Salud con saldo positivo. Después de años de pocos avances en el derecho de los afiliados, el CNSS aumentó de 3,000 a 8,000 pesos el límite anual per cápita de los medicamentos ambulatorios del PBS. Por ocho ocasiones consecutivas durante siete largos años, los afiliados vieron cómo se ajustaba la cápita del PBS, pero se mantenían congeladas las medicinas.
El Ministerio de Salud Pública modernizó y amplió el catálogo de medicamentos, y estableció el principio activo para la prescripción de las recetas. Estos avances fueron adoptados por el CNSS, eliminando así muchos rechazos y exclusiones en contra de la salud y del bolsillo de los pacientes.
La elevación de 150,000 a un millón de pesos de la cobertura para los recién nacidos constituyó, sin lugar a dudas, otro paso importante a favor de los afiliados. Durante años familias pobres y vulnerables quedaron reducidas a la impotencia y arruinadas, al carecer de cobertura suficiente para atender a hijos nacidos con costosas complicaciones de salud.
También se elevó el monto de los subsidios por enfermedad común, maternidad y lactancia, aunque sin recuperar el nivel perdido por la inflación acumulada. En adición se dispuso la atención integral para las intervenciones quirúrgicas eliminando algunas exclusiones y copagos absurdos.
Vale la pena mencionar la aprobación de la Ley que crea el Servicio Nacional de Salud, cumpliendo con un mandato de las leyes 42-01 y 87-01, mediante la cual se dispuso la integración de la red pública de salud en una entidad autónoma e independiente del Ministerio de Salud Pública.
Otro avance en la dirección correcta consistió en eliminar los obstáculos técnicos que impedían la afiliación de los trabajadores inmigrantes legales. Finalmente, el CNSS adoptó la Resolución No. 380-02, tendente a reducir los elevados niveles de evasión y elusión que durante más de cinco años han erosionado el equilibrio financiero del SFS, y cuyo impacto comentaremos en un próximo mensaje.
Reformas esenciales pendientes. No obstante estos avances, todavía quedan pendientes importantes reformas. La atención primaria de salud como puerta de entrada a la red de servicios; el establecimiento del Plan Básico de Salud que reduzca el gasto de bolsillo; el derecho de los pensionados y jubilados a la protección en salud; así como eliminar la auto exclusión de las instituciones autónomas y descentralizadas continúan siendo tareas pendientes para la sostenibilidad del SDSS.
Una nota preocupante es la persistencia oficial en minimizar el gasto público en salud como porcentaje del producto interno bruto (PIB), no obstante las denuncias recurrentes a lo largo de todo el año, tanto del personal de salud, como de la prensa nacional, sobre las deficiencias y limitaciones de los más emblemáticos hospitales y centros públicos de salud.
Un pobre año en pensiones. En materia previsional el mayor avance fue la ampliación de 2 a 7 años del plazo para las reclamaciones de los familiares del afiliado fallecido. Esta limitación absurda del contrato póliza, unida a la falta de orientación e información oportunas, malograron los derechos a la sobrevivencia de miles de familias desamparadas. Además, las pensiones continúan congeladas desde hace una década, acentuando el grado de indigencia de la gran mayoría de los envejecientes.
El crecimiento del fondo de pensiones al 12.7% del PIB no puede calificarse de un cambio, ni siquiera de una novedad, ya que se trata de un proceso ordinario, que fluye de manera espontánea e inevitable. El 2015 fue otro año más en el que se mantuvo invariable el porcentaje límite de la comisión de las AFP, a pesar de la iniciativa de los diputados y de la bajísima tasa de remplazo de las futuras pensiones que ensombrece el retiro de más de tres millones de afiliados.
Seguridad Social para todos abriga la esperanza de que en el 2016 se amplíen los derechos de los afiliados, se proteja a los pensionados, y se inicie la afiliación de los grupos sociales de difícil cobertura, incluyendo a los trabajadores por cuenta propia y a los informales de las microempresas.