“…al Dr. Salomón Melgen no lo salva ni el médico chino.”—Jhonatan Veloce

¡Tani bol!, estimados lectores, de nuevo nos vemos compelidos a sacar un tiempo aparte– desviándonos de nuestro esquema original– para volver sobre el caso de nuestro paisano, el Dr. Salomón Melgen**. Nos impele a este desvarío, el conocimiento del segundo expediente acusatorio denominado USA v. Salomón E. Melgen (Case 9:15-cr-80049-KAM), asignado al magistrado federal James Hopkins de la Corte Distrital del Sur de la Florida en fecha 14 de abril 2015.

Este nuevo expediente consta de 37 densas páginas, y detalla un total de 76 imputaciones del Gran Jurado, por violaciones a la ley relacionadas a la prestación de servicios médicos bajo el programa federal de Medicare, atribuidas exclusivamente al oftalmólogo propietario de cuatro clínicas en los condados de Palm Beach y St. Lucie en el Sur de la Florida. Al día siguiente, 15 de abril, el Dr. Melgen se declaró “no culpable” de todos los cargos. Pues, como ya hemos observado, es una práctica consuetudinaria de la mayoría de los imputados– y sobre todo de los que como Melgen tienen bolsillos profundos para pagar abogados defensores que negocien los mejores términos con la fiscalía– proclamar de manera desafiante su inocencia, hasta oportunamente declararse culpable a cambio de la garantía de una pena reducida. Él tiene mucho que negociar, si tomamos en cuenta que las sanciones máximas de los 76 cargos en su contra suman 610 años y muchos, pero muchos, millones de dólares. A cambio puede explicar cómo se movía en los pasillos del Capitolio en procura de su impunidad y grandes ventajas comerciales mediante la repartición de regalos y donaciones a líderes políticos con mucha influencia en Washington y Santo Domingo.

El único imputado en el nuevo expediente es el Dr. Melgen. Es así, pues la primera gran sorpresa– reveladora de la extraordinaria dimensión del fraude imputado al acaudalado oftalmólogo– consiste en que Melgen era el único médico con licencia para practicar la profesión en el estado de la Florida ejerciendo la profesión en las cuatro clínicas de su propiedad. *** Cuatro clínicas y unos treinta empleados, pero con un solo oftalmólogo en nómina atendiendo a cientos de pacientes diariamente, y facturando casi 200 millones de dólares a Medicare en los seis años bajo consideración de la fiscalía, sin contar las facturaciones a las aseguradoras médicas y a pacientes privados sin cobertura alguna en Estados Unidos. ¿Qué pasaba cuando Melgen viajaba a Casa de Campo con su compinche Bob Menéndez a divertirse con las jovencitas que tanto gustan a los amigotes? ¿Se cerraban las clínicas en espera del retorno de su único oftalmólogo de planta? Imposible, la facturación del negocio seguía tan campante como Johnnie Walker, tanto estando Melgen presente como durante sus frecuentes escapadas “románticas” en su jet privado.

Según el expediente acusatorio, Melgen facturaba un mismo frasco del medicamento Lucentis hasta cuatro veces, lo que constituye un gigantesco fraude al Medicare. El programa federal de asistencia médica a los ancianos estipula que se facture el costo del frasco (unos 2,500 dólares) más 6% de margen para el manejo de la clínica (o sea, 106% del precio de compra del medicamento o $2,650 por unidad de Lucentis); y el “condecorado filántropo” facturaba hasta 424% del costo del medicamento, o sea, US$10,600. Melgen se embolsillaba hasta 8,000 dólares más de lo autorizado en el tarifario, recursos que hacen mucha falta al programa de Medicare para atender a otros ciudadanos necesitados de atención médica. En 2009 tuvo que reembolsar US$8.9 millones a Medicare por sobrefacturaciones en 2007 y 2008, y todavía sigue reclamando su devolución después de seis apelaciones y la fallida intervención del dúo dinámico de Bob Menéndez y Harry Reid, este último el líder de la bancada demócrata en el Senado. El oftalmólogo alega que es un dispendio desechar el medicamento sobrante en el frasco, pero jamás se le ocurrió dividir el costo de la unidad entre los cuatro pacientes para rectificar el error de Medicare. Con descaro ha seguido defendiendo lo indefendible en este caso de sobrefacturación fraudulenta, como se puede apreciar en la entrevista de 28 de julio 2014 (acompañado de lo que queda del cantante José José como escudero), pues Melgen insiste que Medicare se equivoca al reclamarle la devolución de los millones pagados en exceso por sus servicios médicos facturados fraudulentamente.   https://www.youtube.com/watch?v=s1-fTaQTtUk

