Las comunidades de montaña, parecen más apacibles que sus pares en las zonas urbanas.  Esta pasividad (quietud) se perpetúa en el tiempo porque carecen de los elementos comparativos y necesidades inducidas que impone el desarrollo (vehículos de todo tipo, comercios, edificios, amenidades, etc.) que le "abran los ojos".  Sin embargo, sus limitaciones son deprimentes, diversas y permanentes.  Estas limitaciones se manifiestan en: viviendas muy vulnerables a las inclemencias del tiempo y carentes de servicios básicos, vestimentas harapientas, pérdida o mala condición de sus dentaduras, enfermedades que se extienden a la mayoría de sus miembros por falta de prevención y asistencia adecuada, los hijos si van a la escuela, abandonan ésta para ir al conuco o ir al centro urbano más cercano a "taxiar" cuando no a "otra cosa", la mayoría de las familias de nuestros campos, calientan el fogón dos veces al día, la desnutrición es generalizada.  En fin, hasta la esperanza "hace falta".   Precisamente, el Candidato Hipólito Mejía es quien simboliza LA ESPERANZA!!!

Al cuadro descrito, se le suman los "vicios": nunca falta una gallera aunque sea en un patio, juegos de azar (bancas, loterías, dados, pares, nones, etc.), siempre andan arreglando sueños, cuya "interpretación" concluye en el número que saldrá en la lotería o en la banca de apuestas.

Si nuestras zonas de montaña, albergan en su mayor parte bosques de protección, áreas protegidas (aproximadamente 25 a 30%) del territorio nacional, y estas deben mantenerse y cuando no, aumentarse para asegurar el patrimonio genético de nuestra biodiversidad de flora y fauna. Pero nuestras montañas también poseen además ecosistemas que pueden ser manejados bajo un uso sostenible del bosque, donde la ley lo permita, creando así generación de ingresos y fuentes de empleos.

Veamos: la oferta nacional de productos forestales es cerca de un 12%, para suplir el resto de la demanda, debemos gastar más de 250 millones de dólares.  El Plan de Nación que pondrá en ejecución Hipólito Mejía, contempla sembrar de 25 a 35,000 hectáreas de bosques/año, es decir serán plantadas de 100 mil a 140 mil hectáreas de bosques durante 4 años de gobierno.

Para sembrar una hectárea de árboles a razón de 1120 árboles/ha. (dependiendo si es latifolia o pinácea), se requieren  hasta 56 días/hombre para labores de: chapeo, marcado, ahoyado, distribución de plantas, siembra, revisión, mantenimiento, corona y aproximadamente una inversión de 30 mil pesos/ha.  Para un potencial de generación de empleos de 5,833días/hombre.  Bajo estas consideraciones, diariamente podríamos inyectar más de 1.9 millones de pesos por día a las comunidades de las cuencas medias y altas.  Los empleos así creados, dejarán de hacerle presión al bosque de protección y áreas protegidas al tiempo que se motoriza la micro-economía local, se pone dinero fresco en manos ávidas para una labor eminentemente productiva, conservacionista, patriótica, de largo plazo y combate a la pobreza.  Es de largo plazo, porque con la reforestación, se regula el ciclo hidrológico, se reduce la erosión de los suelos, protegemos los embalses hidroeléctricos, fomentamos la biodiversidad al tiempo de tener un potencial productivo al llegar el turno de corte de las plantaciones establecidas. 

Como resultado de crear fuentes de ingresos y de combate a la pobreza, se reducen las migraciones a los centros poblados al poner en manos de las comunidades una fuente de ingresos estables, permanentes y no perecederos.  EL manejo forestal implica sostenibilidad y de por sí es un proceso formativo y educativo y que empodera al hombre y mujer de las montañas.

Si nos proponemos eliminar el oscurantismo forestal, en 20 años como lo plantea el Candidato Hipólito Mejía en su Plan de Nación, las presentes y futuras generaciones encontraría un territorio "viable", de lo contrario nos aventuramos a imitar el mal ejemplo de nuestros vecinos.  Entonces, no solamente ocuparíamos los últimos lugares en mala educación, corrupción y otros males sociales, sino que seríamos insertados en los últimos lugares del mapa de pobreza.

Los sectores sociales que legítimamente pudieran preocuparse por nuestros planteamientos, les digo que los recursos naturales son herramientas de desarrollo, pudiendo algunos de ellos, como el árbol, en este caso, ser renovados.  Renovar los bosques mediante su manejo sostenible, es la vía más expedita a su perpetuación.

Vamos, conservemos los recursos naturales al tiempo de luchar contra la pobreza mediante su manejo sostenible.  Con Hipólito Mejia, no hay que salir a buscar la esperanza…llevaremos la realidad a sus puertas!!!