Luis Henry Molina Peña, presidente de la Suprema Corte de Justicia, ha sido un político honesto, con un historial limpio, que actualmente se ha visto envuelto en una campaña de descrédito y desinformación contra su persona.
Las acusaciones que se le han formulado han sido respondidas por el Consejo del Poder Judicial, con argumentos legales, en defensa de ellos mismos y del presidente de la Suprema Corte de Justicia.
Para que la sociedad conozca un poco de este personaje político dominicano, quiero hacer una breve presentación de sus actividades políticos, que lo proyectan como un hombre honesto, capacitado y con un brillante porvenir, que algunos quieren perjudicar.
Luis Henry Molina es licenciado en Derecho de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Hizo estudios de postgrado en Derecho Constitucional en la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Participó en la creación y puesta a la vanguardia de la Escuela Nacional de la Judicatura (ENJ), desde 1998 hasta 2010, miembro del Comité de Redacción de la Revista Estudios Jurídicos.
Ganó el primer concurso público para elegir al nuevo director y ocupó esta función por 12 años consecutivos.
En el marco de sus funciones, se ha desempeñado como Director Ejecutivo de la Comisión de Implementación de la Reforma Procesal Penal (CONAEJ), como el primer Secretario General de la Red Iberoamericana de Escuelas Judiciales (RIAEJ), creada por la Cumbre de Presidentes de Tribunales y Cortes Supremas de Justicia de Iberoamérica.
Fue viceministro de la Presidencia de la República. Luego fue designado Director Ejecutivo del Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana (CEIRD), En 2018 fue designado Presidente del Consejo del Instituto Dominicano de Telecomunicaciones (INDOTEL).
En sus años de estudiante en la UASD, comenzó a militar en el Movimiento Estudiantil de Concientización (MEC), cuyo asesor era el padre Frenando de Arango, sacerdote jesuita.
En el MEC tuvo por primera vez contacto con la espiritualidad de San Ignacio de Loyola, a través de los retiros espirituales y un contacto muy activo con las zonas rurales dominicanas a través de la participación en las jornadas de trabajo solidario en distintas comunidades del país.
Del MEC aprendió la importancia del método de trabajo, la mística y el compromiso como instrumentos transformadores de la vida para poder a su vez transformar la sociedad.
Luis Henry Molina ha sido un abogado y político que ha actuado en estricto cumplimiento a la constitución de la República y sus leyes complementarias, especialmente en el ámbito legal, de acuerdo con las reglas y los fundamentos del derecho.
En su formación humanista, Luis Henry Molina tiene virtudes que acompañan sus acciones, como son la paciencia, la fortaleza, la sabiduría y la prudencia, que la hacen un político de buena educación social. Él prefiere padecer las injusticias, antes que cometerlas, no es de los que quieren servirse de la política, sino de los que sirven a la política, para beneficio de la sociedad.
Detesta la corrupción, que se produce porque políticos corruptos se sirven de sí mismo en vez de servir a los demás.
Luis Henry Molina continuará siendo el presidente de la Suprema Corte de Justicia, tal como lo eligieron las autoridades correspondientes, y lo que establece la constitución, manteniendo su moral muy alta, y siempre dispuesto a corregir lo que sea necesario y justo, para el bienestar de la sociedad dominicana.
Su comportamiento personal está basado en lo moral, que es un conjunto de normas, valores y creencias existentes y aceptadas en una sociedad que sirven de modelo de conducta y valoración para establecer lo que está bien o está mal. “El hombre no puede ser separado de Dios, ni la política de la moral”. Tomás Moro.