Mañana empieza la ¡Fiesta Suprema del Libro en Santo Domingo! Feria es sinónimo de festejo, romería, verbena, atracciones, y también significa mercado, exposición, animación. Acompañarán al libro, en su fiesta, la música, la danza el teatro y la pintura, dominicanos. La artesanía y el arte culinario, participarán del jolgorio del saber y el placer de leer, a través, del libro.
El libro ha sido símbolo histórico del nacimiento, de lo que en la década de los 40´del siglo XX, los alemanes Max Horkheimer y Theodor Adorno comenzaron a denominar Industrias Culturales. Y es que por aquella renovación que hizo el alemán Gutenberg al invento chino, nació la imprenta, en el siglo XV y con ella nacía el libro impreso, y nacía acceso, primero de los burgueses y después masivo, a la privilegiada fuente de conocimiento que es el libro. Con el libro impreso nacía se entrelazaban para siempre, arte-comercio-tecnología.
En su época fue deslumbramiento de aristócratas, tristeza de los olvidados copistas de la antigüedad y de aquellos denodados monjes medievales que tantas joyas escribieron, en interminables horas monasteriales. A ellos también, el recuerdo y nuestra admiración en vísperas de la Feria Internacional del Libro del Santo Domingo.
Se juntan desde mañana, nombres inolvidables, de las letras de ésta Nuestra América y de otros lares. Quedará en la historia de las Ferias, tener como invitados a Juan Gelman, escritor argentino (Premio Cervantes, 2007) y Reina Sofía (2005); a José Ovejero, escritor español (Premio Alfaguara 2012) y al escritor-Presidente Rafael Correa, entre otroas laureados escritores iberoamericanos.
Mañana caminaremos por una ciudad plena de poesía y libros; en esta Sociedad Global deslumbrada como aquella del siglo XV, ya no por la imprenta de Gutenberg sino por los E-books leídos ahora, en tablets o e-readers. Cambian las sociedades, cambia la tecnología, pero el valor artístico, sociocultural y económico del libro no cambia, sino que adquiere nuevas tonalidades, otros colores, otras maneras que da la nueva tecnología.
No comparto, con los viejos retrógrados que quieren obligar a las nuevas generaciones, a leer el libro físico-impreso, si está en internet, porque ellos nacieron en esta era digital, del internet, ellos son “nativos digitales”. Tampoco estoy de acuerdo con los jóvenes –mis alumnos bien lo saben- que subestiman el libro impreso, y lo creen algo “viejo y en desuso”.
Un libro impreso ha pasado por un proceso de revisión, edición y corrección, más si es un libro histórico, científico, técnico que cuando llega a las manos del lector lleva una información depurada y sumamente avalada; trasmite un conocimiento valedero y trascendente. Sin embargo, hoy día cualquiera compra un Dominio de Internet, y publica lo que entiende y quiere.
Por eso todos los profesores debiéramos prohibir y penalizar con fuerza, a los alumnos la práctica dañina del copy/paste de internet, que es una forma de engaño, de fraude. Si copian, acríticamente, asumen como conocimiento válido, la primera página que leen del tema que investiguen. Asumen, a ciegas, miles de “basuras” que navegan por páginas de internet que no son de fuentes acreditadas.
Más allá de la controversia entre lo viejo y lo nuevo, entre el libro digital y el impreso, lo que trasciende es que sigue siendo el libro, el trasmisor por excelencia del conocimiento.
Es por eso, desde hace muchos meses el Ministerio de Cultura y la Dirección General de la Feria del Libro organizan esta Feria del Libro, como fiesta al libro, a la lectura, a editores, a escritores y a nosotros, los lectores. La industria editorial dominicana aporta al desarrollo del país, no solo en la educación y difusión del saber sino, también, en lo económico, porque cultura y economía son troncos de un mismo árbol, líneas direccionales del desarrollo, una sin la otra no puede existir. La economía sin cultura, está ciega, sorda, muda, sin alma y sin luz. La cultura sin economía es etérea inalcanzable. La industria del libro ha juntado para siempre estas hermanas gemelas del desarrollo social.
Compartamos juntos, desde mañana y hasta el 5 de mayo, el homenaje al libro, a sus hacedores y sobre todos, a sus consumidores. Enseñemos a nuestros hijos a acariciar el libro con sus manos, sus ojos y su corazón.
¡Manos a los libros!