“La Biblia es el libro sagrado –la palabra de Dios– y, como tal, su verdad es incuestionable. Esa es la realidad de la fe religiosa de la sociedad occidental”

Abimelec era poderoso rey psicópata y sádico, sobre él y siempre citando a la Biblia, el doctor Nelson Moreno-Ceballos nos lleva a un mundo de hallazgos científicos que nos descubren nuevas y complejas interpretaciones de la conducta humana, principalmente “la pasión por tener el poder absoluto e irrestricto sobre el ser vivo”, característica esencial del carácter anal y sádico identificada por Eric Fromm.

Abimelec, “el hijo del rey”, es una palabra que da el título genérico a jefes políticos en la antigüedad, semejante al de faraón, césar, emperador, según Internacional Blivia Studen Association.

Pues bien, Abimelec era uno de los 71 hijos de Gedeón o Jerubaal. Luego de morir su padre, ávido de poder, convenció a los terratenientes y hombres poderosos de que era “mejor estar gobernado por un solo hombre que por setenta”, y que, en consecuencia, deberían apoyarlo para convertirse en juez de Israel; objetivo que logró, utilizando a su madre y a sus tíos. Mató a 69 de sus 70 hermanos colocando sus cabezas en la misma piedra y guillotinándolos. El único que salvó la vida fue Jonatan, el menor de los 71 hijos de Gedeón el hombre que, conforme al Libro de los Jueces, había sido escogido por Jehová para liberar a Israel del dominio que, por siete años, había padecido de Damián. Abimelec habría de quitarse la vida en medio de una batalla.

La Biblia nos dice que después de haber tomado y casi destruido, Abimelec, la ciudad de Siquem, fue a la ciudad de Tebas a la cual sitió con su ejército.

“Había en medio de la ciudad una torre muy alta donde se había refugiado toda la gente, así hombres como mujeres, y todos los principales de la ciudad: y habiendo cerrado y asegurado bien la puerta, se colocaron sobre el techo de la torre para defenderse de sus amenazas.

Y llegando Abimelec al pie de la torre, la combatía valerosamente, y acercándose a la puerta procuraba incendiarla; cuando he aquí que una mujer, arrojando desde arriba un pedazo de una piedra de molino, dio con ella en la cabeza de Abimelec y le rompió el cráneo, y dijo: saca tu espada y mátame; para que no se diga de mí: “¡lo mató una mujer!” Entonces su escudero le clavó la espada y así murió.

Y muerto que fue, todos los israelitas que le seguían se volvieron a sus casas. Así le cobró Dios a Abimelec el mal que había hecho contra su padre, matando a sus 69 hermanos.

Y así también pagaron los siquemitas la pena de cuanto habían hecho, y les alcanzó la maldición de Jonatan, hijo de Jerubaal.” (Sagrada Biblia. Editorial Gratier Society Inc. NY 1957).

Moreno-Ceballos trata de desentrañar las desalmadas y crueles actuaciones perpetradas por Abimelec y explicar las causas, factores desencadenantes y precipitantes de su acto de autodestrucción suicida.

El reporte científico fue publicado en la Revista Dominicana de Psiquiatría (Vol. 12, No.1). Moreno-Ceballos es miembro y dirigente de la Asociación de Psiquiatría de América Latina (APAL) y de la Federación Mundial de Psiquiatría (WFP).

En ese estudio expone los rasgos característicos de Abimelec considerándosele con una personalidad firme, orgullosa, decidida, valerosa, vengativa, rencorosa e irreducible; e imbuido del extremo machismo de su época, en el doble sentido en que podía serlo un jefe político-militar poderoso. Pero además, duro e insensible y sin frenos morales, pues sus deseos de poder y de gloria determinaban sus actos; hasta tal punto que por alcanzar la posición de juez de Israel, fue capaz de cometer los abominables hechos de matar a sus sesenta y nueve hermanos, y al pueblo entero de Siquem. Un ser a quien poco o nada lo detenía en el logro de sus propósitos.

En este sentido, y desde el punto de vista psiquiátrico, Abimelec padecía de un trastorno de personalidad, centrado en el carácter. Los psiquiatras lo llamaban antiguamente insania moral, o caracteropatía moral. Luego se le denominó psicopatía. Y actualmente se le designa como personalidad antisocial o disocial.

Para desentrañar la personalidad de Abimelec, Moreno-Ceballos se vale de un procedimiento técnico de Stephan Covey, donde con el propósito de hacer que las personas descubran lo que son sus intereses y valores de vida fundamentales, las pone a pensar en cómo quiere que se le recuerde, y lo que le gustaría que digan o no digan de ellas, luego de su deceso.

Es así como se determina, valiéndose además de las informaciones dadas por la Biblia, que Abimelec, a la hora de su muerte, está más interesado en honrar su memoria, en defender su honor y su orgullo varonil, por encima de preocuparse por los crímenes cometidos en su turbulenta vida. Es con la imagen de soldado valeroso y de estoico guerrero, como quiere que lo recuerden. No hay espacio para la culpa, la angustia ni el remordimiento, ni mucho menos para el arrepentimiento. Fue sólo su imagen de guerrero valeroso y machista lo que al final le preocupó: “que no digan que he sido muerto por una mujer”, siendo precisamente ese prejuicio el que lo impulsa a precipitar su muerte.

Mediante una copiosa exposición se realizó la identificación de los rasgos anal y sádico en el carácter de Abimelec. Trayendo a colación a Eric Fromm, sintetizando esas características en este sentido, señala que es “la pasión por tener el poder absoluto e irrestricto sobre el ser vivo”. Y agrega que su sentido del orden, la constancia y tenacidad, la parsimonia y la sumisión al poder –ya señalado por S. Freud, son elementos sobresalientes del carácter anal. Sentenciando, que solo puede tener amor cuando manda, cuando puede tener poder sobre el objeto de su amor; de ahí su “ausencia total de generosidad, amistad o ternura”.

Hay una similitud en la forma de actuación política tiránica y en las circunstancias de vida temprana de Abimelec, con las de otros personajes, igualmente sádicos, como lo fueron Hitler, Himmler y Stalin. Es sabido que los psicópatas no tienen un comportamiento idéntico y homogéneo durante su infancia. En su mayoría tienden a desarrollar una vida caracterizada por el poco apego a las normas del hogar, las cuales violan con frecuencia; son mentirosos, individualistas y manipulares. Algunos se comportan de un modo más irritable, agresivo y violento, por lo que les resulta difícil su integración al grupo familiar; pero otros son más manipulares y aprenden a manejar a su favor las relaciones interpersonales en el seno familiar.

Es así como se incuba un carácter, calificado por el psicoanálisis, de anal y sádico. Y Moreno-Ceballos realiza un sorprendente y profesional análisis de Abimelec, donde escudriña cada detalle en su conducta: de cómo y porqué razones, motivos o circunstancias, este personaje bíblico proyecta y llega al poder, usándolo para esclavizar y humillar a quienes lo hicieron con él y su madre, ella esclava y concubina de su padre Gedeón.