El gran Miguel de Unamuno llamó a Guillén “hermano de ensueños” en su memorable epístola (junio 8, 1932), incluida en otras ediciones como parte del prólogo. Allí reconoce: “[…] leí –apenas recibido- su Sóngoro-Cosongo, […] Después lo he vuelto a leer –se lo he leído a los amigos míos– y he oído hablar de usted a García Lorca. No he de ponderarle la profunda impresión que me produjo su libro, sobre todo “Rumba”, “Velorio de Papá Montero” y los "Motivos de Son". Me penetraron como a poeta y como a lingüista. La lengua es poesía. Y más que vengo siguiendo el sentido del ritmo, de la música verbal, de los negros y mulatos.”
El poeta de generación del 27 la Manuel Altolaguirre, le dedicó unas entusiastas “Notas” en la importante Revista Occidente (Madrid Abril-junio 1932): “Sóngoro cosongo" es el título de un libro que une a los hombres, que nos acerca a otra raza, con una blandísima emoción, fuerte, con una enseñanza de humanidad”.
Por su parte, José María Chacón, escribe también desde la capital española (diciembre 25, 1931): “[…] Su libro me impresiona profundamente. No creo que haya en nuestra literatura más auténtica poesía folklórica. No es folklore como motivo literario, sino como impulso vital. Como elemento humano, como creación superadora de la realidad cotidiana”.
Los poemas poemas recogidos en "Motivos de Son", fueron musicalizados por el músico cubano Amadeo Roldán en el 1934, recibiendo el texto una difusión continental desde una lectura del pentagrama musical que trascendió los linderos del espectro geográfico caribeño.
Hay que señalar aquí el despertar identitario que provocan ambas obras en la cultura afrocaribeña y afrolatinoamericana. Veamos:
Hay que tené boluntá
"Mira si tú me conose,
que ya no tengo que hablá:
cuando pongo un ojo así,
e que no hay na;
pero si lo pongo así,
tampoco hay na.
Empeña la plancha elétrica,
pa podé sacá mi flú;
buca un reá,
buca un reá,
cómprate un paquete' vela
poqque a la noche no hay lu.
¡Hay que tené boluntá,
que la salasión no e
pa toa la bida!
Camina, negra, y no yore,
be p’ayá;
camina, y no yore, negra,
ben p’acá;
camina, negra, camina,
¡que hay que tené boluntá!"