Cuando se viaja a otros países, la tendencia es conocer de su cuerpo, es decir, obras históricas significativas, monumentos grandes y famosos, centros de diversión. Se pueden predecir algunos. Por ejemplo,  en Francia, el Museo de Louvre, Torre Eifel, Montmartre; en Espana, Museo del Prado,  Sagrada Familia, Marbella, Ibiza, Mallorca;  Alemania, el muro de Berlín, museos; en EU, la estatua de la libertad; RD,  playas, Punta Cana; Grecia, el acrópolis, las islas; por  Egipto, las pirámides; en Italia,  el Vaticano, canales de Venecia; por Suiza, los alpes.

En realidad, promover los cuerpos de las naciones son forma de  llamar la atención, atraer turistas a tomar fotos y decir estuve ahí. Sin embargo, no son representativos del alma del pueblo. Para conocerla debemos penetrar en su YO interior,  en los valores  culturales, cívicos, morales, que se ponen de manifiesto en su estilo de vida , gobiernos, música, comida, vestimentas, hábitos, en lo que produce alegría y tristeza.

Confieso que nunca me he dejado impresionar  por  fachadas materiales. Suelo buscar el alma de las  personas y hasta de las cosas. No sólo oigo de su historia, luchas, éxitos, me detengo en detalles. Observo el comportamiento del diario vivir. En cualquier nación, me gusta caminar, sentarme en  bancos, ir a los mercados,  parques,  iglesias, conversar con la gente, comer en una cafetería cualquiera. Penetrar en su esencia.

Recuerdo mi primer viaje a Paris. El guia nos llevó a los lugares más  atractivos, incluyendo ver espectáculos en el Lido y  Molino Rojo. Nunca olvido que al final dijo “Esto es el cuerpo de Francia, los invito a buscar su alma”. ¡Magnifico!.

En otra oportunidad, fuí invitada a un programa de radio en Ginebra, Suiza.  “Digale a la población que debe conocer de RD”. Le hablé con entusiasmo  de los campesinos y gente sencilla de los  pueblos. Los exhorté a que los visitaran para que conocieran la  paz interior que produce un jugo o   una taza de café, servida con sensillez, amor y  espontaneidad. Asi es la mayoria de nuestra gente pero esta siendo asfixiada por gobiernos y  ambiciosos. ¡No la dejan ser!!

A mi juicio, el alma de Europa, EU, Africa,  America Latina y el Caribe, guardan significativas diferencias. En EU, la siento inquieta, agitada, como quien corre tras algo sin saber que es o que no puede alcanzar. Es un estar insatisfecho con lo que tiene. Un querer consumir, sin detenerse.

Mis vivencias en Venezuela, Guatemala, Honduras, El Salvador,  islas del Caribe y muy especialmente en  RD y Haiti, me llevan a la conclusión, que hay latente una constante lucha contra el medio, angustias por  injusticias, carencia de leyes que  apoyen los afanes. Pasan rapidamente de la risa al llanto, de la esperanza a la decepción. Saben lo que quieren pero no han encontrado la forma de alcanzarlo. No tienen la base y menos la estructura, para seguir rumbo a la meta. Pueblo y gobierno, no estan en sintonia.   Una impresion similar, tengo de lo conocido en Africa.

Sin embargo, en el continente europeo hay algo que serena. Pienso que tiene que ver con la confianza en sus gobernantes. Por mas difícil que sea la situación económica que atraviese  una nación,   se esfuerzan en el desarrollo  armónico, en  satisfacer las necesidades básicas de todos, en la seguridad, transito efectivo, que se cumplan las leyes. El mensaje no es acaparar riquezas, pues la proridad  no es exhibir lujos ni obras materiales espectaculares y superfluas.

Dentro de ese marco estructural, las personas lucen relajadas, protegidas. Se ocupan de  ser feliz a su manera, respetando los demás. Indiscutiblemente, que gobiernos e iglesias, tienen la gran responsabilidad de que los pueblos mas que ocuparse del cuerpo, se concentren en llevar tranquilidad y alegría  a su alma.