El 3 de febrero de 1960 el primer ministro del Reino Unido da un discurso ante el parlamento sudafricano donde lanza un llamado a reconocer “los vientos de cambio”, Harold Macmillan se refería a los movimientos independentistas en África y Asia, un esfuerzo por la paz mundial debía reconocer esas realidades. En Johannesburgo los tribunales conocían un caso de “traición a la patria”, 28 jóvenes del Partido del Congreso Africano eran acusados por utilizar la desobediencia civil como método de protesta contra el régimen del apartheid, en la militancia había judíos y coloureds (Mestizos), se destacaba Nelson Mandela quien más tarde recibiría el Nobel de la paz junto a su adversario político, Willem De Klerk.

Mientras se desarrollaban los acontecimientos en Sudáfrica, en Santo Domingo, el 30 de diciembre de 1960, la iglesia católica lanzaba la famosa pastoral que desenlazaría las acciones que darían con el fin de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, al parecer en República Dominicana también soplaban vientos de cambio.

En 1989 en Alemania, el líder de una banda de rock llamada Scorpions, después de realizar una visita a la Unión Soviética escribe una canción en alusión a los “vientos de cambio” que se vivían en su país tras la caída del muro de Berlín, mientras esto ocurría una joven científica llamada Angela Merkel decide participar en política.

En Santo Domingo se escuchaban los vientos de cambio de los Scorpions, el fin de la historia encontró nuestra economía relativamente sana, después de la década perdida, de la crisis de deuda externa, estábamos en paz, sin la polarización que se vivía en Centroamérica por las luchas y guerras ideológicas.

En Argelia, en diciembre de 1991, cuando el Frente de Salvación Islámica se presume ganador de las elecciones parlamentarias, el ejército toma control mediante un golpe de estado al gobierno del presidente Chadli Bendjedid, del Frente de Liberación Nacional, acontecimiento que género una guerra civil que duraría hasta el año 2002.

En 1990 una gran cantidad de dominicanos vieron frustradas sus aspiraciones en las elecciones de ese año, por un presunto fraude, la misma realidad se repitió en 1994 con otro partido político, resulto el mismo ganador, con esfuerzos diplomáticos se evitó la crisis.

 Los ciclos políticos

En Argentina, en los años 70 el sociólogo Tortuato Di Tella, miembro de una familia de industriales y fundador de una universidad que lleva su nombre, sostenía la tesis de que su país se encaminaría a tener opciones electorales definidas ideológicamente, como existen en Europa, partidos de Derecha y de Izquierda, algo impensado en ese país donde domina el peronismo.

Unos 30 años después se cumpliría el pronóstico de Ditella cuando empieza la carrera política de Mauricio Macri, un empresario que aglomera liberales y emprendedores en una coalición de derecha progresista, como presidente de Boca Juniors había dado más que alegría al pueblo argentino, allá el Futbol es religión y Macri realizaba milagros.

En esa misma época Lucas Llach, economista, historiador y profesor de la Universidad Torcuato Di Tella, publica un libro con el sugerente título de “Los Ciclos de Ilusión y Desencanto” haciendo alusión a la realidad de su país el cual ha experimentado constantes subes y bajas en su historia económica.

Macos, cacatas y cambio

En la República Dominicana la democracia ha costado mucho, sufrimos una brutal dictadura y una transición democrática no menos difícil, de estas experiencias hemos aprendido que la convivencia y la estabilidad política son vitales para el desarrollo económico.

El año pasado elegimos nuevas figuras políticas de todos los partidos con participación en el congreso, en el ejecutivo un gobierno de jóvenes ministros liderados por el primer presidente nacido después de la dictadura, mientras en el resto del mundo se pone estrés a la democracia en República Dominicana se consolida, como bien nos recordó Samantha Power, administradora del USAID, en su reciente visita al país.

En República Dominicana hemos sabido navegar con los vientos de cambio, al ritmo de otros países o con los tiempos, con ciclos políticos largos, pero siempre avanzando. Si por alguna razón alguno de nuestros intelectuales escribiría sobre los ciclos políticos tendría que invertir el título de Llach, en la República Dominicana cada nuevo ciclo ha sido de ilusión y de encanto.

Los Scorpions vieron los vientos de cambio en el trayecto del rio Moskva hacia el parque Grozny, allá en Moscú, nosotros lo vemos en las letras de Juan Luis, porque si bien fuimos bien encomendados con garrote en la frente, Dominicana camina hacia ser la más noble debajo del sol, alzando sus brazos de amor eterno, llena de paz y de orgullo, bendecida por Dios.