Observación: El objetivo de la investigación llevada a cabo por el doctor Moreno Ceballos ha sido conocer el mundo psicológico y psiquiátrico de importantes personajes bíblicos, desentrañando en ese empeño no pocos de los misterios de la Biblia.
El psiquiatra Nelson Moreno Ceballos ha publicado en la Revista Dominicana de Psiquiatría su segunda entrega sobre los personajes bíblicos que se suicidaron, en la que estudia la personalidad, la vida y la muerte de Sansón, el décimo de los jueces conforme al texto bíblico.
Sus investigaciones han replanteado la interpretación de este famoso personaje, al desvelar que sus acciones estuvieron determinadas por un trastorno psiquiátrico, que él diagnostica como retraso mental con problemas en el control de los impulsos y dificultades adaptativas, que explican en gran medida las dificultades que tuvo en el cumplimiento de su misión mística de liberar al pueblo de Israel del dominio filisteo.
El objetivo de la investigación llevada a cabo por el doctor Moreno Ceballos ha sido conocer el mundo psicológico y psiquiátrico de importantes personajes bíblicos, desentrañando en ese empeño no pocos de los misterios de la Biblia auxiliándose de métodos científicos para el análisis socio histórico y psiquiátrico.
Mediante patobiografías (estudio histórico sociológico y psiquiátrico de la vida y muerte de un individuo) el doctor Moreno Ceballos innova en el conocimiento de creencias mitológicas y realidades, mostrando la cara oculta, no explícita y compleja de los más conocidos y divulgados actos heroicos bíblicos, y que durante siglos vienen poblando la imaginación popular y sirviendo de ejemplos para la diseminación global de la fe cristiana.
"La imagen que desde niño nos forjamos de Sansón es la del hombre fuerte que realizaba hazañas fantásticas, como fue la de descuartizar un león con sus manos; poderes extraordinarios que perdió cuando una mujer nombrada Dalila le cortó su cabellera", así comienza este psiquiatra dominicano la patografía de Sansón, de quien afirma se suicidó y reporta también el hallazgo de que Sansón era un retrasado mental.
El artículo con los hallazgos científicos es la primera vez que se publica en el mundo como estudio psiquiátrico que intenta comprender y explicar el acto suicida efectuado por doce personajes bíblicos.
La publicación, sin precedentes en el escenario mundial, registra las dificultades que tuvo el autor para establecer un sistema de explicación coherente acerca del "relato de tan laberíntico entramado de acciones, aventuras y hazañas más dignas de un libro de imaginarias epopeyas que de un personaje bíblico, nos confundió desde un principio, precisamente porque no encajaban sus actos, ni con el designio y propósito que Jehová le había asignado a Sansón al engendrarlo, ni con ningún otro propósito de vida", dice Moreno Ceballos.
Y agrega: "tampoco se nos perfilaba un tipo específico de trastorno de personalidad en él, ni se dibujaban los signos y síntomas característicos de un claro síndrome o trastorno psiquiátrico clínico que padeciera Sansón".
"A medida que la investigación avanzaba, compilada, organizada toda la información de sus hechos, conductas y actos, y pensadas y vueltas a formular la interrogación de motivos y propósitos, –por más que los colocaba de una manera y de otra–, tampoco lograba estructurarlos en un todo significativo. Ni siquiera asomaba una hipótesis que nos permitiera interpretar tan enmarañada trama".
RETRASADO MENTAL
Moreno Ceballos plantea que "fue precisamente esa falta de sentido unificado de las acciones de un hombre que no se le ve ejercer ninguna función, ni siquiera familiar, en esa sociedad; que no trabaja ni tiene ningún sueño o meta personal, familiar, política ni religiosa, –unido al hecho de que no se podía perfilar en él ni un problema de personalidad ni de un trastorno clínico específico–, fue todo eso lo que me dio la pista de que bien podríamos estar ante un caso de retraso mental".
El diagnóstico realizado por el médico psiquiatra produjo la comprensión de vida, la conducta, la psicología y la psicodinámica de la muerte suicida de Sansón, advirtiendo que "cuando tildamos de retrasado mental a Sansón, un personaje a quien la Biblia considera un nazareo, no estamos usando un calificativo peyorativo…", y aclara que su hallazgo parte del término oficial que define el retraso mental como una disminución de la inteligencia, acompañado de problemas adaptativos y de un inadecuado manejo de las emociones.
Moreno Ceballos afirma que a Sansón no se le conocían amigos, ni capacidad de establecer relaciones amorosas, ni familiares estables, que no fuera las que sostuvo con sus padres. A su boda sólo asistieron su padre y su madre, y ni un solo amigo; habiendo asistidos, en cambio, treinta amigos de la novia. Sansón se enemistó de todos los amigos de su novia esa misma noche.
Sus relaciones sexuales las realiza con prostitutas. Con Dalila mantuvo una relación porque ésta tenía el propósito de engañarlo, no porque estuviera enamorada de él.
En Sansón era evidente la dificultad de comunicación verbal durante toda su vida; tampoco logra expresarse a nivel extra verbal con sus actitudes y conducta. La ira y la irritabilidad acompañan sus reacciones impulsivas y agresivas. Falta de control a sus impulsos sexuales. Es precisamente en un acto de acción impulsivo y agresivo que comete el suicidio.
