Recuerdo que a  nivel religioso,  el día 6 de enero se celebra la fiesta de los reyes  magos, fiesta que hasta hace unos años se compartía  socialmente  como un día de reposo, es decir, era rojo en el calendario con el cual culmina a nivel civil la época de navidad, pero hoy,  por alguna razón que no todo el mundo conoce, la celebración de los reyes para el calendario religioso sigue siendo el día 6 y para el calendario civil pues el día que caiga.

Cómo se vivía esta festividad?

Recuerdo que era la fiesta de la inocencia, de los duendes, de los magos, y no estamos hablando de medio siglo de diferencia, podemos decir que todavía en la década de los 80 se sentía en algunos lugares más que en otros la fuerza que contenía esta celebración en el ambiente infantil y también en  los adultos entraban en esta complicidad religiosa y cultural.

Recuerdo que el día 5 de enero era la fecha de dejar debajo de la cama los paquetitos de hierba, las mentas y los cigarrillos, también un vaso de agua, y en mi caso particular a los reyes mi madre les  asaba un pollo y  todo esto porque venían de  muy lejos y tenían que comer, beber, fumar, endulzar la boca, y la hierba porque los camellos tenían hambre y cuando se paraban en las casas a dejar los regalos descansaban y comían. Entonces el día 6, todos los niños y niñas jugaban con alegría con los regalos que por su buen comportamiento le habían dejado los reyes magos.

Además,  recuerdo que muchos niños y niñas no contaban con esto, pues sus padres igual no tenían los recursos económicos para comprar o veían las cosas de otra manera, estos niños vivían con la esperanza de que la viejita belén pasaría y le dejaría hacia el 20 de enero sus regalos, por lo cual hacían en su mundo un gran esfuerzo por “portarse bien”  para recibir lo ya ganado.

Las emociones se ponían de manifiesto, por un lado, la alegría y por otro la tristeza, sin embargo, esto promovía la solidaridad entre los pares  pues movía a compartir los  juguetes con los amiguitos y amiguitas que no habían tenido igual suerte.

La fiesta de la inocencia:

A ningún niño o niña se le ocurría pedir a sus padres los juegos que querían, mucho menos ir a comprarlo   juntos. Todos asumíamos que los magos traían desde lejanas tierras los regalos, y éramos felices, solidarios, obedientes, humanos, hermanos. Eran  otros  tiempos,  ni mejor ni peor,  pero si diferente, donde la inocencia era parte de la vivencia.

Y así,  entre inocencia, alegría y hoy nostalgia de una época, avanzamos en el camino y nos dispones a reflexionar sobre cuál será el mensaje o enseñanza que podemos sacar de esta festividad, 6 de enero o 9 de enero…

Los reyes venidos de oriente siguieron la estrella:

La estrella guió   a los reyes y ellos se dejaron guiar, esta fiesta está cargada de una gran fuerza simbólica  y cada persona puede tomar un  elemento y darle su mejor significado.  La estrella guía, representa los propósitos o metas las cuales cada persona debe seguir hasta lograrlos, los regalos, oro, incienso y mirra son parte significativa de este encuentro de culturas, razas y pueblos representado en el simbolismo de los reyes, y es que la humanidad completa se reúne en torno a una fuerza mayor que la convoca, a los que unos pueden llamar Dios, o los mil nombres con que se designa.

En cuanto a los regalos de los magos,  la mirra es el símbolo de la humanidad, el incienso es símbolo de la divinidad y el oro simboliza la realeza, también  la dignidad,   de tal modo,  que cada ser humano cuenta con los tres regalos.

Entre recuerdos, estrella y regalos la pregunta es ¿Hacia dónde nos mueve todo esto?

Pienso que nos puede mover a  rescatar algunos elementos fundamentales que nos harían mucho bien a todos y todas como son:

  • El cuidado por los valores que nos hacen personas solidarias, respetuosas, alegres, con inocencia que no significa ignorancia.
  • Fomentar la ternura, la alegría por las cosas sencillas y vitales,  como es  el compartir, el ponerse en el lugar del otro, disfrutar sanamente.
  • Rescatar la dignidad, la humanidad, la divinidad, tres cosas que son parte de nuestra existencia.
  • Tomar el ejemplo de todo este simbolismo y descubrir la  estrella guía y una vez encontrada seguirla, es decir, encontrar mi meta y seguir firmemente con la fuerza que me ofrecen los tres regalos: mirra- humanidad, incienso- divinidad y oro-realeza o dignidad.
  • Abrazar la estrella, seguir la meta, dejar huellas y ayudar a que otros encuentren también su guía, esto ayuda planificar  la vida y más  plenificarla, a darle sentido y razón de ser.
  • Emprender el camino a belén cada mañana, cada día y cada noche guiado por la fuerza interna que te habita, es abrirse a la novedad que te presenta un año que apenas inicia y que está entero para ser explorado, aprovechado, vivido, disfrutado.
  • Retomar las raíces y unido a la modernidad presente celebrar lo que somos, hacer memoria de lo que fuimos y cultivar responsablemente lo que seremos.
  • Ser, vivir, sentir, amar, servir, creer y crear

Si recordar es vivir, es necesario recordar más para vivir más, sabiendo que ningún árbol se sostiene sin sus raíces y ningún sistema vive el presente sin su pasado. 

Que nadie nos  quite la inocencia y que nadie nos  imponga ignorancia, la sabiduría es también la madre de la experiencia.