La educación media en nuestro país tiene una población femenina que supera a la masculina. El estudio que realizamos para la Oficina Nacional de Estadísticas (2015) muestra que el 61.5% de la población que asiste al nivel medio es femenina, siendo la masculina la que tiene menor presencia.

Dentro de la población femenina que asiste se encuentra un porcentaje significativo de jóvenes que son madres adolescentes (9.96%). En el estudio se muestra una caracterización de las madres adolescentes de la que extraemos algunos aspectos que se plasman a continuación:

“La permanencia de madres adolescentes dentro del sistema educativo es un dato significativo. Esta permanencia esta asociada a la presencia de una red de cuidado formada por madres, hermanas, suegras, cuñadas que cuidan a sus hijos e hijas cuando están estudiando.  “Mi niño me lo cuida mi suegra”.“Para yo venir a la escuela mi mamá se queda con mi hija”.“Yo tengo una vecina que se queda con mi hijo para que yo estudie”.

“Los centros educativos del nivel medio no ofrecen condiciones para albergar en su interior una población de madres adolescentes que forma parte de su población estudiantil en forma continua y permanente.

Existe una ausencia de respuestas a la realidad de las adolescentes embarazadas que estudian lo que genera deficiencias que fueron señaladas por directores/as de centros y orientadores/as. Estas deficiencias se resumen en:

• Condiciones del mobiliario. En la entrevista a directores/as de centros se identifica el embarazo en adolescentes como un problema para el centro educativo porque al interior del mismo no existen condiciones para albergar a las adolescentes embarazadas y garantizar protección a las mismas. “Nosotros tenemos problemas para tener las embarazadas aquí, uno es las butacas. Las butacas no son cómodas para ellas”.

• Distribución de actividades-tiempo. Incapacidad física de resistencia a largas jornadas educativas.

Las madres adolescentes y adolescentes embarazadas no identifican estas barreras, muestran que las barreras están en el trato que le da el personal directivo y docente de los centros educativos a su condición de madres y/o embarazadas. Reciben de este personal discriminación, bullying y violencia psicológica permanente.

Les hacen señalamientos continuos acusándolas de estar embarazadas y/o ser madres como sanción social. Hay un rechazo al interior de los centros educativos hacia las adolescentes embarazadas y/o madres que tiene una fuerte connotación sexista y patriarcal.

Estas actitudes de rechazo y exclusión se presentan en otros estudios cualitativos realizados sobre la maternidad adolescente como el de CONAPOFA (2008).

El sistema educativo debe ofrecerles a las adolescentes embarazadas y madres que siguen asistiendo a clases y hacen todo el esfuerzo de continuar sus estudios para ser bachilleres no solo la garantía de su permanencia sino apoyo psico-afectivo y condiciones para ello. Esto significa que el personal docente y directivo debe estar sensibilizado sobre el derecho que tiene esta población en permanecer en los centros y erradicar las prácticas de discriminación y bullying que ejercen sobre ellas. 

Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY