Con solo discriminar positivamente en la selección de los mejores prospectos* no aseguramos buenos resultados, aunque es un buen principio.  Aun la mejor simiente precisa de buen cultivo para que fructifique de manera óptima.

Ese  esmerado cultivo ha sido el éxito de los equipos estadounidenses de béisbol profesional en el fomento del joven talento dominicano desde 1985 cuando los primeros  equipos de MLB (Major League Baseball) empezaron a financiar academias para la formación de beisbolistas previamente identificados por sus escuchas. Treinta años después, aproximadamente 25% de todos los jugadores profesionales de los diferentes niveles en Estados Unidos son de origen dominicano, incluyendo una pléyade en las ligas mayores, e incluso  muchos estelares del deporte. Además hay beisbolistas dominicanos empleados en otras latitudes tan distantes como Japón, Corea del Sur y Taiwán, gracias en gran medida a la formación que reciben miles de jóvenes en las academias.

Cada uno de los treinta equipos de las ligas mayores tiene su propio centro para internar a los adolescentes identificados como buenos prospectos y proveerles todos los elementos necesarios para desarrollar a tiempo completo su talento, pues decididamente la constante y creciente inversión ha multiplicado los frutos.  El más reciente de esos complejos fue inaugurado en 2014 por los Marineros de Seattle en 100,000 metros de terreno en Boca Chica,  con una inversión inicial de unos 7.3 millones de dólares y capacidad para alojar 80 jóvenes en sus dormitorios. Además de proporcionar alojamiento, alimentación balanceada, atención médica,  educación básica y recreación, estos programas incluyen el pago mensual a los jóvenes participantes de hasta mil dólares para asegurar que se dediquen a su formación y entrenamiento a tiempo completo, sin tener que trabajar para su propio sustento o contribuir al de sus respectivas familias. Se estima que la inversión anual de los equipos de MLB ronda cerca de 100 millones de dólares en las treinta  academias en nuestro país, incluyendo el pago que hacen a los prospectos para que se dediquen a tiempo completo a su formación, que incluye instrucción en inglés y materias académicas del programa oficial de estudios.

El modelo de las academias de béisbol no se utiliza en Estados Unidos, pues en ese país los deportistas se forman en las instituciones escolares y colegiales. Ha evolucionado en nuestro país tomando en cuenta el origen socioeconómico de la gran mayoría de prospectos, la frágil situación de muchas de las  familias de los deportistas, y su necesidad de mayor apoyo en la adolescencia para poder alcanzar su potencial como atletas, atendiendo al principio de que “mal comío no piensa”. Precisamente por su adaptación al medio la academia de béisbol es un paradigma tan exitoso, y aunque a simple vista parecería tener un costo muy alto, resulta que sale mucho más económico que contratar a los atletas colegiales en Estados Unidos. Es un excelente negocio para los equipos de MLB.

¿Es la formación del maestro menos exigente e importante que la de un deportista profesional?

La estrategia que utiliza MLB para desarrollar el talento de los atletas en República Dominicana debe ser adaptada por el Estado dominicano para, en un tiempo prudente, reemplazar a miles que actualmente  laboran como maestros, en muchos casos sin tener el talento y la vocación necesarios, y definitivamente sin la formación y habilidades para ejercer eficazmente tan elevada profesión.  El Ministerio de Educación debe desplegar una agresiva campaña de reclutamiento de prospectos en nuestros liceos y colegios secundarios para los programas de formación inicial de maestros. Pero este esfuerzo requiere de su complemento natural, que es garantizar a los jóvenes seleccionados las condiciones mínimas para que se puedan dedicar en cuerpo y alma y a tiempo completo a la tarea de formarse como maestros. No podemos seguir con un estudiante de bachillerato en tanda nocturna trabajando una jornada completa empacando en un supermercado durante toda la semana para pagar su transporte y ayudar a su madre soltera. Por las mismas razones el esforzado joven luego estudia educación en régimen sabatino, acumulando profundas lagunas en su dominio de los contenidos académicos y técnicas pedagógicas  que, a pesar de sus buenas intenciones, jamás logra superar a pesar de múltiples esfuerzos de capacitación en servicio. Así nunca tendremos los maestros que nuestra sociedad urgentemente demanda y que nuestros estudiantes merecen. Tenemos que crear las condiciones mínimas para que el educador del futuro pueda obtener una excelente formación básica antes de cursar estudios profesionales.

