Mientras se debatía en el congreso norteamericano el aumento del tope de la deuda, una de las soluciones que dio el partido demócrata para apalear la difícil situación interna, fue subirle los impuestos a las personas con rentas más elevadas (entiéndase: ricos y millonarios); pero el tranque en el congreso con el partido republicano y el frente “tea party”, hizo que el partido oficialista cediera en la mayoría de sus propuestas planteadas, con la finalidad de llegar a un acuerdo que pusiera fin a la crisis política.
El multimillonario Warren buffet mediante una carta dio un espaldarazo a la propuesta, escudando la idea de cargarle el dado a los más ricos del país. Aunque a sus pares no pareció agradarle mucho esa idea, principalmente sus homólogos republicanos, quienes prefieren incluso ir a la guerra antes que amedrentar el nivel de vida de los más afortunados.
Europa no se quedo atrás en esta idea; las mayores fortunas de Francia, incluyendo a Liliane Bettencourt heredera de L’Oreal, junto a los consejeros delegados de importantísimas empresas de la talla de Société Générale, firmaron una propuesta solicitándole al gobierno que se instituya una “contribución” que grave a los de mayor ingreso y colaborar así con el futuro del país galo.
“Somos conscientes de que nos hemos beneficiado plenamente de un modelo francés y de un entorno europeo con los que estamos comprometidos y que queremos ayudar a preservar” señalaba la carta, firmada por las top 16 fortunas de Francia.
La situación en Francia está difícil, la ralentización del producto interno bruto y el plan de ajuste fiscal de 20.000 millones de euros para el próximo año hacen fisura al segundo motor económico de la Unión Europea, con un peso del 21% del PIB comunitario, y por ende el segundo al mando de los rescates, tanto en decisión como en aportes.
Con esta propuesta de parte de los más ricos evidentemente no se soluciona el profundo déficit de la economía francesa, que en la actualidad ronda el 7%, sumado a una deuda pública del 80% del PIB. Pero en definitiva manda un mensaje claro de que en una sociedad donde se privatizan las ganancias y se socializan las pérdidas, es necesario socializar a todos los niveles; no solo los más desfavorecidos tienen que cargar con los desaciertos de políticas económicas erróneas y una banca libertina, es obligación de todos pagar por los platos rotos de años de verbenas.
Ojala en República Dominicana algún día emulemos el ejemplo de Francia. Fuera idóneo ver a los más ricos de la isla, no sólo patrocinando a candidatos políticos para beneficios personales, sino devolviendo al país en obras sociales, aportes a la educación y construcción de infraestructura.