En realidad el tema de la sobrefacturación se conoce desde hace mucho tiempo (por lo menos desde 2009), y la única noticia es que aparentemente Melgen continuó facturando de la misma manera por lo menos hasta la conclusión de la auditoría forense en diciembre 2013, a pesar de todas las advertencias y las claras decisiones en apelación que contradicen su “interpretación” de la forma correcta de facturación. Por esa insistencia es que la sobrefacturación se convierte en acción criminal, pues de haber obtemperado a los llamados de facturar de acuerdo a la regla– en lugar de insistir en desplegar toda su artillería política comprada con regalos y donaciones– quizás no hubiese habido motivo para procesar al oftalmólogo penalmente, al menos no por sobrefacturación a Medicare.

Hasta ese punto Melgen es un chivito jarto’e jobo cualquiera, pues lamentablemente no es el primero ni será el último médico en estafar a Medicare con la sobrefacturación de sus servicios. Solo se distingue por los enormes montos sobrefacturados, pues ha sido prolífico en esa práctica fraudulenta, excediendo por mucho todos los antecedentes. Pero en definitiva, la avaricia rompe el saco. Según el expediente acusatorio, el agravante es que el oftalmólogo también diagnosticaba enfermedades ficticias para facturar procedimientos innecesarios, no por desconocimiento o error humano, sino para aumentar la facturación de su negocio. Al extremo de que se le acusa de hacer que los empleados llenaran los formularios de diagnóstico de muchos pacientes antes de verlos en consulta por primera vez, indicando costosos procedimientos y medicamentos totalmente superfluos, con la sola finalidad de cobrar por sus servicios. En palabras de El Nuevo Herald de Miami: “El acta acusa a Melgen de presentar reclamaciones falsas inventando entradas en el expediente médico de pacientes y diagnosticándolos con enfermedades oculares graves, sobre todo degeneración macular relacionada con la edad y enfermedades de la retina.” http://www.elnuevoherald.com/noticias/sur-de-la-florida/article18554399.html#storylink=cpy

Por eso actualmente se fragua el proceso de entablar una demanda civil colectiva (conocida como “civil action suit” en Estados Unidos), con abogados anunciando sus servicios para los pacientes particulares que fueron estafados por el Dr. Melgen, pagando por tratamientos y medicamentos totalmente innecesarios y posiblemente perjudiciales para la salud. En esta categoría de victimas es muy probable que se encuentren dominicanos sin cobertura de seguro médico internacional, que acudieron al afamado oftalmólogo en busca de atención profesional y pagaron sus altos honorarios. Es muy probable que el Dr. Melgen sea demandado por muchos millones de dólares por los pacientes que se sienten afectados por su imputada falta de escrúpulos profesionales. Incluso, al menos un bufete de abogados de Miami, Viñas & DeLuca, en su publicidad implica que posiblemente algunos pacientes fueron perjudicados por los procedimientos superfluos y podrían producirse demandas por daños y perjuicios también:

http://vdlegal.com/vinas-deluca-representing-victims-of-unnecessary-eye-surgery/

El expediente acusatorio contiene una muestra de 30 perfiles de pacientes anónimos de Melgen en los seis años entre enero 2008 y diciembre 2013, período durante el cual Melgen facturó US$190 millones y recibió US$105 millones de dólares de Medicare en reembolso. Como botón, por una de esas pacientes (Delores G.), Melgen sometió facturas ascendentes a aproximadamente US$541,000, incluyendo US$310,000 por unas 130 inyecciones de Lucentis así como unos US$22,600 por unos 20 tratamientos de laser focalizados, entre otros procedimientos. Otro de los pacientes en el expediente, West L., fue supuestamente sometido a inyecciones de Lucentis 133 veces y a tratamientos laser en 44 ocasiones, para una facturación a Medicare de US$615,000 en el período 2008-2013. Muchos de los records de otros pacientes de la muestra estudiada revelan facturaciones similares de más de medio millón de dólares por persona, en muchos casos supuestamente sin padecer los males “diagnosticados” por Melgen.

Además de los cargos por fraude (“reclamaciones falsas, fraudulentas y ficticias”, así dice textualmente en el expediente acusatorio) y sobrefacturación en la prestación de servicios médicos, Melgen es acusado de mentir y producir documentos fraudulentos en relación a las investigaciones de Medicare sobre sus prácticas de facturación y los records médicos de sus pacientes. Es un elemento muy importante del expediente, pues evidencia que en realidad el Dr. Melgen encubría acciones fraudulentas con intención criminal, y no se trata de simples errores o malas interpretaciones de un filántropo bonachón.