Carecía de una personalidad decidida y madura, más bien se inclina siempre a actuar por simples impulsos primarios. Su conducta es inmoral, sin principios religiosos de su medio cultural, e incapacidad para asimilar las enseñanzas de su medio social. Sansón, durante toda su vida adulta, no realiza ninguna actividad productiva. Vivía peleándose con los filisteos o teniendo sexo.
Moreno Ceballos ve a Sansón como uno de los personajes bíblicos más incoherentes en su conducta; un hombre solitario, impulsivo, desprovisto de nobleza y entereza de carácter, con una falta de misión significativa en su vida "no se asemejan sus furtivos enfrentamientos con los filisteos a las epopeyas guerreras, ni da la impresión, en ningún momento, de ser un guerrillero patriota, y ni siquiera alcanza la simpatía que genera un Robin Hood… Sansón es una mezcla de mozalbete pícaro, ratero, pillo, aventurero y estúpido".
Y afirma que "estudiando seriamente el significado de sus acciones hay que concluir que éstas carecen de la más mínima lógica y que no forman parte de un claro proyecto de vida… carece de una lógica interna que pueda considerarse compatible con alguna misión mística, política ni guerrera.
"Porque me sacaron los ojos y me dejaron ciego, me vengaré de ellos…" fue el testimonio final de Sansón.
Moreno Ceballos demuestra en su ensayo que no hubo en Sansón ningún tipo de depresión, ni acto heroico, sino un claro móvil personal: se suicida para vengarse de los filisteos porque le sacaron los ojos. Su inmolación no es para liberar al pueblo de Israel, sino un sentimiento de desquite personal. Así mismo, dice que "nadie puede afirmar que su suicido condujo ni contribuyó al cese de la dominación de los filisteos sobre el pueblo de Israel".
EL MITO DE SANSÓN
Moreno Ceballos demuestra que Sansón nunca pudo ser juez, gobernante o estadista, pese a que la Biblia dice que Sansón gobernó durante 20 años al pueblo de Israel como Juez, luego de haber matado a mil filisteos con la quijada de un asno. Y explica que los jueces eran hombres sabios y carismáticos.
Tampoco fue Sansón un líder político, militar o religioso, ni dirigente de oposición: "sus golpes contra los filisteos resultan demasiados individuales y aislados para que se le reconozca una misión de 'salvador' de Israel", dice citando a Pierre-Maurice Bogaer.
Jefes políticos fueron, en ese sentido, Israel Jefte Gedeón, Samuel, Saúl y David, destaca Moreno Ceballos. "Sansón no se comportó como un político, ni como un reformador, ni el pueblo lo percibía como tal, ni esperó, ni vio conveniente que lo hiciera… está muy lejos de asemejarse a un estadista, guerrero o político".
Moreno Ceballos concluye que "Sansón fue uno de los pocos engendros directamente divinos, sólo comparables a Isaac, Samuel, Juan el Bautista y Jesucristo, pero resultó un producto incapaz por su retraso mental de realizar la supuesta misión divina para la cual fue creado", y cita las profecías de Jacob y Moisés en torno a la tribu de Dan.
Y puntualiza que "en buena exégesis –amparado en criterios y argumentos puramente científicos, y en la coherente aplicación de la doctrina cristiana del libre albedrío– puede explicarse que un engendro divino no es contradictorio con que devenga en una persona que sea un retrasado mental, como fue el caso de Sansón.
Perfil de Nelson Moreno Ceballos
Miembro del buró de directores de la Comisión de Suicidología de la Asociación Mundial de Psiquiatría (WPA); coordinador de la Sección de Suicidología de la Asociación de Psiquiatría de América Latina (APAL); miembro de la Comisión de Clasificación, Nomenclatura y Diagnóstico de la Federación Mundial de Psiquiatría y de la APAL; coordinador de los Trastornos del Animo de la Guía Latinoamericana de Diagnóstico Psiquiátrico (GLDP), adecuación del CIE-10; profesor de la Universidad Autónoma de Santo Domingo; miembro de la Academia de Ciencias de la República Dominicana, y miembro de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría.
[El diagnóstico]
Para Sansón se usó el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV) y el Sistema Internacional de Clasificación de Enfermedades (CIE-10) de la Organización Mundial de la Salud y American Association on Mental Retardation.
Para que una persona sea diagnosticada con retraso mental:
I- El inicio ha de ser anterior a los 18 años.
II- La capacidad mental debe estar por debajo del promedio:
III- La persona debe exhibir limitaciones significativas de la actividad adaptativa propia, de por lo menos dos de las siguientes habilidades, en una magnitud que le impidan satisfacer las exigencias planteadas por la edad, su rol social y su cultura:
1. Dificultades de comunicación.
2. Problemas de incapacidades en el cuidado y la preservación de sí mismo.
3. Incapacidades para efectuar y mantener una vida doméstica.
4. Marcada disminución en las habilidades sociales y en las relaciones interpersonales.
5. Dificultad en la utilización de recursos comunicativos.
6. Problemas en mantener un adecuado autocontrol.
7. Escasas o ningunas habilidades académicas funcionales.
8. Inhabilidad o dificultad para realizar o mantener un trabajo.
9. No puede efectuar un uso racional del ocio.
Incapacidades para mantener un adecuado sentido de seguridad.
En los casos graves el individuo no puede cuidarse por sí solo y mantener su salud.