Tiene el nombre de mi abuelo Fefe Castillo, y es ademas tocayo de mi hermano y de mi tio, Luis Randoldo y  Luis Bienvenido. Es un hombre de familia, es un hombre de esposa e hijas, es desde mi punto de vista, esperanza.

Casi lloro, cuando luego de varias horas esperando su discurso, llegó junto a su familia, el Domingo, y sin estar preparado, a capela, y sin pantallas, dio un discurso, conciliador, esperanzador, y sobre todo, de certidumbre a toda prueba. El pueblo habló  y harto de la soberbia, de los desplantes, y de la corrupción, le dio el derecho de dirigir los destinos de la nación por cuatro años.

Aunque no le conozco, ni he tenido la suerte de saludarle, por mi, por mis hijos, por mis hermanos, y por mi Madre Celeste, le deseo lo mejor, le deseo, que se lleve de su esposa, quien con un ejemplo digno de emulación, a toda prueba, y sobre todo, con dignidad y fuerza, quiere ser la esposa de Luis, no primera Dama, con los dineros que conlleva esta prestación casi de nobleza, por ser esposa, y como dijo ella, sin elección.

Le deseo lo mejor, deseo que su discurso se haga realidad. Que no se emule lo que ahora sacamos, que no se copie lo malo. Las bocinas, los abusos, los correveidiles, las  megadivas de polvos carísismos a costa de todos nosotros, los concursos amañados, las licitaciones pre aprobadas, los consorcios favoritos, los ingenieros y los funcionarios indispensables.

Debes Luis, y perdona que te hable de tu, ser fuerte, debes saberte Presidente de todos los dominicanos, y debes saber decir que NO, a algunos que te ayudaron a llegar, y que ahora esperan, retribución ad infinitum, tienes una oportunidad que te la dio el señor, de cambiar este país, tienes el Senado, tendrás los Diputados, tendrás el poder que muchos presidentes no han tenido, para cambiar el estatus quo. Para que aquellos que todo lo han tenido siempre, y lo quieren seguir teniendo, cesen, que paren, debes hacerlos entender, ponerle fecha de vencimiento al dinero.

La juventud, los niños, los viejos, las mujeres, los adultos,  todos tenemos esperanzas en ti. En tu discurso, en tu familia, en el hecho de que no necesitabas ser Presidente para vivir, tenemos esperanza en que harás lo que prometiste. En que te duela tu pais, en que Impuestos Internos no sea utilizado como agente de extorsión, pero que tampoco beneficie a quienes vestidos de corderito, te ayudaron a llegar. Al final, podías hacerlo sin ellos, pero que va, desde Lilis, huelen sangre y ahí se quedan.

Al final Luis, te deseo lo mejor, te deseo que dentro de cuatro años, puedas hacer el mismo discurso, pero mejor, con realizaciones, con la disminución de la pobreza, con que el Pueblo dominicano que votó por ti, diga sin rubor que has sido el mejor presidente en la historia de la República Dominicana, que gobiernes para aquellos que lo necesitan, que unas, que sumes, y que nuestro dinero, lo utilices para nosotros, no para grupúsculos ni supuestos, empresarios y sus familias, que tienen mas de cien años subidos en el palo. Te deseo Paz, y te deseo salud.

Eres esperanza. Eres el deseo de millones de personas que se atrevieron, que a pesar de necesitar los pesos para el pica pollo y la cerveza, se negaron y entendieron que tu proveerías, trabajo, educación, estabilidad, humildad y progreso,  que tu serias un cambio real, que tu serias lo que hemos estado buscando desde hace tanto tiempo.

Al final de la jornada, mis sinceras felicitaciones y por favor, no nos decepciones.

Recuerda que en cuatro años hablaremos de nuevo. Ya demostramos que se puede.