Hoy conoceremos si el referente para las políticas sobre los precios es Ludwig Erhard o Nicolás Maduro, si transitaremos el camino de la recuperación alemana con libertad de precios o pasaremos al infierno de precios justos oficiales de Venezuela. ¿Productos como el arroz, el pollo y el pan se podrán seguir comprando en miles de establecimientos privados en competencia de precios y calidad de servicios o recibiremos la promesa que van a llegar empacados en una caja de cartón a cada hogar? ¿Tendrán los días contados los jóvenes que hacen entregas a domicilio de colmados o plataformas electrónicas porque la canasta básica arribará a cada hogar cortesía de los militares revolucionarios?
Aunque los avances de la película son de espanto, no pierdo la esperanza se imponga la sensatez. Las cruzadas contra los empresarios de los panes de la enseñanza y del desayuno auguran lo peor. Un senador populista del partido de gobierno debutó con un proyecto para que colegios privados eliminen del tarifario un cargo particular. La reacción de algunos diputados ha sido que el proyecto se quedó corto, que el senador debió ser más ambicioso y no tener de referencia su propia estatura. Ya uno que se puede montar en todas las atracciones de Disney anunció por las redes que lo modificará. Se regulará el talonario completo para garantizar que los colegios vendan el “pan de la enseñanza” lo más barato posible.
Advertí a las entidades financieras que salieran en defensa de los colegios. Que ellas disfrutan por más de tres décadas de una libertad casi total para transar en ambos lados de su balance general, pero que eso podía cambiar. Hay cuatro milenios de evidencias que los obsesos del control de precios tienen balas de plata con los nombres de cada actividad empresarial y en múltiples ocasiones han disparado las estampadas con BANCOS.
El turno llegó primero para los panaderos. Fueron igual de apáticos que los banqueros con respecto a la persecución a los colegios privados, pero añadieron a eso un cretinismo supino. La asociación que los representa cometió el error de llamar a los asociados a vender a los nuevos precios más altos. La autoincriminación de buscar colusión de precios fue aprovechada para una advertencia de PROCOMPETENCIA. Esta es la entidad pública que tiene como misión descubrir cuando ocurren prácticas que atentan contra la libre competencia en la formación de precios por parte, obviamente, de empresarios privados. El gobierno tiene la exclusividad de crear paraísos de colusión de precios y barreras de entrada para actividades que decida controlar, por ejemplo, la importación y comercialización de combustibles.
Pero lo más patético de esa asociación es la pobre defensa que hacen a ese bien que sirvió de inspiración a la oración más hermosa de la fe católica. El pan es de los bienes que menos aumentó de precio desde diciembre 2010 a septiembre del 2020, período que cubre la vigencia de la anterior canasta básica para medir la inflación. De los 305 bienes y servicios usados para medir la variación del Indice General de Precios, 278 aumentaron de precio, uno se quedó igual y 26 terminaron con un precio menor que en diciembre 2010. Organizando los que aumentan de precio de mayor a menor, el pan de agua ocupa el lugar número 257, el pan sobado el 251 y el pan rebanado el 196. Lo que el consumidor compraba de pan con 100 pesos en diciembre del 2010 lo adquiría por 17 pesos más diez años después.
Con la nueva canasta básica de 364 artículos, también el pan es de los bienes que menos aumenta de precio. En abril de este año el pan de agua ocupó el lugar número 305 entre los 311 bienes y servicios que han aumentado de precio desde octubre del año pasado. Si esas son evidencias suficientes para llevar al patíbulo la comercialización del pan, está claro que la canasta básica completa, incluyendo los servicios profesionales de los abogados, puede caer en las garras de los Maduros que creen que los precios son parametrizables, las ganancias deben estar en un rango justo. De esos mismos que juran que las recetas para hacer todos los bienes ahora vienen en una App o en tutorial de YouTube y el empresario es un simple intermediario que carga costos del que se puede prescindir, incluyendo al que les firmó el decreto para ejercer funciones públicas. Bueno, hoy se puede despejar esa duda.