estimables en un proceso como el planteado por el autor de esta obra.

Es prudente destacar en dicha obra la presencia de un mapa ideológico, político, educativo, literario y cultural donde los dominios, interdominios o codominios se sustentan a partir de una concepción multidisciplinaria y transdisciplinaria de la lectura y sus reales o posibles efectos. El diálogo epistémico observable en las tres partes del libro y sobre todo en sus argumentos de base, sugiere una búsqueda orientada por sus líneas de pensamiento y a la vez por sus cardinales metodológicas direccionales y por las preocupaciones, advertencias y formas de acercarse a la literatura, la historia, la cultura y la sociedad.

La base teórica, crítica, sociocomunicativa e instruccional de la primera, la segunda y la tercera partes, obliga a considerar el enmarque diasincrónico de la conceptualización utilizada por el autor y ajustada por su práctica dirigida a coherenciar el trabajo dialógico de la doxa o episteme crítica actual en la República Dominicana.

Justamente en la página 13 de esta obra, encontramos una aseveración que determina más adelante las líneas analíticas del ensayismo crítico del MGC:

“Pensarse, sí, pero, ¿Con cuáles armas?

Toda operación de caza en el dominio del sentido espera encontrar, tarde o temprano, la reacción de ese Otro que la valide como praxis, pero esa reacción nunca es tan violenta como cuando asume la forma  de la indiferencia. Es por eso, básicamente por lo que no puede haber significación sin oposición: todo ser le debe su propio ser a su no ser”. (Op. cit.)

¿Filosofía o crítica de una identidad o condición cultural de un sujeto en cuya base encontramos la razón de ser de una subjetividad abierta a la mirada, a la vigilancia, al golpe social del otro?

Cartagena insiste en la cardinal de su argumento crítico-filosófico:

“No obstante, el ser que aprende a convertirse, imaginariamente como solo pueden hacerse este tipo de cosas, en objeto de su propia subjetividad,  tiende cada vez más a escapar de esta fatalidad significante, a ir anulando progresivamente la barrera de múltiples apariciones de Lo Que Parece en el marco de Lo Que Es. Evidentemente, la única manera de lograr esto es manteniendo asociadas metodológicamente toda percepción de sí (Verse) con un dominio (Tenerse) y con un conocimiento (Saberse) de ese Sí Mismo capaz de concebirse como ser pensable”. (Ibídem.)

En efecto, entre “Lo Que Parece” y “Lo Que Es” existe, se produce un espacio de pensamiento y de pensar al “otro” bajo diversas miradas interpretativas asumidas (consciente o inconscientemente), bajo las líneas de una tradición moderna que advertimos en los Principios de filosofía, de R. Descartes y en el Ensayo sobre la reforma del entendimiento humano de B. Spinoza. Sin embargo, es justamente la “Dialéctica trascendental kantiana” y el concepto de Kritik en la idea de una razón pura y práctica, lo que organiza la subjetividad en la teoría del conocimiento de Kant, y lo que hará posible la relación inmanencia/trascendencia en el proceso de pensar el mundo desde la cardinal del nóumeno y a razón crítica.