En FACEBOOK, en mi muro, escribí, una enigmática frase que varios de mi círculo me dicen que no entendieron: «Para los maldicientes que descalifican a la comisión de notables que certificó que en Punta Catalina no hubo cohecho, ni malas artes, ya que las revelaciones de los pagos de la comisión de sobornos de Oderbrecht no se conocieran hasta la fecha por una confesión de uno de los ejecutivos del mayor esquema de soborno, chantaje y colusión criminal, por lo menos…»

Aclaro: los maldicientes son aquellos que opinan gratuitamente sobre una primera impresión y juzgan y condenan inmediatamente, que es el tema que trato en estas Divagaciones.

Según las evidencias a las que tenemos acceso y según las va destilando la prensa internacional,  es que podemos erigir una opinión crítica, principalmente por las sospechas que producen las pesquisas de nuestro PGR-Sherlock Hollmes-superinvestigador. Pero debemos de guardar la distancia prudente para no producir una nueva injusticia en nuestra desbocada opinión ciudadana que nos podría costar ser tirado al mar con una piedra de molino colgada al cuello, como señala el Evangelio.

Si por la falta de credibilidad de nuestro PGR-etcétera, se creó una Supercomisión de Notables para dictar su exoneración y liberación de culpas y sospechas, hasta con la inclusión del Monseñor de las mediaciones, que cumplió su cometido y se difundió ampliamente por los medios de comunicación social del país.

Muy posteriormente, se revela la existencia  de un Departamento de Sobornos o de “Operaciones Estructuradas”, como cínicamente se la llamaba en Oderbrecht.  Nuestro PGR-etcétera dijo en su momento, que los datos revelados en Brasil no mostraron pagos de sobornos, por lo que se imputaban esos cargos ante la falta de evidencias. Resuelto, esos pagos se hacían desde la operación en Miami, y ese Departamento de Sobornos manejó los pagos desde Dominicana, para que Jean Alain, en contra de la “confesión” del encargado de la contabilidad del  Departamento de Sobornos de Oderbrecht. Ante estas nuevas revelaciones, nuestro PGR-etcétera se lanza a condicionar la evidencia: “hay que establecer si son pagos de sobornos”, ya adelantó. Lo que tiene que acceder como PGR-etcétera que es acercarse a las autoridades investigadoras que poseen la confesión y la contabilidad del  Departamento de Sobornos. Entonces, y luego entonces, necesitará a la Comisión de Notables para que enmienden la falsa absolución hecha en el pasado, o –quizás- recurrir a la figura del derecho sajón, del juicio por los conciudadanos, y constituir un Jurado (como vemos en el cine) para que juzgue el caso y establezca justicia, ya que el sistema dominicano se ha mostrado incapaz de hacerlo.

Mi seguimiento del Informe que presentó la súper-periodista de investigación, la tejana-dominicana, Alicia Ortega se revela por los reportajes del Nuevo Herald, disponibles en el siguiente enlace: https://www.elnuevoherald.com/noticias/estados-unidos/article231930493.html?fbclid=IwAR0I3n14EUsIKK-ep-YhI-tf-teDosFyMQ6qJ4PhcNwFi-cw-_9gszmSJYU

Por lo menos es un aporte para nuestra Comisión de Notables, o un “nuevo” Gran Jurado investigador, o el nuncio, o los obispos y hasta el mismo Papa para que investiguen si los papeles del Departamento  de  Sobornos realizó alguna exacción en nuestra indomable Quisqueya, antes de que nuestro PGR-etcétera descalifique como “pruebas” por considerar pagos “legítimos” y no sobornos a personajes como el «León Árabe», y otros protagonistas señalados como beneficiarios del Departamento de Sobornos e identificados con  seudónimos que parecen tomados de las series de «cartoons». Así sabremos si la Comisión de Notables se reivindica, hace justicia o solo prestó sus nombres para darle un argumento al PGR. Les señalo otra parte  del reportaje del Nuevo Herald que habla más del caso dominicano y de otras partes: https://www.elnuevoherald.com/noticias/estados-unidos/article231933873.html?fbclid=IwAR2hW19fb-b8yqCQi4zcJz2ZYxQNjzFbowT-WFYSVp_iypcFEWATy02wTms

Hilberto Mascarenhas Alves da Silva, ejecutivo de Odebrecht S.A. que cayó en el escándalo de corrupción de ese conglomerado brasileño.
Fernando Migliaccio, quien vivía en Miami, fue una figura importante en la División de Operaciones Estructuradas de Odebrecht S.A., que manejaba el procesamiento de los pagos ilegales a políticos corruptos.
Mientras trabajaba desde Miami, Luiz Eduardo da Rocha Soares era un alto ejecutivo de la División de Operaciones Estructuradas de Odebrecht S.A., conocida como la División de los Sobornos. Ahora espera sentencia en Brasil.
Rosemany Giacomeli Soares, esposa de Luis Eduardo da Rocha Soares, ejecutivo de Odebrecht S.A, recibió un poder notarial sobre una compañía offshore identificada en la filtración de documentos relacionados con las prácticas corruptas del conglomerado brasileño de la construcción.