Pero Melgen tiene varios otros flancos abiertos, que podrían explotar en cualquier momento, pues como ya hemos descubierto, los tiempos de la Justicia son parsimoniosos y enigmáticos, y las imputaciones penales pueden irrumpir en el momento menos esperado. Por un lado, bien conocido es el caso del alegado estupro de un sinnúmero de jóvenes que sigue latente, sobre todo después de la mención de las tres “novias” y la hermana menor en el expediente que tiene en New Jersey junto a su compinche Menéndez. Solo el FBI y el Departamento de Justicia estadounidense saben el paradero de esa denuncia anónima. Al otro extremo, quizás el menos conocido de los documentados manejos supuestamente turbios del oftalmólogo de nacimiento dominicano sea el caso de la fundación sin fines de lucro que estableció en 2007 y disolvió en 2010, la Sal Melgen Foundation, Inc. El Dr. Melgen ha cultivado la imagen pública de ser un gran filántropo, aunque aparentemente con dineros de sus pacientes, las aseguradoras y Medicare. Pero esa cultivada proyección se desvanece al penetrar al interior de su fundación privada. Con unos US$1.6 millones en activos al momento de su disolución en 2010, la entidad solo había realizado aportes por valor de $52,351 a dos instituciones educativas: University of Miami y el Instituto Educativo Liceo del Norte en 2009. Pero entrando en más detalle, el aporte a la universidad ($39,961) fue para pagar los estudios de su “novia” brasileña, Juliana Lopes Leite (según el expediente acusatorio contra Menéndez y Melgen), y Fátima, la hija de Cecilia Reynolds, una amante de Bob Menéndez en ese tiempo. **** Por otro lado, durante la corta vida de la institución se reporta la venta misteriosa de unos US$16 millones en títulos corporativos. Al disolver la fundación, los activos se retornaron al Dr. Melgen, contraviniendo las normas fiscales estadounidenses que estipulan que se debe donar el remanente a instituciones caritativas, según Alana Goodman expone en un artículo publicado el 22 de marzo de 2013 en el diario digital The Free Beacon. http://freebeacon.com/national-security/forward-the-foundation/

Ante un jurado de sus pares, el opulento oftalmólogo tendrá que hacer algo más que llevar a José José de escudero para proyectar la imagen de hombre bonachón y benévolo que siempre ha procurado desinteresadamente el bienestar de sus clientes, amigos y amiguitas. De comprobarse las imputaciones en la justicia contra el oftalmólogo, estaríamos ante la auténtica personificación del fraude. Ni los calificativos de “tesoro nacional” y “hombre de conducta intachable” de sus amigos, ni su condecoración estatal de la Orden de Duarte, Sánchez y Mella, le servirán para atenuar su responsabilidad en la estafa a Medicare y a sus confiados pacientes. Como expresara el lector de un artículo sobre la reciente imputación de fraude contra Medicare presentada por el Gran Jurado: “Reconozco que el acusado siempre es inocente hasta prueba en contrario, pero al Dr. Melgen no lo salva ni el médico chino. Y mucho menos su nueva abogada de cabecera para el expediente de Medicare, Maria Domínguez, nieta de Trujillo e hija de Angelita”.

*http://diccionariolibre.com/definition.php?word=Tani+bol

http://diccionariolibre.com/definition.php?word=Tani+bol&defid=48884

http://12y2.com/2013/tani-bol-3/

http://12y2.com/2013/tani-bol-4/

**Dos artículos anteriores sobre las tribulaciones de Menéndez y Melgen: http://acento.com.do/2015/opinion/8233247-los-tiempos-de-la-justicia-primer-tiempo/

http://acento.com.do/2015/opinion/8237189-los-tiempos-de-la-justicia-nunca-segundos-tiempos-fueron-buenos/

***At all times material to this Indictment, the defendant was the only licensed physician practicing at VRC.” (“En todo momento pertinente a esta acusación, el imputado era el único medico con licencia laborando en VRC.”) Ver p. 6 #14 de

http://www.miamiherald.com/news/local/crime/article18622992.ece/BINARY/Indictment%20of%20Dr.%20Salomon%20Melgen%20for%20fraud%20(PDF)

***Ver párrafos # 41 a 51, en las págs. 13 y 14 de la acusación en el anterior enlace.

**** http://nypost.com/2015/04/05/menendez-may-have-gotten-favor-for-alleged-girlfriends-daughter