Identificado el prospecto sobresaliente al completar el primer año de bachillerato, el Ministerio debe suscribir un acuerdo con el estudiante y su familia para ingresar en el programa pre-magisterial** que en su primera etapa acompañe al joven hasta su ingreso en el instituto pedagógico o facultad de educación. El futuro estudiante de pedagogía debe participar en un régimen de tanda extendida, reforzando sobre todo las materias de lengua española y matemática. En los que se descubran talentos especiales, como podría ser la habilidad para el aprendizaje de idiomas extranjeros, también reforzar estas materias. Además, el MINERD debe organizar programas intensivos de verano para los futuros maestros. Para estos alumnos deben prepararse bibliotecas mínimas de lecturas complementarias, así como exigirles mayor compromiso en la producción de diferentes géneros de escritura.  El alumno también debe contar con fácil  acceso a una computadora con internet, si posible una portátil para su uso exclusivo mientras participe en el programa. En los casos de necesidad comprobada, y contra el compromiso de dedicación exclusiva a los estudios e índices académico y de conducta sobresalientes, el Estado debe además suplir los ingresos que permitan al alumno vivir con dignidad, siguiendo la pauta establecida por los equipos de béisbol de las ligas mayores en sus academias.

No hay por qué hacer costosas instalaciones físicas como han hecho los equipos de béisbol en sus academias, pues este programa se puede llevar a cabo en nuestros liceos de tanda extendida, creando secciones especiales de mayor exigencia académica  para los estudiantes meritorios que opten por comprometerse a ser educadores, seguimiento por un mentor, etc. Si reclutamos progresivamente 5,000 prospectos por nivel  a partir del segundo de secundaria, y en promedio suponemos 5,000 pesos promedio de mensualidad (ojo, es por necesidad comprobada, y algunos no recibirían), el primer año tendríamos un costo de 300 millones; el segundo 600 y del tercero en adelante 900 millones de pesos para que nuestros prospectos se puedan dedicar a tiempo completo a sus estudios pre-magisteriales. Si a estos costos agregamos las computadoras, bibliotecas y demás herramientas sugeridas, estos componentes  podrían agregar unos 200 millones de pesos anuales al presupuesto, a ojo de buen cubero.

Si estas sumas  nos parecen altas, comparemos este sacrificio  con el esfuerzo que hemos hecho en los últimos dos años en la construcción y reparación de escuelas, inversión que en el futuro debemos ir redirigiendo a lo que impactará directamente en la calidad de la educación, o sea, la capacidad y dedicación de los maestros en nuestras aulas. Por otro lado, el costo de oportunidad de seguir dejando a nuestros mejores prospectos abandonados a su suerte y esperar que milagrosamente lleguen a nuestras facultades e institutos pedagógicos con la formación básica que se requiere para ser buen educador, no tiene precio.  Este sacrificio ha de ser temporal, pues a medida que las condiciones laborales de los maestros y el prestigio de la profesión mejoren, es natural que  más jóvenes de clase media sientan  la vocación por el magisterio, y será menos necesario financiar a prospectos que necesitan ayuda para poder dedicarse a tiempo completo a los estudios. En esa misma medida, será más costoso emplear a los maestros, como es para MLB reclutar a los egresados de los programas colegiales en Estados Unidos, porque los prospectos de clase media demandarán mejores condiciones laborales para ingresar a la carrera. Este podría ser el inicio de un poderoso círculo virtual que impulse la calidad de la educación

 

*”Prospecto” en la jerga beisbolística caribeña es un joven con talento prometedor, acepción de la palabra prestada del inglés (prospect) que no figura en el Diccionario de la RAE ni en los diccionarios de dominicanismos consultados.

**En un artículo anterior habíamos sugerido bautizar este programa pre-magisterial “La Patria te necesita”.

Ver  http://acento.com.do/2014/opinion/3390155-la-patria-te-necesita/