Conmemorando los 500 años de la Rebelión de Guarocuya (Enriquillo)

Estamos en la presencia de un hombre singular, Guarocuya, un hijo originario de la isla Bohío, Babeque o Haití, que hace 500 años desafió un fatídico proyecto colonial que instauró una hegemonía política, económica, religiosa y cultural, que justificó y defendió un proyecto civilizatorio en donde “los otros”, las culturas de los pueblos originarios fueron consideradas inferiores, infantiles y carentes de capacidad para dirigir su propio destino.

Un modelo, que se impuso por la fuerza y que violó los derechos humanos de las personas que residían en la isla, obligándolos a pagar tributación, o ser esclavizados o asesinados, si los actos de esperanzas de cambios y resistencias afloraran como intento de oposición o de combatir y recuperar el territorio y la libertad.

Es Guarocuya un sobreviviente de la Matanza de Jaragua, como niño tuvo que presenciar el asesinato en masa de hombres y mujeres de todas las edades. Estos actos odiosos y canallas propios de la maquinaria colonial castellana, dejaron una impronta dolorosa en su humanidad. No obstante, este impacto psicológico, la historia recoge que Enrique Bejo como lo bautizaron los frailes franciscanos que lo rescataron en Jaragua, fue un hombre honesto, respetuoso de la vida y un líder que se rebeló en el Bahoruco, aproximadamente desde el 1519 hasta el 1533 en defensa de su pueblo.

Guarocuya, durante 14 años hostigó y desafió al poder colonial.  Durante la rebelión se unieron a él, numerosos indios/as y africanos/as, que con habilidades lograron establecerse en las sierras del Bahoruco y enfrentar las distintas expediciones que los castellanos justificaron con anuencia de las autoridades coloniales para apresarlos y someterlos a la obediencia.

En el Bahoruco, implementó la guerra de guerrilla, estrategia novedosa que puso en aprieto a capitanes y soldados de la corte de Carlos V. Estimuló la insurrección y junto a indígenas como Tamayo y negros cimarrones logró oponerse al sistema social esclavista vigente en la isla. Inspiró a otros, a levantarse contra el régimen colonial, tales como las sublevaciones de los indios Murcia y Hernandillo el Tuerto en Bonao y un indio Ciguayo que con 80 guerreros indígenas atacó La Vega, Puerto Real y Santiago.

Sus estrategias de luchas fueron diversas, que iban desde destruir labranzas, atacar por sorpresa, usar espadas, piedras y lanzas, además del uso de espías aliados a la causa, y de moverse cautelosamente por la Sierra, apresar a soldados, para luego intercambiarlos con acuerdos que se prologaban durante semanas, permitiéndoles pasar de un extremo a otro de la Sierra a lugares a donde no pudiesen ser localizados. Esto desgastaba y desanimaba a los soldados, por el alto coste económico de la persecución.

Guarocuya fue un estratega que siempre estuvo dispuesto a negociar, siempre que las condiciones estuvieran favorables para los grupos de hombres y mujeres que luchaban a su lado. Fue perseguido por diferentes expediciones, tales como la de Valenzuela, Diego de Peñalosa, Pedro de Vadillo, Iñigo Ortiz, Hernando de San Miguel, entre otros, a todos los venció, no solo con enfrentamientos y luchas, sino también con audacias, pues tenía la capacidad de agotarlos y escaparse entre las lomas, hasta cansarlos y provocar su retirada.

Guarocuya ha sido siempre visto como un hombre cauteloso y aguerrido que conocía muy bien el Bahoruco y las costumbres españolas, fue cristianizado, sin embargo, a pesar de sus prácticas de rezar el rosario diario, como relatan los cronistas, fue un hombre que asumió su rango de cacique, reprodujo prácticas y costumbres indígenas en la cotidianidad, pues no abandonaron sus sistemas de siembra, caza, pesca y curación, entre otros. Se reconoce que se unió a mestizos y criollos que lucharon contra los castellanos por la opresión y la obligatoriedad de asumir las tradiciones españolas.

La narrativa historiográfica, lo definen como un buen cristiano, por sus actos religiosos, pero es importante destacar que el Cacique Guarocuya estaba bajo un proceso de transfiguración étnica (Ribeiro Darcy, 2010), es decir que, a pesar de la evangelización, guardó la base de su ser original.

La transfiguración étnica marca su identidad y su posición frente a los castellanos. Su lucha por la libertad, alianzas con los negros cimarrones que eran sus aliados y contra las prácticas abusivas de violar mujeres, tomar las tierras e imponer las encomiendas, muestran claramente las imbricaciones que se dieron en los procesos de apropiación de las nuevas normativas jurídicas, religiosas y culturales que definen al sujeto colonizado. Las identidades son construcciones que marcan procesos de integración, adecuación y rechazo.

La identidad de cacique es transculturada y esto se observa en sus prácticas de rezos. Sin embargo, muestra particularmente niveles de interacción étnica, con lo tecnológico/cultural, y lo ecológico heredado de su propia cultura indiana. Lo que cabe suponer que persistían en él, valores y creencias de la cultura originaria.

Guarocuya es un hombre de la resistencia y ello implica que los cambios sociales, culturales y económicos que imponían los castellanos, no lo aceptaba tan fluidamente como describe la narrativa oficial. En término transculturales, la respuesta del Cacique fue de reinterpretación, innovación, lucha y apropiación de lo que consideró importante en un momento para reproducir su cultura. Se sabe que buscó lugares donde podía refugiarse, e hizo retiradas tácticas y reflejó visibilidad cuando fue necesario, hasta pactar la paz, para que los suyos no fueran diezmados en un marco físico y cultural.  La rebelión de Guarocuya visibiliza la lucha de los indígenas contra el proyecto transcultural de borrar las instituciones culturales e indianas.

La Rebelión de Enriquillo permite comprender que muchos de los fenómenos étnicos actuales, pobreza, racismo, violencia y exclusión son el producto de consecuencias coloniales, las cuales se hilaron muy bien en el modelo republicano nacional. La presencia del armazón colonial, no ha terminado en la sociedad actual. Guarocuya es un hombre desobediente, un trozo de memoria, que te invita a recuperar la reflexión, las dudas y una topografía de resistencia.

Hoy 500 años después, a los 29 días del mes de septiembre del 2019, celebrando la vida y rebelión del Cacique Guarocuya contra el colonialismo español, firmamos en Neyba, República Dominicana:

Guabancex, Viento y Agua / Universidad Autónoma de Santo Domingo / Acción Afro-Dominicana / Centro de Estudios Sociales 14 de Junio / Goayza / Reconocid.do / Enriquillo Joven, Neiba / Quisqueya Natural / Cero Discriminación / Grito de los Excluidos / Fundación Juan Bosch/Caribewa, Taíno Studies